FEBRERO 27

Entonces en su angustia clamaron al SEÑOR, y Él los libró de sus aflicciones. Salmo 107:6
Las personas afligidas buscan a Dios con más frecuencia, que las que se hallan cómodas y fuera de peligro. Algunos nunca oran hasta que están medio muertos de hambre, y para servir mejor a sus intereses sería preferible que estuvieran vacíos y desmayaran, más bien que llenos y robustos. Si el hambre nos pone de rodillas, es mejor que un banquete; si la sed nos lleva a la fuente, es mejor que los tragos de los goces del mundo; y si el desmayo lleva al llanto y al clamor, es mejor que la fuerza de los poderosos. Cuando ya han agotado los recursos, aún pueden orar; su corazón está derretido, y se desparrama en gritos pidiendo ayuda. Cuando llega la hora más oscura de la noche esperamos la aurora; cuando el mar está en su punto más bajo, en la marea, ésta tiene que cambiar, y cuando nuestras tribulaciones han aumentado en extremo, entonces podemos orar confiados: ¡Oh SEÑOR, sácame de mis angustias!
¿Estás en angustia cegado por el dolor que sobrellevas, sintiendo que no puedes soportarlo, combatido por este constante sufrimiento, inquieto, desasosegado, entorpecido? Recuerda, que cuando "estás en angustia", entonces es cuando a Jesús le complace venir y obrar. ¿No sabes qué hacer? ¿Estás oprimido por esto en tu mente y en tu corazón y anhelando tener la fortaleza suficiente? ¿Tiendes a otros tu mano temblorosa pidiendo que te saquen de esta situación? Recuerda que "si estás en angustia," Jesús que llevó el peso del pecado del mundo, allí está para ayudarte. ¿Estás angustiado? Si esta es tu posición, no tienes nada que temer, porque es entonces precisamente cuando puedes recibir los recursos admirables de Aquél que nunca abandona.No dudes que muy pronto, tus pisadas han de dirigirse hacia un camino más esplendoroso. Pero ten en cuenta, que solamente cuando hemos agotado todos nuestros recursos y nos encontramos "en angustia'', entonces es cuando podemos probar al Dios Omnipotente. - C. Spurgeon
No podemos quejarnos de Dios, pero podemos quejarnos a Dios. Con sumisión a Su santa voluntad, podemos pedir sinceramente ayuda y liberación.
ORACIÓN: Ser un poco más sabio cada día, conservar mi vida interior limpia y fuerte, liberar mi vida de engaño y error, cerrar la puerta al odio, la burla y el orgullo, abrirla completamente al amor de Dios, enfrentar con corazón alegre lo que venga, transformar las discordias en armonías, compartir la pesada carga de algún cansado siervo, conducir por el buen camino al compañero extraviado, saber que todo lo que tengo es prestado y temporal, que tendré que dejarlo, sentir que jamás estoy completamente solo; esta será mi Oración cada día, porque sé que así fluirá mi vida en paz hasta que Dios me llame a Su Presencia. Amén