OCTUBRE 31

21.02.2021

Estén quietos y conozcan que yo soy Dios. Salmo 46:10

¡Como se deprime el alma, enferma el corazón y vacila la Fe ante las grandes pruebas que nos enfrentamos en esta vida, en tiempos de pérdidas y sufrimientos especiales! Entonces decimos: "Ya no puedo soportar esto por más tiempo; estoy desfalleciendo. ¿Qué haré?" EL SEÑOR me dice: Quédate quieto.

¿Qué es lo que haces cuando estas por desmayarte físicamente? Tú no puedes hacer nada. En tu debilidad caes sobre el hombro de algún amigo fuerte y querido. Te apoyas firmemente sobre él, descansas y continúas apoyado y confiado. Esto es lo que nos sucede cuando estamos tentados a caer bajo la aflicción. El SEÑOR sabe que hemos perdido nuestra fortaleza y valor; y nos formula una medicina en Su Palabra: "Estén quietos, y conozcan que yo soy Dios." Salmo 46:10Un Misionero y siervo de Dios en China, se encontraba tan debilitado en los últimos días de su vida, que escribió a un amigo diciendo: "Estoy tan débil que no puedo escribir, ni leer la Biblia, ni aún siquiera puedo orar. Lo único que puedo hacer es continuar apoyado en los brazos de Dios, como un niño pequeño, y confiar." Este hombre con todo su poder espiritual llegó a tal estado de sufrimiento físico y debilidad, que lo único que podía hacer, fue REPOSAR Y CONFIAR, y esto es lo que Dios pide a todos sus amados hijos, cuando sus debilidades aumentan con el cruel fuego de la tribulación. No trates de ser fuerte, sino QUÉDATE QUIETO y conoce que EL es Dios y ÉL te sostendrá y ayudará.