DICIEMBRE 23

14.02.2021

« ¿Qué piensan ustedes del CRISTO?». Mateo 22:42

La gran prueba de la salud espiritual de tu alma está en esta pregunta: « ¿Qué piensas del Cristo?». ¿Es CRISTO para ti «el más hermoso de los hijos de los hombres» (Sal. 45:2), «señalado entre diez mil» (Cnt. 5:10), «todo ÉL codiciable» (Cantares. 5:16)? Donde así se estima a CRISTO, todas las facultades del hombre espiritual se ejercitan con fortaleza.

¿Qué lugar ocupa CRISTO en tu pensamiento, alto o bajo? Si has pensado livianamente de CRISTO; si te has sentido satisfecho con vivir sin su presencia; si su honor te ha importado poco; si has sido negligente con sus leyes, entonces ya sé que tu alma está enferma. ¡Dios quiera que no sea de muerte! Sin embargo, si el primer pensamiento de tu espíritu ha sido cómo honrar a Jesús, si el deseo cotidiano de tu alma ha hallado su expresión en las palabras de Job: «¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios!» (Job 23:3), entonces te digo que, aunque tengas mil debilidades y apenas conozcas si eres realmente un hijo de Dios, estoy persuadido de que, a pesar de todo, te encuentras a salvo, pues tienes a CRISTO en alta estima.

A mí no me importan tus ropajes; lo que me importa es aquello que piensas de Su regio atavío. No me interesan tus heridas -aunque de ellas mane sangre a raudales-; lo que me interesa es qué piensas tú de las heridas de Cristo. ¿Son para ti apreciadas como brillantes rubíes? No te considero inferior porque residas, como Lázaro, en la miseria y los perros te estén lamiendo las heridas. No te juzgo por tu pobreza, sino por lo que piensas del Rey en su hermosura. ¿Tiene CRISTO en tu corazón un trono glorioso y elevado? ¿Lo colocarías más alto si pudieras? ¿No temes morir si con ello lograras añadir solo un sonido de trompeta más a los acordes que proclaman sus alabanzas? ¡Ah, entonces vas bien! Cualquiera que sea el concepto que tengas de ti mismo, si CRISTO es grande para ti, estarás con ÉL en Su gloria eterna. Aunque el mundo entero de mi elección se burle, mi porción será CRISTO. Ningún otro como ÉL me satisface. CRISTO es la plenitud que lo llena Todo en Todo. Efesios 1:23." -.C. Spurgeon