DICIEMBRE 17

14.02.2021

"...Porque yo confío en Dios que será así como me ha dicho." Hechos 27:25

Esta es una confesión de Fe en lo que Dios ha prometido. Muchas veces pedimos cosas que no están absolutamente prometidas. Por lo tanto, hasta que no hayamos perseverado por algún tiempo, no estamos seguros si nuestras peticiones están en los planes de Dios o no. Hay otras ocasiones, como lo fue en la vida de Pablo, cuando estamos convencidos por completo de que lo que pedimos está en conformidad con la Palabra de Dios. Por medio de las Escrituras a veces nos sentimos movidos por el Espíritu a pedir por alguna promesa, bajo la impresión especial de que contiene un mensaje para nosotros. En tales ocasiones decimos con la fe que confía: "Sera así como me ha dicho." No hay necesidad de disputa ni lucha; simplemente lo que tenemos que hacer es presentar el cheque, y pedir el cambio, estos es, señalar la promesa y pedir su cumplimiento; tampoco puede haber duda alguna con respecto a su emisión.

Cada promesa de la Biblia es un escrito de Dios, el cual puede reclamarse delante de Él, con esta razonable súplica: "Yo confío en Dios que será así como me ha dicho." El Creador no puede engañar a Sus criaturas las cuales dependen de Su verdad; y mucho menos el Padre Celestial no puede faltar a Su palabra con Sus propios hijos. "Yo confío en Dios que será así como me ha dicho"es un reclamo de los más sobresalientes. Es un argumento doble: Es Tu Palabra. ¿Por qué la has dado si no la cumplirás? Tú me has hecho confiar en ella. ¿Frustrarás la esperanza que Tú has engendrado en mí? Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre, para que se arrepienta. ¿Lo ha dicho El, y no lo hará? ¿Ha hablado, y no lo cumplirá? Números 23:19

La fidelidad eterna de Dios es lo que hace la promesa de la Biblia "magnífica y preciosa." Con mucha frecuencia, las promesas humanas son indignas. El incumplimiento de muchas promesas ha quebrantado muchos corazones. Pero desde la creación del mundo, jamás ha dejado Dios de cumplir una sola promesa que haya hecho a sus Hijos. Es muy triste para un cristiano, el permanecer en la puerta de la promesa durante la noche terrible de la aflicción sin atreverse a llamar a la puerta, cuando debiera entrar valientemente en el refugio, lo mismo que entra el niño en la casa de su padre...."Porque yo confío en Dios que será así como me ha dicho." Hechos 27:25 .-F. B. Meyer