AGOSTO  8

17.11.2022

"Jesús, pues, cansado del camino, se sentó junto al pozo." Juan 4:6

En toda la historia del evangelio, hay pocas imágenes más tiernamente sugestivas de Jesús, que las que tenemos en estas palabras. Ha estado viajando todo el día bajo el sol abrasador, está cansado y agotado por tan larga jornada: tiene hambre y sed, al llegar a este lugar de descanso, se sienta en el borde de un pozo. En otros lugares tenemos imágenes para los tentados, para los despojados y afligidos, para los penitentes, para las madres, los niños, para los ciegos, los sordos, los cojos y los perseguidos. Aquí, sin embargo, está la imagen para los cansados.

Al mirarlo, vemos el lado humano de la vida de Cristo. Esta es una de Sus experiencias, que podemos entender. Cuando lo vemos sanando, echando fuera demonios, enseñando, resucitando a los muertos, transfigurado, Él está muy por encima de nosotros y no podemos entrar en Sus sentimientos. Pero en Su cansancio corporal, después de Su largo viaje, Él está entre nosotros, y podemos saber cómo se sintió. El mayor consuelo nos viene del hecho de que Él ahora puede compadecerse de nosotros cuando estamos cansados, porque Él estaba cansado. "Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades". Hebreos 4:15 ¡Es maravilloso pensar que incluso en el cansancio, Jesús puede identificarse con nosotros! -JR.Miller

"¡Cuán verdaderamente humano fue el SEÑOR Jesús! Él sería en todos los puntos como sus hermanos, por lo que no se eximió de la fatiga. Entonces, ¡cuán completamente puede Él simpatizar con el trabajador de hoy que está agotado por el trabajo! Para el Salvador, una larga caminata traía cansancio, y necesitaba descanso, y para descansar Él "se sentó en el pozo". Ahora bien, aunque Divino, y por lo tanto en el cielo, Él fue verdaderamente un hombre sobre la tierra. Este misterio de Su persona sólo es revelado por Él mismo ( Mateo 11:27)

"Jesús, pues, cansado del camino". Aquí se manifiesta la realidad de la humanidad de Cristo. Él era tan real y verdaderamente Hombre como era Dios. Al enfatizar en Su Deidad absoluta, corremos el peligro de pasar por alto la realidad de Su humanidad. El SEÑOR Jesús era un hombre perfecto: comía y bebía, trabajaba y dormía, oraba y lloraba. Míralo dormido en la barca, exhausto por el esfuerzo de un día pesado de trabajo: pero nota su divinidad cuando se levanta y calma la tormenta. Míralo junto a la tumba de Lázaro, gimiendo en espíritu y llorando: y luego inclínate ante Él en adoración como Dios; por una palabra de Su boca, resucita a los muertos. En la Cruz tuvo sed. ¡En qué circunstancias vino Él voluntariamente, esto en obediencia y amor a Su Padre, y en amor a Sus propias ovejas! Aquel por quien fueron hechos los mundos, estaba sentado como un hombre cansado junto al pozo de Jacob, y allí al principio solo. Una palabra del trono, y toda la hueste angélica habría volado para servirle. Pero esa palabra no fue pronunciada. Porque el propósito de Dios de la gracia a las almas en Samaria se llevaría a cabo...." - C.E. Stuart

"Obtengamos todas las bendiciones que sean posibles, de la verdad de las experiencias humanas de nuestro SEÑOR! Cuando hemos estado trabajando duro nos sentimos cansados y desfallecidos, recordemos esta imagen: Jesús, con los pies doloridos y cubierto de polvo, hundiéndose exhausto en el borde de una piedra. Él no ha olvidado ni siquiera en Su gloria cómo se sintió ese día; y cuando Él nos ve en nuestro cansancio, Su corazón siente ternura por nosotros. Él nos mira con compasión y nos envía una bendición de fortaleza y alegría. ¡Que todos los que están muy cansados enmarquen este cuadro en su memoria y lo mantengan siempre pegado en la pared de su corazón! -J.R.Miller

ORACIÓN: SEÑOR mío Jesucristo, riquísimo en todos los bienes, y distribuidor de todos ellos con generosidad, a mi pecador fatigado de andar por el camino de esta vida, dame el descanso que necesito, pues "Tus caminos son placenteros y en todas tus sendas hay paz." Prov. 3:17 Pan vivo descendido del cielo, que siempre provees, aliméntame de ti, que tu carne es verdadera comida y tu sangre verdadera bebida espiritual que satisface plenamente; para que no desfallezca y pueda llegar a ti. Así fortalecido y renovadas mis fuerzas, siga adelante y firme en la Fe, concédeme este manjar divino, para que en todas las cosas haga siempre tu voluntad.

SEÑOR, fuente inagotable de la vida y de todas las gracias, embriaga mi corazón con todas ellas, y con la abundancia de tus deleites, para que olvidando todas las cosas transitorias de la tierra, te ame y te busque solo a tí. Quédate conmigo para que unido a Tí guarde y obedezca los preceptos de tu Palabra, y en el día postrero merezca quedar para siempre contigo en el descanso eterno de tu gloria.... Amen. - Ludolphus