MARZO 8

02.04.2021

Así que, para impedir que me volviera orgulloso, me fue dado un aguijón en mi carne.2 Corintios 12:7

Don extraño del SEÑOR; una espina para aguijonear, para herir lo más sensible de nuestro ser, para causarnos constante sensación de dolor y molestia. ¡Don extraño del SEÑOR! Es para nuestra bendición. No nos agrada el aguijón, pero aquí está y no se va, aun si pedimos en oración que lo quite, porque Dios según sus sabios planes lo da, y siendo así, es una gracia que enriquece la vida.

Los aguijones de la gracia de Dios ¡que formas tienen! Puede tener forma de dolor físico intenso, causado por alguna enfermedad personal o de un ser querido. O puede ser un dolor emocional proveniente de una relación rota, la herida que causa un divorcio, el rechazo, la soledad, una injusticia, frustración por metas no alcanzadas, pérdidas financieras, o el dolor por el pecado y la culpabilidad. Sin embargo, cada uno es enviado por Dios, por amor, para darnos bendición Sublime. El que lleva el aguijón de día en día halla en Cristo poder, fortaleza, seguridad. Además el aguijón es el método que Dios usa, para protegernos del orgullo y auto exaltación. Dirige a los humildes en la justicia, y enseña a los humildes su camino. Salmo 25:9

Oh creyente atribulado, corazón desfalleciente, el aguijón con su dolor agobiador incesante, es el medio para que alcances riqueza abundante; porque inspiran desprendimiento a lo temporal, huir de las pasiones desordenadas, impulsan a buscar a Dios y las cosas celestiales. Las aflicciones nos aseguran el camino al cielo y la dicha eterna. Cuanto más dolorosa es la lucha, más brillante será la victoria. El aguijón es usado para la gloria de Dios y para nuestro crecimiento espiritual.

Así que, el creyente que lleva el aguijón como Pablo, más bien debe gloriarse en su debilidad para que habite en él el poder de Cristo, porque Su poder se perfecciona en nuestra debilidad. 2 Corintios12:9 Por eso, acepta de buen ánimo el aguijón enviado de Dios, sea cual sea la forma y el dolor que te cause; reconoce en él a Cristo, Su vida, Su poder para cuidar de ti, ayudarte y fortalecerte en la hora de más dolor. - J.Danson Smith