NOVIEMBRE 8

" Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Mateo 11:28
"La carga del pecado es muy pesada. Dijo David: Mis pecados pesan sobre mi cabeza; ¡Son una carga que ya no puedo soportar! Salmo 38:4. A los que están cansados del pecado, que ya no encuentran fuerzas para seguir pecando, Cristo los llama a venir a ÉL. No dice venid a mí alguno, sino TODOS los que están tristes y en pecados; venid a mí no para castigarlos, sino para perdonar sus pecados. Venid, a mí, no porque necesite beneficiarse, sino porque quiere nuestra salvación. Por eso dice: «Y los haré descansar», los salvaré, y les daré una completa paz. ¡Una paz siempre segura, no una paz falsa, cuyo fin es la destrucción! ¡Una paz que sea como un río que nunca deja de correr! ¡Una paz verdadera, sólida, para toda la vida y que al fin se diluya en el reposo de Dios, a Su diestra, por toda la eternidad! ¡Bienaventurados los que descansan así en Cristo! Además, Cristo puede quitar la causa de tu problema, aunque tú no entiendas y lo que para ti se encuentra envuelto en misterio, un dolor impalpable que no puedes manejar, mi SEÑOR y Salvador sí puede eliminarlo. Él habla acerca de lo que puede hacer cuando da esta promesa, ya que Su sabiduría es tal, que puede percibir las necesidades de cada alma individual, y su poder es lo suficientemente grande para aliviar todas las necesidades; así que Él dice a cada espíritu fatigado y cargado el día de hoy: "Venid a mí, y yo te haré descansar." Vamos a Cristo vacíos de nosotros mismos, para que su Todo pueda ser derramado en nosotros.
Permite que tu cansado corazón se incline quieto bajo la lluvia de Su amor; permite que tu alma cargada descanse en Cristo. "Venid a mí" aquí debe empezar la vida espiritual, a Sus pies; y aquí debe ser perfeccionada la vida espiritual, en Su pecho, ya que Él es a la vez el Autor y el Consumador de la fe. Vamos a ÉL y adoremos." Charles Spurgeon