AGOSTO  7

17.11.2022

"En Todas estas cosas SOMOS MÁS QUE VENCEDORES por medio de aquel que nos amó". Romanos 8:37

Ser más que vencedor es tener una victoria tal que quebrante efectivamente el poder del adversario. Este es uno de los propósitos de la prueba y la tentación, que seamos colaboradores de Dios en la destrucción del mal. Dice que "fue del SEÑOR que estos reyes vinieran contra Josué en batalla con este mismo propósito, para que fueran completamente destruidos". Y cuando Dios permite que el enemigo aparezca en nuestra vida es para que le hagamos un daño irreparable y eterno, y así glorificar a Dios y ser obreros con Cristo en la destrucción de las obras del diablo. Debemos considerar a nuestros adversarios y obstáculos como cosas que han venido, no para destruirnos, sino para ser más que vencedores y dar gloria a nuestro Maestro. Como lo expresa bellamente el profeta: "Todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos; los que contienden contigo perecerán y serán como nada. Buscarás a los que contienden contigo, pero no los hallarás; los que te hacen la guerra serán como nada, y como algo que no existe". Isa. 41:11-12

Dios usa los ataques de Satanás a nuestro favor. Satanás descubre con disgusto eterno que nos ha estado prestando un verdadero servicio. Pensó cuando incitó a Faraón a asesinar a los niños de Israel, que estaba exterminando a una raza a la que temía. Pero ese mismo acto llevó a Moisés a la casa de Faraón, levantó un libertador para Israel y el destructor de Faraón. En verdad esto es ser ¡más que vencedor! Cuando incitó a Amán a construir su elevada horca y enviar el decreto para exterminar a Israel, pero tuvo que ver a Amán colgado en esa horca, a Israel liberado y victorioso. Cuando puso a los amigos de Daniel en el horno y a Daniel en el foso de los leones con la esperanza de destruir el último remanente de piedad en la tierra, pero estos héroes de la Fe, fueron "más que vencedores". No solo escaparon de su destructor, sino que su liberación condujo a Nabucodonosor a magnificar y proclamar la verdad de Dios, a través de todo el imperio babilónico, y a la confesión de Darío, reconociendo a Dios en todos los confines del imperio persa. Bien dijo David: "¡Que queden atrapados en la trampa que me tendieron!" Sal.35:8

Su intento más audaz fue la crucifixión de nuestro SEÑOR, y todo el infierno, sin duda, celebró en aquella tarde oscura en que Jesús se hundió hasta la muerte; ¡pero mira la Cruz se ha convertido en el arma con la que la cabeza de Satanás ya está aplastada y su reino de muerte ha sido exterminado! Entonces Dios hace forjar a satanás las armas de su propia destrucción, y arrojar los rayos que caen sobre su propia cabeza. ¡Oh, que podamos convertir sus ataques más feroces en nuestra ventaja y para la gloria de nuestro Rey!

Dios usa los ataques del enemigo y las pruebas para corregirnos. Solo así aprendemos a ejercer una fe victoriosa y a sufrir penalidades como buenos soldados de Jesucristo. Nuestros sentidos espirituales parecen requerir la presión de la dificultad y el sufrimiento para despertar todas sus capacidades y nos obliga a probar todos los recursos de la gracia celestial. Así que, el SEÑOR permite que el diablo actúe como sargento de instrucción en Su ejército y enseñe a Sus hijos el uso de Sus armas espirituales, para que podamos "tener por sumo gozo cuando nos hallemos en diversas pruebas". Sant.1:2 La escuela de la fe de Dios siempre es prueba. Por lo tanto, en lugar de quejarnos contra nuestra suerte y preguntarnos ¿por qué me pasa esto? glorifiquemos a Dios. Creyente, el tesoro más rico de tu vida está en manos de Satanás. Es demasiado astuto para desperdiciar su fuerza en lo que no vale nada. Él ha puesto su mano sobre las cosas más dulces, queridas y preciosas de la vida, y ya sea en tu corazón, en tu hogar o en tu círculo de amistad, allí el ataca, pero puedes estar seguro de que Dios te ama y te da la victoria, hallarás la herencia más rica de tu vida y de tu eternidad, y siempre dirás con regocijo, al darte cuenta del pleno significado de tu victoria, soy "más que vencedor por medio de Aquel que nos amó". Estás llamado no solo a empuñar el Escudo de la Fe, sino también la Espada del Espíritu con la que te mueves contra el enemigo conquistado y reclamas un nuevo territorio con cada avance.

Ser "más que vencedor" no es sólo tener la victoria, sino el botín de la victoria. Cuando los leprosos llegaron al campamento desierto de los sirios, encontraron tal abundancia que en una sola hora el hambre de Samaria se convirtió en abundancia. Y así nuestros conflictos y conquistas espirituales tienen su rica recompensa en los tesoros recuperados de las manos del enemigo. ¡Cuántas cosas hay que posee Satanás y que podemos y debemos disfrutar! Oh, el rico deleite que llena el corazón cuando expulsamos a los gigantes del mal genio, la irritación, la prisa, la lujuria, el odio, la malicia y la envidia que durante mucho tiempo han asolado y depredado toda la dulzura de nuestra vida. ¡En qué tierra exuberante entramos ahora, cuando vencemos a estos enemigos, y cuán deliciosamente nos enriquecen los despojos de la paz,el amor, la dulzura y el gozo celestial, en las mismas cosas donde una vez reinaron! Cuán rico es el botín recuperado del cruel adversario cuando por el nombre de Jesús es expulsado de nuestro cuerpo, y el cuerpo sufriente que había gemido y temblado bajo su opresión salta a la a la libertad, a la salvación y entrega toda la plenitud de sus fuerzas a Dios y al gozo de una vida victoriosa. ¡Oh, los ricos despojos que han de venir de un mundo rescatado de la mano de su cruel usurpador! ¡Cómo florecerá de nuevo en belleza, fecundidad y bienaventuranza, entregará sus riquezas a su Rey benigno y justo y a aquellos que se atrevan a conquistarla para Él y compartirán con Él su dichoso dominio milenario! con amor y paz entronizados por el altar de un cristiano.

Las mayores victorias de Cristo fueron a solas con el diablo. Nadie vió esa victoria en el desierto, pero Dios la vio y fue glorificado. Permanezcamos con el SEÑOR, y le escucharemos decir: "Pelearán contra ti, pero no te vencerán."Jer.1:19 "¡Te haré inquebrantable como el diamante, inconmovible como la roca! No les temas, Ezeq.3:9." Dios quiere creyentes, en quienes pueda confiar, que permanezcan como baluartes contra los choques de la artillería del infierno. Cristianos de los que pueda decir: "Sobre esta roca he edificado mi iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella". Seremos no sólo conquistadores, sino soldados de confianza a quienes Dios pueda usar como Sus hachas de batalla y Sus armas de guerra, como Sus poderosos acorazados, para llevar la batalla a las mismas naves del enemigo, sin temer sus golpes más duros, y arrojando contra ellos los rayos del poder victorioso de Cristo."Más que vencedores" significa no solo victoria sino triunfo final y recompensa eterna. " Bienaventurado el hombre que persevera bajo la prueba porque, cuando haya sido probado, recibirá la corona de vida que Dios ha prometido a los que lo aman." Sant.1:12

El momento más difícil es una oportunidad para recibir la corona de vida en la que las lágrimas que has derramado brillarán como diamantes de cristal, y las cicatrices de la batalla se transformarán en marcas de eterna belleza y eterno honor. Es "a través de Aquel que nos amó" que debemos vencer. ¡Gracias a Dios que es posible para todos nosotros! Aquel a quien Josué vio como Capitán del ejército del SEÑOR y a quien Josué tomó como su Gran Comandante en jefe, espera para liderar tu batalla y reclamar tu victoria también. "He vencido por ti", exclama Él a tu lado. Encomienda tu conflicto a Sus manos, tómalo en tu corazón como fortaleza, "fortalezcanse en el SEÑOR y en el poder de Su fuerza", y "vístanse de toda la armadura de Dios para que puedan estar firmes contra las asechanzas del diablo". " ¡No teman! Porque la batalla no es de ustedes sino de Dios''. 2 Cron.20:15 " Quédense tranquilos, EL SEÑOR peleará por ustedes,"Ex.14:14. Y cuando todo esté consumado y el estandarte ondee en triunfo y la corona sea otorgada, colocaremos nuestras banderas de batalla alrededor de Su trono, y nuestras diademas a Sus pies y exclamaremos:"Gracias a Dios, que en Cristo Jesús siempre nos hace salir triunfantes,"2 Cor.2:14 "En todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó". -A.B. Simpson