DICIEMBRE 4

He aquí que tú eres Hermoso, amado mío, y dulce. Cantares 1:16
Muchos creyentes aplican este verso al amor humano, que siempre será imperfecto. Pero, esta es la interpretación espiritual más sublime de este verso, dedicado a CRISTO, Nuestro Amado Salvador, Esposo de la Iglesia:"¡Qué Hermoso es el Renuevo que brota del tronco de Isaí! Isaias 11:1. ¡Qué luz tan agradable nos ha visitado en las tinieblas, nacida de lo alto! ¡Qué espectáculo tan sorprendente es tu concepción del Espíritu aún para los poderes celestiales, Luc.1:35, tu nacimiento de una virgen, la inocencia de tu vida, la profundidad de tu doctrina, la gloria de tus milagros, la revelación de tus misterios! ¡Cómo emerges fulgurante del corazón de la tierra después del ocaso, Sol de Justicia! ¡Tú eres el más Hermoso de los hombres! Pero, me he quedado corto: Eres reflejo de la vida eterna, esplendor y figura de la sustancia de Dios, finalmente Dios sobre Todo, bendito por siempre....
¡Qué Hermoso eres, Rey de gloria, cuando te retiras a los más sublimes cielos vestido de gala! Cómo no ha de exclamar Todo mi ser: SEÑOR, ¿quién como tú entre los dioses? ¿Quién como tú, majestuoso en santidad, temible en las alabanzas, haciendo maravillas? Éxodo 15:11" ¡SEÑOR Jesús, qué Hermoso te veo! Y no sólo debido a los milagros por los que brillas, sino también por la verdad, la mansedumbre y la justicia. ¡Dichoso el que fijándose bien de qué manera viviste como hombre, se compromete a imitarte en todo lo posible! Tu bella esposa (la iglesia) ya recibió como primicias de su dote el don de esta dicha, porque no se resiste a imitar tu hermosura. Por eso dice: ¡Que Hermoso eres mi Amado, que hermoso eres! Eres el que abre la puerta y nadie cierra, Esposo de la Iglesia, Cristo nuestro SEÑOR, Bendito por siempre.... ¡Que Hermoso eres para tus ángeles, SEÑOR Jesús, en tu condición divina, desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados, antes de la aurora, reflejo de la gloria del Padre y marca de su ser, espejo sin mancilla de la majestad de Dios! ¡Qué Hermoso eres, SEÑOR mío, para mí en esta situación nueva de tu belleza! Desde que bajaste, despojado de la irradiación natural de tu luz inagotable, resplandeció más Tu bondad, brilló más Tu amor, resplandeció más intensamente La Gracia... ¡Con qué claridad avanza La Estrella de Jacob! Números 24:17
Jesucristo es hermoso en Su concepción, su natividad, en sus palabras más dulces que miel, en sus milagros, en su pasión, en su muerte, su resurrección y ascensión, en nuestros corazones todo brillante de pureza y nos purifica. Deseen pues a Jesús; en Él hallarán Todos los bienes; fuera de Él no hallarán más que males y miserias. Digamos con Francisco de Asís: Jesús mío, mi amor, mi todo: ¡Oh amadísimo mío, el muy querido de mis deseos! Concédeme que pueda hallarte, y después de haberte hallado, pueda poseerte para siempre. ¡Te deseo, suspiro por ti, oh eterna bienaventuranza! Úneme a Ti, a fin de que viva de Ti, en Ti y para Ti, muera en Ti, y viva eternamente en la mansión de tu gloria! Amen...," Por: Bernardo de Claraval