DICIEMBRE 7

14.02.2021

Vengan a mí Todos los que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Mateo 11:28

Vengan a mí, no a un hombre, no a un profeta, no a una ceremonia ni a un ritual por costumbre, aunque estos sean medios que Dios usa para acercarnos a Su Hijo; vengan solo a Cristo en oración, en lectura de la palabra, al asistir a la iglesia, en la mesa de la comunión y al hacerlo tengamos en la mente y en el corazón a Cristo, quien vivió entre nosotros, murió, resucitó y subió a la gloria. Vengan a solo Cristo, quien siendo Dios e igual que el Padre, se despojó de sus glorias y se hizo hombre. Vengan solo a Cristo, a quien Dios designó y ungió para ser nuestro único Salvador, ÉL es el depósito de toda gracia, en quien el Padre ha querido que habite toda la plenitud. Vengan a Cristo donde empieza y se perfecciona la vida espiritual, pues Él es a la vez el Autor y el Consumador de la fe. Vengan a mí Todos no algunos. Todos los que están agotados, débiles, enfermos y al borde de la muerte, en delicados pastos los haré descansar, y junto a aguas de reposo les pastorearé. Salmo 23:2. Vengan a mí Todos los rechazados y deprimidos; vengan a mí que fui "despreciado y desechado por los hombres, varón de dolores y experimentado en sufrimiento". Isaías 53:3 Vengan a mí satisfaré al alma cansada y saciaré a toda alma atribulada. Jeremías 31:25

Vengan a mí Todos los que están cargados por el pecado, los que están atados al yugo por errores del pasado, vengan a mí los que están esclavizados por el odio, los vicios y placeres sin encontrar completa satisfacción en ellos, vengan a mí los esclavos a la ambición de cosas temporales, pasajeras e inestables. Vengan a mí no para condenarlos sino para salvarlos, pues todo aquel que en mi cree tiene vida eterna. Juan 3:36 Vengan a mí, es una invitación a dejar todo aquello en que se ha puesto la confianza y a creer sólo en Cristo; y en cuanto lo hagan Él les dará el descanso. Vengan a mí porque el que a mí viene jamás lo echaré fuera. Juan 6:37

Vengan a mí que soy fuente de descanso y paz. Cuando hay fe solo en Jesucristo un divino refrigerio y reposo se apodera del corazón. ¡Oh, que todos los que creen en Él experimenten esa bendición! ¡Que su reposo y su paz sean muy profundos! ¡Que sea un descanso que resista las pruebas y persecuciones! ¡Que sea un descanso y una paz como un río que nunca deje de correr! ¡Que sea un descanso y una paz segura, no una paz falsa, cuyo fin es la destrucción! ¡Que sea un descanso y una paz que resista durante toda su vida y que al fin se diluya en el reposo de Dios, a Su diestra, por toda la eternidad! ¡Bienaventurados los que descansan así en Cristo...!