NOVIEMBRE  6

28.11.2021

"De oídas te había oído; MÁS AHORA MIS OJOS TE VEN. Job 42:5.

"De oídas te había oído"; Job escuchó de Dios desde muy niño de sus padres, abuelos y tutores de una manera tradicional le habían transmitido de uno a otro lo que sabían de Él, su voluntad, sus obras y formas y le habían inculcado los principios de la religión, y el conocimiento de las cosas divinas. Ni el oído ni el ojo natural pueden comprender completamente lo maravilloso que es el SEÑOR.

"MIS OJOS TE VEN". Job no se refiere a los ojos naturales, sino a los espirituales. Sin duda por revelación divina, miró con los ojos de su comprensión, y tuvo una vista más clara de su Redentor vivo, el Mesías; y vio mejor su naturaleza, sus perfecciones y su gloria, que nunca había visto; y lo que había oído hablar de Él quedó muy corto de lo que ahora le fue revelado de Él. "Ahora mis ojos te ven." Fíjese que dice "mis ojos". El hombre tiene ojos espirituales a los cuales se le denomina "entendimiento" Efesios 1:18.

Como ver a Dios con ojos naturales mata al cuerpo natural, así ver a Dios con ojos espirituales mata los efectos del sufrimiento. Tuvo una visión más clara y distinta de la soberanía, la sabiduría, la bondad y la justicia de Dios en los tratos de su providencia con sus hijos, y consigo mismo, y comprendió los porqués de sus sufrimientos.

Por lo que añade: "Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza." Job 42:6 Había inconsistencias y fallas en él que necesitaban ser expuestas y descartadas antes de que pudiera alcanzar la perfecta bienaventuranza y disfrutar de una paz inquebrantable. Así que Dios dejó entrar al hombre en Su presencia; y, como Isaías, Ezequiel, Pedro y muchos otros, de inmediato se confesó vil y pecador. La luz del gran trono blanco expone todas las imperfecciones insospechadas.

La gloriosa presencia del SEÑOR y la gloriosa experiencia que Job tuvo con el SEÑOR borraron todo el horror de sus sufrimientos. Ya no importaban. El deseo de recibir respuestas desapareció. Lo único que era realmente importante es que sus ojos espirituales contemplaron la indescriptible gloria de su SEÑOR.

Hay una gran diferencia entre saber acerca de alguien y conocerlo.Tanto Job como sus amigos han demostrado en todo el libro que sabían acerca de Dios, tenían muy clara la ley, la manera de actuar de Dios, sabían mucha teoría, pero ninguno de ellos conocían realmente a Dios, pero Dios mismo se revela a cada uno y muestra su majestad y poder. Job reconoce su pequeñez, había escuchado de Dios, pero ahora sus ojos podían ver al Dios verdadero, se ha encontrado de frente a aquel por quien vivía y se ha dado cuenta que no sabía nada, que no había llegado a comprender la grandeza y majestad del Rey, reconoce su ineptitud y su falta de conocimiento y adora a Dios, le da el reconocimiento que se merece.

Necesitamos conocer a Dios, quizá hemos oído hablar mucho de Él, solo de oídas, tal vez conocimos una religión o una tradición inculcada por nuestros padres, pero no le hemos visto, esto es no hemos tenido entendimiento sobrenatural del SEÑOR, por eso, somos religiosos, pero no fervientes, la religión es una carga, una obligación, pero la verdadera fe te lleva a Cristo y Su obra en la Cruz por ti y por mi, lleva a entender su amor,su perdón, su justificación y su salvación por gracia, esto es, un don divino inmerecido.

Por tanto, necesitamos que nos sea revelado por el poder de Su Santo Espíritu para poder amarle con toda la mente, con todo el corazón, con el todo el ser, comprender la obra de Salvación que hizo Cristo en la Cruz por cada uno, y así poder escucharle hablar por medio de Su Palabra y en nuestras oraciones, poder disfrutar de la vida en abundancia a la que nos hemos sido llamado, una vida de luz, de paz inefable permanente en el espíritu. ¡Oh, que llegue el momento que como Job, digamos "De oídas te había oído;Mas ahora mis ojos te ven! "

¿Has visto a Dios alguna vez? ¡Oh, pide esa visión, para que te conozcas a ti mismo! En la medida en que conocemos a Dios, nos aborrecemos a nosotros mismos. Entonces Jesús se vuelve indescriptiblemente precioso. Por su muerte pasamos a la verdadera vida, y empezamos a querer compartir de Cristo con los demás. Nunca tenemos tanto poder para bendecir al mundo como cuando nos acostamos humildemente a los pies de Dios.

Los creyentes fuertes que han pasado duras pruebas y muchos sufrimientos, son los "Jobs" de nuestros tiempos cuyos ojos han visto a Dios, cuya gloria puede hacer por ellos lo que ningún psicólogo ni psiquiatra puede hacer por ellos. "Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse" Romanos 8:18. "C. Spurgeon -F.B. Meyer