JUNIO  7

13.09.2022

"Si las nubes fueren llenas de agua, sobre la tierra la derramarán." Eclesiastés 11:3


No debemos temer a las nubes que ahora oscurecen nuestro cielo. Es cierto que durante un poco de tiempo ocultan el sol, pero el sol no se extingue, a los pocos momentos vuelve a aparecer. Mientras tanto, aquellas nubes negras están llenas de lluvia, y cuanto más negras son, lo más probable es que derramen infinidad de chaparrones. ¿Cómo obtendremos lluvia sin que haya nubes? Nuestros problemas siempre nos han traído bendiciones y siempre continuarán trayendolas. Son los vehículos portadores de la Gracia Divina. Estas nubes no tardarán mucho en descender y toda hierba estará jubilosa por la lluvia. Nuestro Dios podrá empaparnos con aflicción, pero nos renovará con misericordia. Frecuentemente, las cartas amorosas de nuestro SEÑOR llegan a nosotros en sobres con bordes negros. Sus carruajes avanzan con estruendo, pero están cargados de beneficios. Su vara produce flores preciosas y frutos nutritivos. No permitamos que las nubes nos atormenten, sino al contrario, cantemos porque las flores de Mayo las recibimos gracias a las nubes y lluvias de Abril. El espacio azul de los cielos es mayor que las nubes.


El viento más fuerte y las nubes más oscuras que me puedan dar están en la palma de la mano de Dios. Tras lo que parece muerte cruel, está el amor y la sabiduría de nuestro Dios. Los ojos de Dios no se han empañado con el tiempo; Su oído no se ha ensordecido con el paso de los años; Su brazo no ha perdido fortaleza, ni sus pasos se han vuelto vacilantes. No ha cambiado. Él es el mismo Dios inmortal, inmutable, invencible de todos los tiempos. Él se ha dado así mismo en mi favor. ¡Que don inefable! ¡Que ofrenda! ¡Que condescendencia ilimitada, que el Dios infinito se diera a sí mismo! Ahora, querido corazón, si crees que Cristo es una nube que está llena de lluvia, ¿por qué razón está lleno? Pues, para vaciarse sobre la tierra. No había necesidad de que Él fuera un hombre lleno de empatía, excepto para empatizar con los hombres y mujeres en duelo. No había necesidad de que sangrara excepto para sangrar por ti. No había necesidad de que él muriera excepto para que el poder de su muerte pudiera librarte de la muerte.


IOh, SEÑOR, las nubes son el polvo de tus pies! ¡Cuán cerca estás de nosotros en los días nublados de tribulación y necesidad! El amor te contempla, y se regocija. La Fe ve a las nubes descender y alegrar a las colinas por todas partes. -C. H. Spurgeon


"Si Dios envía la tormenta, si llena de árboles los altos montes, si sigue el curso de los gorriones, ¿Qué no hará en tu favor?

Si Dios cuelga las estrellas en las alturas, si pinta las nubes errabundas, si pasea por los cielos al sol, ¿Qué no hará en tu favor?
Si Dios nos da días soleados y a la naturaleza levanta de su sueño, para que las aves canten alabanzas a su dueño, ¿Qué no podrá hacer en tu favor?
Si Dios puede hacer todas estas cosas si cuenta cada avecilla cantora, si controla el universo en movimiento ¿Qué no hará en tu favor?
Si Dios me da su dulce paz, y a mi alma brinda libertad, por Cristo que murió en la Cruz, lo puede hacer por ti." G.E. Wagoner