NOVIEMBRE 30

14.02.2021

Orando en Todo tiempo, con toda Oración y súplica en el Espíritu... Efesios 6:18"

Acudamos a tiempo y fuera de tiempo; es decir, siempre es hora de acudir a Dios. Fuera de tiempo es no acercarnos a Él continuamente. Para quien siempre tiene deseos de dar, siempre es tiempo de ir a Él y pedir. Como nunca es inoportuno respirar, así tampoco lo es Orar. Como necesitamos la respiración corporal, es necesaria la ayuda de Dios. Y si queremos, es bien fácil para Dios el hacerla propicia, y para mostrarnos cuán dispuesto está Él para acudir en nuestra ayuda, dijo: "Su salida es tan cierta como la aurora." Oseas 6:3 Y cuántas veces nos acerquemos a Él, veremos que está esperando nuestras súplicas. Y, si nada sacamos de la fuente de su virtud, es porque no le buscamos. Eso es lo que dijo al pueblo de Israel: El SEÑOR vendrá a nosotros, tan cierto como que sale el sol, tan cierto como que la lluvia riega la tierra en otoño y primavera. Oseas 6:3

Lo cual quiere decir: Yo, por mi parte, nada he dejado de darles; pero ustedes, como un sol ardiente, que ataca y evapora y disipa la nube y el rocío, han disipado con su mucha maldad mi inefable liberalidad. Lo cual, por otra parte, es obra de su providencia. Porque cuando Dios nos ve indignos de recibir sus beneficios, Él los retiene para que no nos volvamos tibios. Pero tan pronto como reconocemos que hemos pecado, vuelve a brotar la fuente de Su amor y misericordias, derrama sobre nosotros el mar de sus beneficios. Y cuanto tú más recibas, más se alegra ÉL y más dispuesto está a seguir dándote. Dios tiene por mayor riqueza nuestra salvación y Su gloria está en darla abundantemente a cuantos la pidan. A esto se refirió Pablo, cuando dijo: El SEÑOR es Rico para con Todos los que le invocan. Rom. 10:12.

Como a los cuerpos el sol da luz, así la Oración al alma. Si para un ciego es grave no ver el sol, ¿qué clase de daño será para un cristiano el No Orar constantemente, y el no introducir en su alma la luz de Cristo por la Oración? Por medio de la Oración gozamos de una conversación continua con Dios, por medio de ella dejamos de ser temporales y caducos; permanecemos mortales por naturaleza, pero, con la Oración nos trasladamos a una vida eterna y celestial. Nuestro cuerpo cuando le falta el alma queda sin vida, así el alma está muerta sin Oración. Pero, quien Ora recibe grandes beneficios, incluso antes de recibir lo que pide, porque orando se reprimen todas las turbaciones del alma, se calma la ira, se ahuyenta la envidia, se apaga la codicia, se disminuye y se destruye el apego a las cosas perecederas, y da la paz, y luego nos sube al Cielo. Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído. Isaías 65:24 " J.Crisostomo