JUNIO 5

13.09.2022

SEÑOR, Hijo de David, ten misericordia de mí. Mateo 15:22.

«¡Ten misericordia de mí!». Es un grito de auxilio de una fuerza inmensa proferido por la mujer cananea. Es un gemido que viene como de una profundidad sin fin. Sobrepasa en mucho la naturaleza, es el Espíritu Santo quien debe pronunciar este gemido en nosotros Rm 8:26. "Pero Jesús no le respondió palabra." Mateo 15:23, ¿Qué hace entonces la mujer? ¿decayó de ánimo al oír semejante respuesta? ¿se alejó? ¿abandonó su empeño y anhelos? ¡De ninguna manera! Al revés, instó con mayor fuerza. No lo hacemos así nosotros. Por el contrario, si no conseguimos lo que pedimos, desistimos al tiempo en que lo conveniente sería instar con mayor fuerza. ¿A quién no habría derrotado la palabra de Jesús? El silencio mismo del Maestro podía haberla hecho desesperar, pero mucho más semejante respuesta. Al ver que juntamente con ella eran rechazados los que por ella intercedían; y al oír que lo que pedía no era posible, podía esto haberla hecho desesperar. Pero no decayó de ánimo, sino que, viendo que sus abogados nada lograban, perdiendo laudablemente la vergüenza, tomó atrevimiento.

A veces, Señor, te siento pasar, pero tu guardas silencio: "Pero Jesús no le respondió palabra." Mateo 15:23, y yo te grito como la Cananea.¡Ten piedad de mí, SEÑOR! ¿Me atreveré todavía a acercarme a ti? Seguro que sí, los perritos echados fuera de la casa de su amo siempre vuelven a ella, y vigilando y guardando la casa, reciben cada día su ración de pan. Postrado, aquí estoy todavía; frente a la puerta, te llamo; en mi necesidad, suplico. Así como los perritos no pueden vivir lejos de los hombres, ¡de la misma manera mi alma no puede vivir lejos de mi SEÑOR y Salvador! Ábreme, SEÑOR. Haz que llegue hasta ti para ser inundado por tu luz. Tú, que habitas en los cielos, te has escondido en las tinieblas, en la oscura nube. Como lo dice el profeta: «Te has cubierto de una nube para que no pase la oración.» (Lm 3:44). Tus estrellas no brillan para mí, el sol se ha oscurecido, la luna ya no emite su luz. Oigo cantar tus hazañas en lo salmos, los himnos y cánticos espirituales; en el Evangelio, Tus palabras y tus gestos resplandecen como la luz; los ejemplos de tus siervos, las promesas de tus Escrituras de verdad se imponen a mis ojos y resuenan en mis oídos.


Jesús le dice: «Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel»... Mt 15:24 y «No está bien tomar el pan de los hijos para echárselo a los perrillos.» Mt 15:26. No podía poner a prueba a la mujer con más fuerza, ni ahuyentarla con más vehemencia. Jesús con tal respuesta la colmó de tristeza más aún que con el anterior silencio. Y cuanto más ella insiste pidiendo, tanto mayor rechazo recibe. Ahora bien ¿qué hizo la mujer rechazada de esta manera? Se humilló hasta lo más profundo. Rebajándose, mantuvo la confianza y dijo: "Sí, SEÑOR; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos." Mat.15:27 De las mismas palabras de Cristo saca su argumento. Aún así muestra virtud, perseverancia y fe grande; mientras que los judíos, cultivados cuidadosa y honorablemente, se portan de modo contrario. Como si ella dijera: "bien sé yo que el alimento es necesario para los hijos, por lo cual yo no por eso debo ser rechazada. Si en absoluto está prohibido recibir alguna cosa, será necesario abstenerse aun de las migas; pero si en alguna cosilla se puede participar, aun cuando yo sea un perrillo, no se me prohíbe, sino al revés, por eso mismo se me debe dar alguna parte así sea muy pequeña."

¡Ojalá también nosotros lleguemos a penetrar de manera tan veraz en el fondo de la verdad, no a través de sabios comentarios, de grandes palabras, o con los sentidos, sino desde el verdadero fondo de nosotros mismos! Nadie podrá intimidarnos, si permanecemos en la verdad, en confiada humildad. Nos podrán hacer soportar afrentas, menosprecios, rechazos, pero permanecerán firmes en la perseverancia, y se adentrarán todavía más profundamente, animados de entera confianza. Todo depende de eso, y el que llega a ese punto, éste sale vencedor. Estos y sólo estos caminos conducen, en verdad y sin parada intermedia hasta Dios. Pero perseverar hasta ese alto grado de humildad, firmeza, con entera y verdadera certeza, como lo hizo esta mujer, solo proviene de Dios."Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Mat.15:28 El SEÑOR probó la fe de esta mujer retardando el milagro para enseñarnos cuán grande cosa es la perseverancia en la oración. Prefiere Dios, cuando se trata de nuestros propios intereses, que seamos nosotros mismos los que le supliquemos, a que otros lo hagan por nosotros. Pues en el caso, los apóstoles tenían una mayor confianza, pero la mujer tuvo mucho mayor constancia. Reprocha a Pedro su poca fe. Mat 14:31) Admira la gran fe de esta mujer. Realmente tiene una fe grande pues proclama que el Verbo hecho carne Juan 1:14 es el Hijo de David, y porque, segura del poder del SEÑOR tiene confianza de que Él puede restablecer la liberación de su hija ausente, simplemente con un acto de Su Voluntad. Tú también, si tu fe es grande, una fe viva de la que vive el justo, Rom. 1:17, y no una fe muerta. Tú también obtendrás no sólo la salud completa de tu familia, y la salvación de sus almas, y también tendrás poder para mover montañas." Mat. 17:20