DICIEMBRE 25

....Se retiró otra vez al monte Él SOLO. Juan 6:15
El poner en práctica una convicción requiere de renuncias y aislamiento que dejan con un sentido extraño de privación y soledad. Pero aquel que se eleve como hace el águila, a los niveles más altos donde el día carece de nubes y vive a la luz del Sol de Justicia, Cristo, deberá contentarse con vivir una vida de soledad. Ningún pájaro vive tan solitario como el águila. Las águilas nunca vuelan en bandadas; a lo sumo solamente se ven una o dos al mismo tiempo. Y la vida que se vive para Dios, aunque se deje la compañía de amigos y conocidos, es sustituida por la compañía Divina.
Dios busca hombres semejantes a las águilas. Ningún hombre que no ha aprendido a estar a solas con Dios, puede darse cuenta de cuáles son las mejores cosas de Dios. A Abraham lo vemos sólo sobre las alturas de Horeb, pero a Lot lo encontramos morando en Sodoma. Moisés, a pesar de ser educado con toda la sabiduría de Egipto, antes de ser el libertador de Israel, tuvo que pasar cuarenta años a solas con Dios en el desierto. Pablo, no obstante su gran conocimiento de la cultura griega y de haberse sentado a los pies de Gamaliel, tuvo que ir a Arabia y aprender con Dios la vida del desierto. Deja que Dios te aparte. En la experiencia de esta soledad con Dios, se desarrolla total dependencia de fe en el SEÑOR, y se deja todo apoyo en el hombre. Bendito es el hombre que confía en el SEÑOR. Será como un árbol plantado junto al agua, No temerá cuando venga el calor, Y sus hojas estarán verdes; En el año de sequía no se angustia ni cesará de dar fruto. Jeremías 17:7-8En el desarrollo de la vida Cristiana, la ayuda e inspiración de los otros miembros es muy necesaria y ocupa su lugar, pero llega un tiempo cuando puede ser un obstáculo directo para el bienestar y la fé individual. Cuando nos rendimos a Dios totalmente, Él sabrá usar circunstancias que propicien nuestro aislamiento. Y una vez haya terminado este proceso, no dependeremos de los que nos rodean. Nos daremos cuenta que Él ha obrado en nosotros de tal manera, que las alas de nuestras almas habrán aprendido a ser batidas por corrientes de aire más elevadas.Debemos atrevernos a estar solos con Dios. Jacob tuvo que estar solo con el Angel de Dios hasta que lo bendijo y pudo decir: "Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma." Gén.32:30; Daniel tuvo que estar a solas para tener las visiones celestiales; Juan tuvo que ser desterrado a Patmos para tener y guardar con firmeza la "impresión del cielo." - L.B.Cowman