DICIEMBRE 5

14.02.2021

"Pasados algunos días, el arroyo se secó..." 1 Reyes17:7

"El aprendizaje de nuestra Fe está incompleto si no hemos entendido que perder contribuye a nuestro crecimiento espiritual. El arroyo seco junto al cual Elías se sentó y meditó, es un verdadero cuadro de la vida de cada uno de nosotros. "Sucedió que después de algún tiempo el arroyo se secó". Esa es la historia de nuestro ayer y una profecía de nuestros mañanas. Algunos de nosotros hemos tenido que sentarnos en arroyos que se están secando, unos en el arroyo de la salud, hundiéndose bajo una parálisis progresiva en una lenta declinación, otros en el arroyo seco del dinero menguado ante las deudas excesivas y gastos extravagantes e innecesarios. ¡Ah! Es difícil sentarse junto a un arroyo que se está secando.... ¿Qué pensó entonces Elías? ¿Pensó que Dios lo había olvidado? ¿Comenzó a hacer planes por su propia cuenta? No, sino que esperó tranquilamente en Dios.

El Aroyo de Querit, fue un problema muy difícil para Elías, hasta que llegó a Sarepta, y entonces todo fue tan claro como la luz del día. La aflicción, la pérdida y las lágrimas de la vida pertenecen al intermedio y no al final. Si Elías hubiera sido llevado directamente a Sarepta, hubiese perdido algo que después le ayudó a convertirse en un profeta más sabio y un hombre mejor.ÉL vivió en el Arroyo de Querit por Fe. Y cuando quiera que en tu vida y la mía se haya secado alguna fuente terrenal y recursos exteriores, es para que aprendamos que nuestra esperanza y ayuda están en el Dios que hizo el Cielo y la tierra.

¿Porque permite Dios que los arroyos se sequen? Porque quiere enseñarnos a que confíemos sólo en Él. De una u otra manera, tenemos que aprender la diferencia entre confiar en el don o confiar en el Dador del don. El don puede ser bueno durante algún tiempo, pero el Dador es el Amor Eterno. Aprendamos estas lecciones y volvámonos de los arroyos que fallan y se secan a Nuestro Salvador que no falla; pues toda suficiencia reside en ÉL." -F. B. Meyer.