FEBRERO 28

28.03.2021

"Es necesario que por Muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios". Hechos 14:22.

EL pueblo de Dios tiene sus pruebas. Dios cuando eligió a su pueblo, no tuvo el designio de que fuese un pueblo no probado. Al contrario, sus componentes fueron elegidos en el horno de aflicción; nunca fueron elegidos para la paz mundanal y el goce terrenal. Nunca se les prometió que quedarían inmunes de la enfermedad y de los dolores de la mortalidad. Cuando el SEÑOR les extendió el título de privilegio, incluyó, entre otras cosas, el castigo, del cual inevitablemente serían herederos. Las aflicciones son una parte de nuestra suerte; fueron predestinadas para nosotros en los solemnes decretos de Dios y legadas para nosotros en el último testamento de Cristo.

Tan cierto como que las estrellas fueron formadas por sus manos y sus órbitas fueron fijadas por él, así es cierto que las aflicciones nos han sido destinadas. Dios ha dispuesto el tiempo, el lugar y la intensidad de estas aflicciones, y ha dispuesto también el efecto que ellas han de tener sobre nosotros. Los hombres buenos no deben esperar quedar libres de las pruebas. Si esperan esto, quedarán decepcionados, pues ninguno de sus predecesores ha vivido sin ellas. Observa la paciencia de Job, recuerda a Abraham, pues él tuvo sus pruebas, y por su fe llegó a ser el padre de los creyentes. Observa bien las biografías de todos los patriarcas, de los profetas, de los apóstoles y de los mártires, y descubrirás que ninguno de aquellos a quienes Dios hizo vasos de misericordia, dejó de pasar por el fuego de la aflicción. Fue establecido desde la antigüedad que la cruz de la aflicción sea grabada en cada vaso de misericordia, como marca real por la cual se distinguen los honorables vasos del Rey.Pero aunque la tribulación es la senda de los hijos de Dios, ellos tienen el consuelo de saber que su Maestro la ha experimentado antes que ellos; además cuentan con su presencia y su simpatía que los animan, su gracia que los sostiene y su ejemplo que les enseña como soportar. - C.Spurgeon

Pablo no solamente enseñó el gozo y la paz del reino de Dios .Rom 14:17), su poder 1Cor. 4:20, y su autoridad, la cual permite al creyente triunfar sobre el mal 2Tim. 4:18; Rom 16:20, sino que enseñó también que el pueblo de Dios, experimentaba pruebas, sufrimiento, y no siempre lograba una «victoria instantánea» .Dios no prometió una vida exenta de lucha. Los apóstoles nunca enseñaron que todo sufrimiento sería evitado debido a la presencia del Rey en nosotros, y el poder ministrado por el Espíritu Santo a través de nosotros. Este pasaje nos recuerda que la victoria viene solamente librando una batalla, y que el triunfo se alcanza después de la prueba. La Biblia también enseña que el sufrimiento, las pruebas y todas las otras dificultades humanas son inevitables; pero también nos dice que todos nosotros podemos ser « en todas estas cosas más que vencedores» Rom.8:37. De manera que si quieres experimentar el reino de Dios, no evadas las tribulaciones, y no sólo te enfrentes a ellas: pasa a través de ellas y verás la Gloria de Dios, así como los siervos de Dios en la Biblia, que el SEÑOR era su fortaleza y su refugio.