JULIO 9

13.10.2022

Porque, ¿Quién de ustedes, deseando edificar una torre, no se sienta primero y calcula el costo, para ver si tiene lo suficiente para terminarla? No sea que cuando haya echado los cimientos y no pueda terminar, todos los que lo vean comiencen a burlarse de él, diciendo: "Este hombre comenzó a edificar y no pudo terminar". Lucas 14: 28-30.

¿Qué significan estas solemnes y escrutadoras palabras que el SEÑOR dirigió a la multitud que se agolpaba a su lado? Esta parábola representa el absurdo de quienes se comprometen a ser discípulos de Cristo, sin considerar las dificultades con las que se encontrarán y la fuerza que tendrán para poder seguir adelante con la empresa. Y justo antes de pronunciar estas palabras el SEÑOR advierte: "Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo." Lucas 14:27 Es decir, prepárate para un vida de dificultades, y para transitar "la senda estrecha" que lleva al cielo. Muchos empiezan y no soportan ser cristianos, excepto si les quitan la Cruz. Otros, cuando están en medio de una condición dura y desagradable a la carne, no quieren acercarse a Cristo. No existe ninguna excusa para desanimarse, porque el SEÑOR nos concede la ayuda que necesitamos para lograrlo. Si calculamos el gasto, todos estamos desprovistos de poder para colocar una sola piedra o empuñar una espada contra el enemigo de nuestras almas. Pero como los materiales, gastos, armas y fuerzas son suministrados por el SEÑOR desde el cielo, nuestra indiferencia o desánimo no puede ofrecer ningún pretexto para seguir a Cristo, sin importar las dificultades que deba enfrentar.

El diseño de Cristo, por lo tanto, es advertir a sus seguidores que lleven la Cruz, para que puedan prepararse con valor. Tendrá que enfrentar las fuerzas de la tierra y las potencias del maligno. Nadie se volverá apto para servir a Cristo hasta que haya sufrido una larga preparación para la guerra. "Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. Y tampoco el que lucha como atleta es coronado, si no lucha legítimamente. El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero. Considera lo que digo, y el SEÑOR te dé entendimiento en todo." 2Tim.2:3-7

"Hay dos maneras de mirar las dificultades: desde el punto de vista humano, o desde el punto de vista divino; podemos considerarlas con espíritu de incredulidad, o con la calma y sosiego que da la confianza en el Dios vivo. Negar que el pueblo de Dios tiene que afrontar numerosas dificultades no sería propio de la fe, sino tan solo temeridad, fanatismo o fruto de un entusiasmo carnal. Ninguna dificultad debe separarnos del amor del SEÑOR: ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?...Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Rom. 8:35-37 Es siempre conveniente saber lo que se hace, y no lanzarse ciegamente a una empresa para la cual no se está preparado. Pero, como gran principio práctico de aplicación general, es muy importante, para todo el pueblo de Dios, considerar atentamente y con calma toda línea de conducta o toda esfera de acción antes de emprenderla. Esto es calcular el costo. Si siempre se hiciera así, no veríamos tantos naufragios morales y espirituales a nuestro alrededor.

¡Cuántas torres sin terminar vemos cuando contemplamos el vasto campo de la profesión cristiana! ¡Qué ocasión de burla ofrecen a los observadores! Cuántos hay que emprenden la senda del discípulo por un impulso súbito, o bajo la presión de simples influencias humanas, sin tener el debido conocimiento o sin prestar la debida atención a lo que esa determinación implica; y luego, cuando sobrevienen las dificultades, cuando aparecen las pruebas, cuando se dan cuenta de que la senda es estrecha, áspera, solitaria e impopular la abandonan, demostrando así que jamás calcularon el costo real, jamás emprendieron tal senda en comunión con Dios, que jamás supieron bien lo que hacían.

Tales casos son muy lamentables; acarrean grandes reproches a la causa de Cristo; dan ocasión a que el adversario blasfeme y desalientan grandemente a los que buscan la gloria de Dios y el bien de las almas. Mucho mejor es no empezar esa marcha que, una vez emprendida, abandonarla por incredulidad o por espíritu mundano. Podemos, entonces, darnos cuenta de la sabiduría y fidelidad de las palabras de Cristo, expone claramente al pueblo lo que tiene delante; no ciertamente para desanimarnos sino para guardarnos de la confianza en nosotros mismos, la que seguramente cedería al llegar las horas de prueba, e inducirnos a apoyarnos en el Dios vivo, quien nunca desampara al corazón que confía en Él. -Charles Mackintosh

"La construcción es un asunto tedioso, desgastante y que da poca satisfacción a causa de los gastos. Y sin embargo, se descubre que las ventajas de construir son suficientes para inducir a los hombres a invertir en ello sin dudarlo. Recordemos que una recompensa mucho más valiosa y eterna espera a los que son los constructores del templo de Dios vivo y que luchan bajo la bandera de Cristo: porque los cristianos no trabajan por un edificio temporal, ni luchan por un triunfo pasajero. "Pues sabemos que si se deshace nuestra casa terrenal, es decir, esta tienda que es nuestro cuerpo, en los cielos tenemos de Dios un edificio, una casa eterna, la cual no fue hecha por manos humanas." 2 Cor. 5:1