DICIEMBRE 19

¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Salmo 73:25"
"¿A quién tengo yo en los cielos sino a Ti?" Con esta pregunta expresa que como resultado de su experiencia, ha entendido que nadie en ninguna parte le puede ayudar, y que no hay otro Salvador. Cuando las cosas le fueron mal, cuando no sabía a dónde ir o a quién recurrir, cuando necesitaba consuelo, fuerza y seguridad, y algo a qué aferrarse, encontró que no hay Nadie aparte de Dios: "¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti?". Les diré lo que es el Cielo: Es "estar con CRISTO", y si esto no nos satisface, entonces no conocemos a Cristo en absoluto. "Donde tú estás el cielo es". Sólo mirarle a ÉL es suficiente. "Estar con Cristo" es más que suficiente, es TODO. "¿A quién tengo yo en los cielos, sino a ti?" Hemos tenido experiencias y bendiciones; hay ciertas cosas que ya sabemos, pero esta es la prueba: ¿Anhelamos nada más que estar con EL? ¿Hablar con ÉL? ¿Tenemos sed del Dios vivo y de la intimidad con el SEÑOR Jesucristo? Esta es la verdadera experiencia cristiana. ¿Cuánto tiempo pasamos con Él en oración?.... ¡Cuán pocos son los que mantienen su amor, confianza y vista fijos sólo en Dios! Muchos creyentes admiten solo de labios, que todas las cosas dependen de Dios, sin embargo, están constantemente procurando obtener ayuda, procedente de otra fuente que no es Dios, independientes de ÉL."
"Y fuera de Ti nada deseo en la tierra". Lo dice, porque la razón de su problema es que deseaba ciertas cosas que otros tenían: "Pues tuve envidia de los arrogantes, viendo la prosperidad de los impíos. Porque no tienen congojas por su muerte, pues su vigor está entero." Salmo 73:3-4 Deseaba ser como ellos y tener lo que tenían, pero en la presencia de Dios entendió que todo lo que ofrece el mundo es temporal. Jesús lo enseñó así: "Cualquiera de ustedes que no renuncia a todas las cosas que posee, no puede ser mi discípulo." Luc.14:33. Ser discípulo de Cristo, significa que ÉL debe estar en el centro de mi ser; significa amarle más que a cualquier persona o cosa. ¿Tiene el SEÑOR, el primer lugar en nuestras vidas? Aun antes que nuestros seres queridos, trabajo, éxitos, negocios, El SEÑOR debe ser nuestro supremo deseo. Pablo dijo: "Para mí el vivir es CRISTO..." Fil.1:21 "Y he aprendido a contentarme cualquiera sea mi situación."Fil.4:11 Aprendió porque otras cosas de este mundo ya no lo controlaban. Esto es vivir sin depender de las circunstancias que nos rodean, es vivir de ÉL, por ÉL y para ÉL; todo lo demás en esta tierra es insignificante.
Un siervo de Dios, en referencia a este verso, dijo acertadamente: "El alma piadosa que sinceramente ama y con fervor anhela al SEÑOR Jesús, busca a su Amado por todas partes. Si lo encuentra, ¿quién es más feliz que él? Si no lo encuentra ¿quién está más desconsolado? ¡Ah!, SEÑOR Jesús: Tú eres el mejor de los amigos, Tú eres el objeto de mi amor; mi alma te busca; mi corazón te anhela. ¿Qué me importa el mundo con todos sus placeres y pompas, su poder y gloria, a menos que Tú estés en él? ¡Qué me importan los banquetes y la compañía más alegre a menos que Tú estés presente y a menos que pueda humedecer mi bocado en tus heridas, endulzar mi bebida con tu gracia y oír tus palabras reconfortantes! Ciertamente, Salvador mío, incluso si yo estuviera en el cielo y no te hallara allí, me parecería que no es el cielo. Por tanto, SEÑOR Jesús, cuando con lágrimas, suspiros y anhelos del corazón y esperanza paciente, te busco, no te escondas de mí, sino permíteme hallarte; porque, ¡SEÑOR!, ¿A quién tengo yo en el cielo sino a Ti? Y fuera de Ti nada deseo en la tierra." Martin Lloyd Jones