ENERO 8

06.03.2021

Puso en mi boca un cántico nuevo, un canto de alabanza a nuestro Dios; Salmo 40:3

Hay canciones que solamente pueden aprenderse en el valle. Ningún arte puede enseñarlas, ninguna regla fonética puede hacer que se canten perfectamente. Su música está en el corazón. Son canciones de recuerdo, de experiencia personal. San Juan dice que aún en el cielo habrá una canción que solamente podrá ser cantada por los hijos terrenales del linaje de la redención. Indudablemente que es una canción de triunfo, un himno de victoria al Cristo que nos libertó. Pero el sentido del triunfo necesariamente nace del recuerdo del encadenamiento.

Ningún ángel, ni arcángel puede cantarla como yo. Para cantarla como yo, tendrían que pasar por mi destierro, y esto ellos no pueden hacer. Ninguno puede aprenderla, sino los hijos de la Cruz, y así, alma mía, estás recibiendo una lección de música de tu Padre Celestial. Te estás educando para el coro invisible. Hay partes en la sinfonía que ninguna otra persona excepto tú podrás realizar. Hay cuerdas demasiado pequeñas para los ángeles. Puede haber altos en la sinfonía que sobrepasan la escala, que solamente los ángeles pueden alcanzar, pero hay profundidades que te pertenecen a ti y que tú solamente puedes tocar.

Tu Padre Celestial, te está preparando, para aquella parte que los ángeles no pueden cantar; y la escuela es el sufrimiento. He oído a muchos decir que Él te manda el sufrimiento para probarte; NO, esto te lo envía para educarte, para entrenarte para el coro invisible. Por la noche el SEÑOR prepara tu canción. Él templa tu voz en los valles. En las nubes el SEÑOR está afinando tus cuerdas. En la lluvia Él está endulzando tu melodía. En el frío ÉL modela tu expresión. En la transición del miedo a la esperanza, Él perfecciona tu conocimiento. No desprecies la Escuela de la Aflicción; ella te dará la oportunidad de que tomes una parte muy especial en el canto celestial." -George Matheson.

"Llegará un día en que haremos himnos de nuestras aflicciones y cantaremos más dulcemente, porque nuestras bocas han sido purificadas con tragos amargos." C.H.S

ORACIÓN: "SEÑOR, sea tu nombre para siempre bendito, que permitiste que viniese sobre mí esta aflicción, yo no puedo huir de ella; mas tengo necesidad de recurrir a Ti, para que la conviertas en bien. Oh Padre muy amado ¿qué diré? Preso estoy de grandes angustias: Sálvame en esta hora. Estoy en este percance para que seas Tú glorificado cuando fuere muy humillado y librado por Ti.SEÑOR, quieras Tú librarme, que estando en necesidad. ¿A dónde iré sino a ti? Dame paciencia, también en esta ocasión, ayúdame, Dios mío, y no temeré por más atribulado que este. Y ahora entre tantas angustias qué diré, SEÑOR; sino que sea hecha Tu Voluntad. Merezco ser atribulado y angustiado; me conviene sufrir, y mucho mejor con paciencia, hasta que pase la tormenta, y haya bonanza.Cuando pienso que estás más lejos de mí, es cuando estás más cerca, y no está todo perdido cuando alguna cosa contraria me acontece. Poderosa es tu mano y potente para quitar de mí esta aflicción, y calmar su furor, para que del todo no decaiga, así como otras muchas veces lo has hecho conmigo, Dios mío, misericordia mía; porque lo que es para mí más difícil, tanto es para Ti más fácil, que conviertes la tristeza en gozo y cambias mi lamento en baile, y este cambio solo proviene de tu Poderosa Diestra. Amen" Tomás de Kempis