NOVIEMBRE 28

¿Hasta cuándo, oh SEÑOR? ¿Me olvidarás para siempre? Salmo 13:1
¿Hasta cuándo? Corresponde al intenso deseo de liberación por la gran angustia del corazón. No es fácil prevenir y evitar que los deseos degeneren en impaciencia, o que mientras esperamos en Dios, cedamos ante un espíritu de murmuración y queja. La aflicción prolongada representa abundante impureza, pues el oro que tiene que permanecer mucho en el fuego, es porque contiene mucha escoria que ha de ser consumida; de ahí la pregunta: ¿Hasta cuándo, SEÑOR debo soportar este dolor?
¿Hasta cuándo veré a los malos triunfar y enseñorearse de mi? Pide alivio antes de ser totalmente destruído. En su desesperación se siente olvidado por Dios y pregunta: ¿Me olvidarás para siempre? ¡Qué necias son estas palabras! ¿Puede Dios olvidar? ¿Puede el Omnisciente fallar en el recuerdo? Por encima de todo, ¿puede el corazón de Dios olvidar a su hijo amado? ¡Ah, hermanos, echemos lejos de nosotros esta idea, y escuchemos la voz de nuestro Dios del pacto, por boca del profeta: «He aquí te tengo grabado en las palmas de mis manos; tus muros están continuamente delante de mí» Isaías 49:16 El SEÑOR no va a abandonar para siempre a su pueblo. No, su ira dura sólo un momento, pero su amor permanece eternamente.¿Hasta cuándo? Al parecer cada creyente, en su impaciencia, ha hecho en algún momento esta pregunta. Siente que ya ha esperado mucho tiempo para que sus oraciones sean respondidas. La Biblia registra casos de quienes esperaron mucho tiempo, hasta que recibieron respuesta: Cierto hombre que yacía en el estanque de Betesda, tenía una enfermedad desde hacía treinta y ocho(38) años (Juan5:5). Una mujer que tenía espíritu de enfermedad pasó dieciocho(18) años antes de ser «liberada» (Lucas 13:11). Lázaro, toda su vida había sufrido de enfermedad y pobreza, hasta que fue librado por la muerte y transferido al seno de Abraham (Lucas 16:20-22).
Así pues, todo el que se sienta tentado a decir como David: ¿Hasta cuándo? tenga la seguridad en su corazón que Dios no olvida a su pueblo, que al final vendrá la ayuda, y, entretanto, todas las cosas cooperan para bien en favor de los que le aman. Rom.8:28" C.SpurgeonEl amor de Dios es más extenso que lo que el hombre pueda imaginar; y el corazón del Dios Eterno está lleno de bondad... ¡Amen!