AGOSTO 5

"Al atardecer se acercaron los discípulos, diciendo: «El lugar está desierto y la hora ya es avanzada; despide, pues, a las multitudes para que vayan a las aldeas y se compren alimentos. Pero Jesús les dijo: No es necesario que se vayan; denles ustedes de comer."-Mateo 14:15-16.
El escenario de esta gran reunión fue el desierto de Betsaida, la región abierta y deshabitada al noreste del Mar de Galilea, y evidentemente cerca del mar, de modo que Jesús, cuando alimentaba a la multitud, no necesitaba crear agua para ellos, y también cuando terminó de alimentarlos, pudo despachar a sus discípulos en una barca. "Al atardecer", La tarde avanzaba; el sol se estaba poniendo; el pueblo estaba cansado y hambriento; algunos de ellos lejos de casa. Todavía había tiempo suficiente para proporcionarles una comida antes de despedirlos, pero aún así el día estaba muy avanzado.
Pero es con el modo o manera de bendecir que tenemos que hacer aquí especialmente. Esto es lo que hace aflorar la gracia del Señor Jesucristo y nos atrae hacia él como el gran proveedor de nuestras necesidades, el gran alimentador del alma y el cuerpo; y como es el Hijo, así es el Padre; y el que así ha visto y conocido al Hijo, ha visto y conocido al Padre. Este modo de bendición se verá mejor contrastando a los discípulos con el Maestro, su propuesta de suministro con la de Él. Antes de hacer algo por sí mismo, Jesús, primero pregunta a Felipe: "¿De dónde compraremos pan para que coman éstos?" Así Él les da la oportunidad de proveer, antes de que Él mismo lo haga.
Esto solo saca a relucir su vacío e incapacidad para hacer algo al respecto; porque todos los doce ahora vienen a Él sobre el tema, y es su propuesta la que nos encontramos primero en esta escena: "Despídelos para que vayan a comprar". No se les ocurrió apelar al Maestro y a su generosidad. Eran lentos de corazón para creer. La alimentación de cinco mil era un milagro tan enorme, que nunca pensaron en esto; no le piden a Él porque aún no habían agotado la ayuda humana, había aldeas a unas cuantas millas de distancia. Él es el último, no el primero, a quien acuden. Su remedio es muy característico del hombre: "Despídelos para que compren". Pero esto pone de manifiesto al SEÑOR y su modo de satisfacer las necesidades humanas de forma aún más maravillosa. "No es necesario que se vayan; dadles vosotros de comer". Tal es el contraste entre los discípulos y el SEÑOR, entre el hombre y Dios, entre el corazón, los pensamientos, los caminos del hombre y los de Dios. "Mis pensamientos no son sus pensamientos, ni sus caminos mis caminos, dice el SEÑOR". La manera del hombre es: "Despídelos para que compren". La manera del SEÑOR es: "No es necesario que se vayan; denles ustedes de comer". El SEÑOR nos da para que demos a otros.
Señalemos las formas en que Cristo alivia y trata con nosotros, como el Dios de la gracia: .- LA PROVISIÓN DEL SEÑOR es Inmediata. Se da en el acto; nos llega tal como estamos hambrientos y cansados. No nos hace esperar; no nos envía lejos para ser alimentados. Se pone en nuestras manos, en nuestros labios, de inmediato.
- LA PROVISIÓN DEL SEÑOR ES GRATIS. No necesitamos dinero; todo es sin precio. "Vengan, compren sin dinero y sin precio vino y leche." Isaias 55:1 Dios es el gran dador; no somos más que receptores. Solo somos bendecidos cuando aprendemos esto. Dios tiene respeto simplemente por nuestras necesidades, no nuestros medios de compra. De hecho, a menudo hace uso de otros para impartir su generosidad, "denles"; pero ya sea directamente o a través de un medio, todo es gratis. El agua que nos llega por los cauces de los ríos es tan libre como la que desciende en forma de lluvia.
.- LA PROVISIÓN QUE ÉL DA ES DE SU PROPIA MANO. "Y ordenando a la muchedumbre que se sentara sobre la hierba, Jesús tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo los alimentos. Después partió los panes y se los dio a los discípulos y a la multitud." Mateo 14:19 A veces más directamente que otras, pero aún así el suministro viene de sí mismo. Tómalo como del Padre o del Hijo, no importa. Es la mano Divina extendida para dar. Todo lo obtenemos de sí mismo, de su plenitud, de su amor. Es con Él con quien debemos tratar, y en el trato confiemos, que nuestras transacciones sean siempre las de la simple confianza de un niño.
.- LA PROVISIÓN QUE ÉL DA ES ABUNDANTE. "Todos comieron y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos: doce cestas llenas." Mat.14:20 Él da generosamente. No importa cuál sea la grandeza de nuestra necesidad, o el número de los necesitados, Él tiene suficiente y Él se derrama generosamente. Él nos llena; hay suficiente, y de sobra. - Horatius Bonar