AGOSTO 6

17.12.2022

"Esfuércense por entrar por la puerta estrecha...." Lucas 13:24

Nuestro SEÑOR dice: "Esfuércense"; y se permite agregar una razón por la que debemos esforzarnos. Se ha establecido una puerta para que entremos por "La Puerta", Cristo, Juan 10:9, que conduce a nuestro verdadero hogar, el único lugar donde podemos ser felices, y esta puerta es estrecha. "Esfuérzate" incluso hasta la agonía; Todos quieren ir al cielo, pero a todos no les gusta el camino estrecho; les gusta ser llevados por los ángeles al seno de Abraham, pero no de los tormentos en el Hades. Pero que nadie piense en bailar con el diablo todo el día y luego cenar con Cristo por la noche; ir de placer en placer y querer volar al cielo con alas en un agradable colchón de plumas.- John Trapp

La puerta estrecha es aquella donde: El hombre entrega su vida a Dios y continúa haciendo su Santa Voluntad. El hombre renuncia a la carne y sus deseos y se consagra plenamente para Dios. El mundo y sus placeres son contrarios al Espíritu y solo ayudan a la perdición del hombre espiritual; pues Dios es NETAMENTE ESPIRITUAL. El hombre empieza a sufrir tribulaciones y persecuciones por causa de Jesucristo y su Evangelio. Esto es obra de Satanás que siempre se ha interpuesto en los planes de Dios. El plan de Dios es que todo hombre conozca la verdad y llegue a la SALVACIÓN; pero Dios no puede obligar a NADIE a que se salve; pues nos ha dado libre albedrío desde el principio de la creación. El hombre se niega a sí mismo, esto es que doblega su orgullo personal, su EGO y echa todo tipo de vanidades de su vida, consiguiendo con esto virtudes como la humildad, la mansedumbre y el arrepentimiento; los cuales agradan a Dios. El hombre empieza a amar verdaderamente a su prójimo, tratándolo y ayudándolo como si fuera a él mismo. El hombre empieza a amar a Dios en espíritu y en verdad, por sobre todas las cosas. El hombre abandona su naturaleza pecaminosa y vive una vida de SANTIDAD, por medio de Jesucristo. El hombre CARNAL, empieza a ser realmente ESPIRITUAL convirtiéndose en un hijo de Dios, coheredero con JESUCRISTO del reino celestial.

¿Por qué se llama estrecha? Porque por ella no cabemos con nuestros pecados, con nuestra rebeldía, con nuestra desobediencia, con nuestros vicios, con nuestro afán por el mundo, con nuestros deleites carnales, etc. Tenemos que despojarnos de todo esto para poder que quepamos por la puerta angosta. El camino que conduce a la puerta angosta se llama JESUCRISTO, pues sólo a través de Él, podemos llegar a ser salvos. No es lo que nosotros pensemos, no es lo que los hombres nos digan, es lo que dice la Palabra de Dios, es solo a través de Jesucristo que obtenemos la vida eterna. Los hombres se aferran fácilmente, apenas buscando, sin esforzarse en absoluto, hasta que su camino en la vida se acaba, y se encuentran de repente cerca de la otra puerta estrecha, la puerta misma del cielo mismo, que también se llama estrecho, porque nadie puede atravesarlo si no tiene la mente de Cristo, la mente mansa, humilde y abnegada, que Él invitó y encargó con tanta seriedad a todos los que quisieran venir a Él para que aprendieran de Él.

Jesús quiere que vivamos por Él. Él quiere que nos esforcemos en entrar por la puerta angosta. Los que hacen así serán salvos. Los que no hacen así encontrarán la puerta cerrada frente a ellos; y no podrán entrar. "Esforzaos a entrar por la puerta angosta -nos dice Jesús-; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán" (Lc 13, 24). Y cuando la puerta estará cerrada, el Señor nos dirá: "No sé de dónde sois...apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad" (Lc 13, 25.27). ¿Qué es esta vida de la puerta angosta? El camino angosto es el camino que sirve sólo a un Señor; no a dos señores, (Mt 6: 24). Este es el camino de tener sólo un tesoro, y este en el cielo; no dos tesoros, no muchos tesoros, porque donde está tu tesoro -dice Jesús-, ahí estará también tu corazón (Mt 6: 19-21). Y Jesús quiere que nuestro corazón esté con Él, y no en otro lugar; y no con Él y al mismo tiempo en otro lugar. Él quiere todo nuestro corazón. Él quiere un corazón indiviso, un corazón en que Él y sólo Él reina sin competición. Un corazón en el que Él puede habitar sin tener que competir con otra cosa para obtener nuestra atención completa. Él quiere que vivamos de una manera indivisa, que busquemos nuestro gozo y alegría sólo en Dios.

El SEÑOR quiere que dejemos todo lo demás por Él, como lo hicieron los primeros discípulos que dejaron todo, y lo siguieron. Él quiere, pues, que vivamos sólo para Él, y que renunciemos a todo lo que nos impide a hacer esto. Este es el camino angosto de la vida que pocos hallan, al cual Él nos invita. Este es el tipo de arrepentimiento, conversión, y transformación al cual Él nos llama. Por nuestra falta de realizar esto, Jesús fue enviado por su Padre para ganar para nosotros el perdón del Padre por medio de su muerte salvadora. Su muerte es el sacrificio que nos salva. Somos salvos por la muerte sacrificial de Jesús en la cruz, porque -como dice Hebreos- "se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado" (Heb 9: 26). Hemos sido perdonados de nuestro pasado pecaminoso e imperfecto por medio de la sangre de Cristo ofrecida al Padre por nosotros (Rom 3:25; Heb 9, 14). Esto es la parte de él. Nuestra parte es el arrepentirnos y cambiar nuestra manera de vivir, y buscar el camino angosto de la vida. Si no nos arrepentimos, pereceremos, nos dice Jesús hoy, como a los Galileos "cuya sangre Pilato había mezclado con los sacrificios de ellos" (Luc. 13: 1). Algo semejante nos sucederá a nosotros. Busquemos, pues, el camino angosto de la vida y del compromiso total sólo con Cristo. - Steven Scherrer

Muchos hay que saben más o menos de Él, tienen una noción real de dónde se encuentra y realmente desearían haber entrado y estar avanzando por ese camino; pero no tienen el valor de tomar el verdadero y único método de entrar; rebajarse, ser pequeños y humildes; por lo que si no se hacen como niños no podrán entrar en el reino de los cielos. (Mateo 18:3). Se cargan de riquezas, cuidados y placeres terrenales, de tal manera que ellos y sus cargas ocupan demasiado espacio para entrar por la puerta estrecha. No es imposible entrar por la puerta estrecha, porque el SEÑOR ha prometido estar con nosotros y ayudarnos a entrar por la puerta estrecha. "MI yugo es suave y mi carga ligera". No se contradice ciertamente, sino que dice esto por la naturaleza de las tentaciones y aquello por el afecto de los que las sufren. Porque cuando tomamos una cosa con gusto, la consideramos ligera, por muy pesada que sea. Y si bien es verdad que la puerta y el camino de la salvación es estrecho, sin embargo, por él se llega a la mayor anchura. Por el contrario, el camino ancho conduce a la perdición. -Crisostomo