FEBRERO 12

28.03.2021

Mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que brote para vida eterna. Juan 4:14

En muchas ocasiones Nuestro Maestro Divino, Jesús, se vale de las cosas físicas para enseñarnos las espirituales. Así, como el cuerpo humano no puede sobrevivir sin agua, de la misma manera nuestra alma no puede sobrevivir sin agua espiritual. Muchos han dedicado su vida a la búsqueda de la 'fuente de la juventud', un agua milagrosa, alguna fuente mágica que les traiga el éxito, satisfacción y felicidad y vida eterna. Pero la mayor parte de su búsqueda es en vano. Únicamente el "Agua viva", Jesucristo, es nuestra fuente de vida, y solo Él puede brindar una vida feliz, de éxito y eterna a los hijos de los hombres. Al creer en Jesucristo y permitirle habitar en nuestro corazón por la Fe, damos acceso al manantial de "agua viva", Cristo, que refresca y vivifica nuestra alma. Cuando nos acercamos a Él todos los días en oración y obediencia a Su Palabra, tenemos la bendición de beber de Su presencia. Su presencia es el regalo de la vida. Es la vida eterna, la vida para la cual fuimos creados.

La promesa del Salvador a la samaritana se extiende a todos los hijos de nuestro Padre Celestial. Jesús es el "Agua Viva" que nunca se agota, porque Él dijo: "¡Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba! El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior brotarán ríos de agua viva." Juan 7:37-38. Cuando nos acercamos al SEÑOR, Él nos dará a beber y nunca volveremos a tener sed. Esto a que deseemos con eficacia el amor de Dios cuando dijo: "el que bebiere del agua que yo le daré, esto es, de la gracia del Espíritu Santo, no tendrá sed jamás; Porque el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna," Porque el amor de Dios extingue y apaga en el corazón, la sed del amor a los deleites del mundo, a las riquezas, al orgullo, vanagloria y deseo de reconocimiento.

De esta fuente bebió el apóstol Pablo y al instante se apagó en él la soberbia, el deseo de perseguir y matar a los cristianos. Bebió Mateo y al instante se apagó en él la sed de codicia. Bebió Zaqueo, al instante quiso despojarse de la mitad de sus bienes para darlo a los pobres y devolver por cuadruplicado a quien hubiera robado. Lucas 19:8 Bebió María, la pecadora, al instante se apagó en ella la sed de la lujuria y se convirtió en una mujer piadosa. Este es el secreto del poder de la Fe que rompe la fuerza esclavizante del pecado y sus atracciones. Si el corazón está satisfecho con todo lo que Dios es para nosotros en Jesús, el poder del pecado para alejarnos de Cristo queda destruido. Al que tuviere sed, yo le daré de la fuente del agua de vida gratuitamente. Apoc.21:6

Por lo tanto, aceptando la plenitud de las bendiciones que Jesucristo ofrece, Él saciará plenamente y permanentemente la sed profunda del alma humana. Vamos a encontrar la paz y nos convertiremos en fuente de bendición para los demás, al igual que la mujer en el pozo se convirtió en una bendición para aquellos en donde ella vivía. El SEÑOR proporciona el agua viva que puede satisfacer la sed ardiente de aquellos cuya vida está reseca debido a que hay sequía de la verdad del Evangelio de Cristo.

Él SEÑOR espera que nosotros les brindemos la plenitud del evangelio dándoles las Escrituras y expresando el testimonio de la veracidad del Evangelio restaurador a fin de satisfacer esa sed. Al beber de la copa del conocimiento del Evangelio de Cristo y al comprender el gran plan de paz, de amor, de salvación de nuestro Padre Celestial, su sed se satisface. Así como en el pozo de Jacob, también en la actualidad, Jesucristo es la única fuente de agua viva, el agua que apagara la sed de aquellos que sufren de sequía de la verdad divina que tanto aflige al mundo.Aquel que cree en Jesucristo, encuentra suficiente en Él para satisfacerlo en el presente y para alegrarlo por siempre, porque en Él halla tal manantial de gozo, como una fuente de consolación, que está satisfecho y feliz. Ponlo en un calabozo, y él sentirá que tiene la mejor compañía, ponlo en un desierto estéril, y él encontrará el pan del cielo y la fuente de vida para beber. Aunque abandonado, él encontrará refugio bajo la Roca Eterna; mina la base de sus esperanzas terrenales, pero su corazón estará aún firme, confiando en el SEÑOR.

El verdadero creyente está tan completamente satisfecho con la suficiencia total de Cristo, que no tiene más sed, excepto por las profundas corrientes del "Manantial Vivo". Tendrás sed; pero no será una sed de dolor, sino un deseo amoroso; lo encontrarás como algo tan dulce, después de gozar totalmente del amor y la presencia de Cristo. ¿Sientes que tus deseos están satisfechos en Cristo y que tú no tienes otro deseo ahora, sino conocer más de Él y tener una relación cercana con Él? Entonces, acércate continuamente a la fuente y toma gratuitamente del " Agua de la vida". El SEÑOR no pensará que tú ya has tomado suficiente, sino que siempre te dará la bienvenida, diciendo: "Oh amado, sí, bebe abundantemente.... "