DICIEMBRE 12

"Descenderá como la lluvia sobre hierba cortada. Salmo 72:6
Este verso habla de corte o poda. Nuestro Dios posee guadañas con las que corta Sus praderas. El corte es una actividad común y necesaria en el campo, en un tiempo específico, con el fin de obtener cosechas más abundantes, de mejor calidad, más fuertes y más sanas. Aunque "parece" que el sembrado va a morir, es precisamente de los cortes donde saldrán nuevos retoños. Y en nuestra vida debemos enfrentar el corte doloroso de la guadaña de Dios, de las decepciones, tristezas y la hoz de la muerte.
Nuestro Padre Celestial puede quitar de nuestra vida todo lo que nos distraiga o desvíe de sus caminos; cosas que a "nuestro parecer" son flores, cosas buenas o bendiciones. Pueden ser amistades o personas que creemos que fueron enviadas por Dios, pero en realidad las colocamos nosotros sin haberle consultado, oportunidades que según nuestro criterio son enviadas por ÉL, la salud, pérdidas económicas. ¡Cuán doloroso es este procedimiento! Pero, Dios usa la aflicción en la misma forma que usa la lluvia para el pasto.
El resultado del corte es siempre beneficioso; somos convertidos a la imagen de Cristo. Este proceso hace morir al ego, corta toda frondosidad, sinónimo de gloria humana y soberbia, desencadenante de otros pecados, y principal enemiga de la vida cristiana sincera. La guadaña de Dios hace retoñar la humildad, virtud esencial del cristiano; la cual le lleva a entender cuán frágiles y pasajeros somos en esta tierra, pues la Biblia compara al hombre con la hierba, y su gloria con las flores: Nuestros días son como la hierba, florecemos como las flores del campo y sacudidos por el viento desaparecemos sin dejar rastro. Salmo 103:15-16.
El único método con que se puede obtener un césped de hierba aterciopelado, es cortándolo repetidas veces. Cuando la hierba ha sido cortada, y reina la desolación donde habían muchas flores del yo y gloria humana, entonces es el tiempo más favorable para que descienda la lluvia del cielo. ¡Oh, alma mía, una y otra vez el SEÑOR te ha visitado con Su afilada guadaña! No temas al corte, porque seguro será seguido por lluvia de gracia abundante, que esparcirá resplandor y belleza a tu alma, un jardín bien regado de amor, de gozo, paz, fe, humildad, dominio propio, frutos del Espíritu Santo que bendecirán tu vida y la de otros. Anónimo