ENERO 9

"Y daré por respuesta a mi avergonzador, que en TU PALABRA he confiado." Salmo 119: 42
La debilidad o fortaleza de nuestra Fe se halla en proporción con la creencia que Dios hará lo que ha dicho en Su Palabra. La fé es independiente del sentimentalismo, impresiones, improbabilidades y apariencias exteriores. Cuando confundimos estas cosas con la Fé, dejamos de apoyarnos en la Palabra de Dios, porque la fé no tiene necesidad de ninguna de las cosas mencionadas. La Fe confía solamente en la Palabra de Dios. Cuando creemos en Su Palabra, nuestro corazón halla paz.
Dios se complace en el ejercicio de la fé, primero bendiciendo nuestras propias almas, después, bendiciendo a otros. Cuando las pruebas nos visitan, deberíamos decir: "Padre Celestial, pon esta copa de prueba en mis manos, para que después pueda hacer algo que Tú quieres que haga." Las pruebas son el alimento de la Fé. Lancémonos en los brazos de nuestro Padre Celestial. El mayor gozo de su corazón es hacer bien a todos Sus hijos.
Pero las pruebas y las dificultades no son los únicos medios por los cuales se ejercita y aumenta la fé. Por medio de la Lectura de las Escrituras, podemos conocer a Dios, como Él se ha revelado en Su palabra. Por lo que sabes acerca de Dios, ¿puedes decir que Él es un Ser amoroso? En caso contrario, permíteme que te suplique que pidas a Dios que Él te haga comprender esto, con el fin de que puedas admirar Su dulzura y bondad y te sea posible hablar de Su amor y el placer que Dios halla en Su corazón haciendo bien a Sus hijos.
Cuanto más nos aproximamos a este estado en lo profundo de nuestras almas, más dispuestos estamos a arrojarnos en Sus brazos satisfechos de la forma como ha obrado con nosotros, y cuando las pruebas nos asalten, diremos: "Esperaré para ver el Bien que Dios va a hacerme por medio de ellas." Rom.8:28 De esta manera daremos un testimonio honorable delante del mundo, y fortaleceremos las manos de otros.Si alguno nos reprocha el que confiemos en Dios, le replicamos con argumentos más concluyentes cuando le mostremos que Dios ha guardado sus promesas, escuchado nuestras oraciones, y suplido nuestras necesidades. -George Mueller.