ENERO 2

"De su plenitud todos recibimos gracia sobre gracia", Juan 1:16
"Gracia", significa "favor, don, regalo,bendición o bondad". La gracia de Dios nos escoge para bendecirnos en lugar de maldecirnos, a pesar de nuestros pecados. Esta es Su bondad para los indignos: "Porque por "Gracia" son Salvos por medio de la fe; y esto no de ustedes pues es un don de Dios". Efe. 2:8 La única manera que cualquiera de nosotros pueda entrar en una relación con Dios, es por causa de "Su gracia". De la plenitud de su gracia y de su misericordia, por las que hizo la expiación del pecado; y de la plenitud de su sabiduría y de su verdad, por las que se han revelado los misterios del cielo y se ha enseñado la ciencia de la verdad eterna, hemos recibido todos la gracia o la misericordia para perdón de nuestros pecados.
Cuando el corazón se levanta con toda su fuerza y poder contra el orgullo, vanagloria, envidias, y todo deseo lujurioso y desordenado, entonces, el SEÑOR ha crecido hasta una altura considerable! No es cosa fácil vencer esos deseos ardientes y corrupciones que están en nuestros propios corazones, como tampoco es fácil mantener la fe en medio de fuertes aflicciones. Solo la gracia del SEÑOR puede sustentarnos y capacitarnos para vencer.
Estar en un estado de verdadera gracia, es ser feliz para siempre. Es un alma cercana, amada y muy estimada por Dios. Es un alma alojada en Dios. Es un alma segura en los brazos eternos. Estar en estado de gracia hace que la condición del hombre sea llena de paz y calma permanentes. El saberse a sí mismo en tal estado, es lo que hace que su vida sea dulce, segura y bendecida. Estar en este estado de gracia producirá tanto un cielo aquí y más allá. Esta seguridad es la belleza y el ápice de la felicidad de un cristiano en esta vida. Por lo general, está acompañada con alegría, con los consuelos más dulces y con la paz más grande. La Gracia de Dios es una perla que la mayoría quiere. Su estado es seguro y feliz, cuya alma está adornada con ella, aunque no la vea. Tener gracia, y estar seguros de ella, es el cielo en la tierra.
Y este conocimiento que acompaña a la salvación por Gracia, afecta el corazón por Cristo, y lo inclina a todas las cosas espirituales. ¡Atrae maravillosamente el alma a Cristo y a todo lo referente a Él! Dice el creyente, la esposa:"Atráeme; en pos de ti correremos". Cant.1:4 "¡Oh, aliméntame con Tu amor, tus pasas y Tus manzanas, porque estoy completamente enamorada!" Cant. 2:5. ¡Oh, mi corazón está embelesado con Cristo, está embelesado con su amor; mi alma arde, mi corazón palpita por Él! ¡Oh, nadie como Cristo mi Salvador! No puedo vivir en mí mismo, no puedo vivir en auto complacencias y deseos carnales, solo puedo vivir en Cristo, quién es mi vida, mi amor, mi alegría, mi premio, mi corona, "mi Todo en todo". Oh, cuanto más llego a conocerlo en Su naturaleza, en Su gracia, en Sus nombres, en Sus oficios, en Sus revelaciones, en Sus visitas, en Sus palabras, en Sus bellezas, más encuentro mi corazón y mis afectos para apreciarlo, para correr en pos de Él, para conmoverme con Cristo y para ser maravillosamente amado por Cristo!
Oh, Dios no permitas que mi corazón sea afectado con algo en comparación con Cristo. Cuanto más lo conozco y comprendo su Gracia, más lo amo; más lo deseo; más se une mi corazón a Él. Su gracia cautiva, Su amor arrebata, Su bondad atrae, Sus manifestaciones seducen, Su persona enamora, Su hermosa mirada me conmueve, Su dulce voz me deleita, Su precioso Espíritu me consuela, Su santa Palabra me gobierna; ¡Todas estas cosas hacen que Cristo sea un cielo para mí! Oh, pero todo ese conocimiento especulativo, vano, teórico y falso, sobre la gracia de Dios y su Salvación en Cristo, que se apoya en los poderes que dominan este mundo, sin revelación de lo alto; deja a los hombres sin salvación, no afecta el corazón; nunca atrae a Cristo ni permite que el corazón se encariñe con Él, o con las cosas preciosas de Cristo. Por lo tanto, tales hombres, bajo todas sus ideas terrenales sin la luz divina, no tienen ningún afecto, ni deleite ni cambio del corazón. Pero para todos los que hemos creído en Él, nos dio la potestad de ser hechos hijos de Dios, Juan 1:12 y "de su plenitud todos recibimos gracia sobre gracia". -Thomas Brooks