OCTUBRE 7

13.10.2021

"Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación". Mateo 5: 4

No es común considerar bienaventurados a los afligidos. Aquí, sin embargo, hay una bienaventuranza especial para los que padecen. En particular, Jesús probablemente se refería a los dolientes arrepentidos. En todo este mundo no hay nada tan precioso ante Dios como las lágrimas de arrepentimiento; ningún diamante o perlas brillan con tal resplandor a Su vista. Fue Jesús mismo quien dijo: "Hay gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente". Lucas 15:7 Verdaderamente bienaventurados, por tanto, aquellos que en sincera penitencia lloran y se duelen por sus pecados; una luz santa brilla desde el cielo sobre todos ellos. Se consuelan con el perdón y la paz de Dios.

"El perfume de nardo con el que la mujer pecadora en la casa del fariseo ungió los pies de Cristo era muy costoso; pero las Lágrimas con las que bañó Sus pies, tenían mucho más valor." Abraham Wright

Pero sin duda la bienaventuranza se refiere también, a los hijos de Dios que están entristecidos, por cualquier causa. La bendición nunca está más cerca de nosotros que cuando estamos afligidos. Algún día veremos que hemos obtenido nuestras mejores cosas de Dios, no en los días de nuestro gozo y alegría terrenales, sino en los tiempos de prueba y aflicción.

Las lágrimas son lentes a través de los cuales nuestros ojos apagados ven más profundamente el cielo y miran más plenamente el rostro de Dios, que de cualquier otra manera. Los dolores limpian nuestro corazón de lo terrenal y fertilizan nuestras vidas. Los días de dolor realmente son más provechosos que los días de regocijo. Crecemos mejor cuando las nubes se ciernen sobre nosotros, porque las nubes traen lluvia y la lluvia refresca. Entonces, el consuelo de Dios es una experiencia tan rica que vale la pena soportar la prueba, solo para disfrutar del dulce y precioso consuelo que Dios da en ella.

Pero para recibir de nuestros dolores sus posibilidades de bendición, debemos aceptar la aflicción como un mensajero de Dios, y orar por el verdadero consuelo, no el mero secar nuestras lágrimas, sino la gracia para aprovechar nuestra aflicción y obtener de ella el fruto apacible de justicia. - J.R. Miller

"Las lágrimas son perlas preciosas que Dios tiene en mucha estima, y que Él mismo recoge, según las palabras de David: Has recogido mis lágrimas. ¿Acaso no tienes todo eso registrado en tu libro? Has recogido todas mis lágrimas y las has guardado en un frasco. Has anotado cada una de ellas en tu libro. Isaías 56:8

"Bienaventurados los que lloran", porque serán consolados en esta vida; pero principalmente en la futura. Una alegría eterna coronará su cabeza, según dice lsaías 35:10 "Los que el SEÑOR ha redimido; entrarán en Sión con cantos de alegría, y siempre vivirán alegres. Hallarán felicidad y dicha, y desaparecerán el llanto y el dolor." -Cornelio

También ustedes ahora están tristes; pero yo los volveré a ver, y su corazón se alegrará, y nadie les arrebatará su alegría. Juan 16:22