ENERO 23

06.03.2021

El SEÑOR es mi porción -dice mi alma- por eso en Él espero. Lamentaciones 3:24

Cuando Dios tarda, Él no está inactivo. Él está preparando Sus instrumentos, Él está madurando nuestras facultades, y en el momento señalado nos levantaremos con el poder que necesitamos para nuestra tarea. Aún Jesús de Nazaret permaneció oculto durante treinta años, creciendo en sabiduría antes de empezar Su ministerio. Dios nunca hace las cosas de prisa, por el contrario, invierte muchos años en todos aquellos que está preparando para llevar a Su Reino. Él nunca piensa que los días de preparación son demasiado largos o penosos.

A veces el ingrediente más difícil de soportar en el sufrimiento es el tiempo. Un dolor agudo que dura poco tiempo se sobrelleva fácilmente; pero cuando la aflicción nos atormenta durante muchos años de la misma manera y con la misma rutina de desesperación agonizante, el corazón llega a perder su fortaleza y sin la gracia de Dios, con toda seguridad nos hundiremos en el mal humor de la desesperación. La prueba de José duró mucho tiempo. Hermanos, tomen como ejemplo de paciencia y aflicción a los profetas que hablaron en el nombre del SEÑOR. Santiago 5:10 A menudo Dios enseñará quemando en lo profundo de nuestra existencia con el fuego de dolores prolongados. "Él se sentará como un refinador y purificador de plata," pero Él sabe por cuánto tiempo, y lo mismo que el orfebre con el oro en el fuego; en el momento que ve Su imagen en el metal sabe que está listo. Quizás no veamos ahora el resultado del bellísimo plan que Dios está escondiendo en la sombra de Su mano; puede aún estar escondido por mucho tiempo; pero la Fe puede estar segura que Él está sentado en el trono; esperando con calma la hora cuando con un éxtasis de oración diremos: "Todas las cosas han obrado para mi bien". Lo mismo que José, tengamos más cuidado en aprender todas las lecciones en la escuela de la aflicción, que desespero por ser rescatados. Cada lección "necesita" un tiempo de espera, y una vez que estamos preparados, podemos tener por seguro que nuestro rescate llegará.

Dios nos está educando para el futuro, para que le conozcamos y le amemos como debemos amarle, para un mejor servicio y obtener mayores bendiciones. Si poseemos las cualidades que nos capacitan para cumplir los propósitos de Dios en nuestras vidas, no habrá nada que pueda impedirlo cuando llegue el tiempo elegido por ÉL. No te desesperes, no actúes en tus propias fuerzas. Dale tiempo a Dios para que te hable y te revele Su voluntad. Él nunca obra demasiado tarde; aprende a esperar. Él nunca llega demasiado tarde; Él sabe lo que es mejor para ti. No te molestes en vano, las cosas no van a cambiar porque te irritas, espera en ÉL. No corras de una manera impetuosa, aprende a esperar para actuar en el tiempo que El SEÑOR te indique, mejor di con el profeta: El SEÑOR es mi porción (mi herencia) -dice mi alma- por eso en Él espero. Lamentaciones 3:24