AGOSTO  4

02.08.2021

Le llevaron allí a un sordo y tartamudo, y le rogaban que pusiera la mano sobre él. Jesús lo apartó de la gente, le metió los dedos en las orejas y, con su saliva, le tocó la lengua; y levantando los ojos al cielo, gimió, y le dijo: «¡Efata!», es decir, «¡Ábrete!» Al instante se le abrieron los oídos y se le destrabó la lengua, de modo que comenzó a hablar bien. Marcos 7:32-35

Este hombre nos representa a todos nosotros en nuestra condición respecto de Dios. Es sordo y es mudo el que no tiene oídos para oír la palabra de Dios, ni lengua para hablarla y confesarla. Desde la perspectiva cristiana, lo primero es escuchar la Palabra; Al respecto Jesús afirma de modo explícito: "Bienaventurados los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica" Luc. 11: 28. Y Pablo dijo: "La fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo." Rom.10:17

Jesús lo apartó de la gente...» Separa de la gente al sordo y mudo, para no hacer públicos sus milagros divinos, enseñándonos así a despojarnos de la ostentación, el orgullo y la vanagloria; porque no hay nada en el poder de hacer milagros que se compare con la humildad y la sencillez. "Lo apartó", porque todo aquel que se acerca a Cristo para ser sanado de sus pecados y ser salvo, es conducido lejos del mundo de los pensamientos turbulentos, de las distracciones, de las pasiones desordenadas, de las palabras deshonestas, y así pueda tener un encuentro verdadero a solas con Jesús.

"Le metió los dedos en las orejas". Para mostrar que podían ser abiertos solamente por el poder de Dios. Así debieron admitir los magos al servicio de Faraón, cuando intentaron reproducir una plaga(pandemia) con sus encantamientos, pero no pudieron. Entonces reconocieron el poder de Dios y dijeron: «Este es el dedo de Dios» Éxodo 8:19. Además, todo cristiano, espiritualmente sordo y mudo a causa del pecado original, recibe las palabras y los dones del Espíritu Santo que pone sus dedos en sus oídos para sensibilizar su oído espiritual y, así, a través de la gracia Divina, es capacitado para escuchar la palabra de Dios y proclamarla a sus hermanos."

Y con su saliva, le tocó la lengua", Para cambiar totalmente el gusto espiritual del cristiano por todas las cosas del mundo que saboreaba, y que no encuentre ningún consuelo en las cosas temporales, sólo en el SEÑOR, en las cosas celestiales y eternas, que sólo Él ofrece. Las papilas gustativas espirituales de David, fueron transformadas, por eso dijo: " Prueben(gusten) y vean que el SEÑOR es bueno; dichosos los que en Él confían." Salmo 34:8 También tocó su lengua para cambiar nuestro lenguaje, y que Ninguna palabra obscena salga de nuestra boca sino las que edifiquen y traigan beneficios a quienes las escuchen. Efesios 4:29 Y David pidió: "Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh SEÑOR, roca mía, y redentor mío." Salmo 19:14

"Y levantando los ojos al cielo, gimió, y le dijo: «¡Efata!», es decir, «¡Ábrete!»." Miró al cielo para enseñarnos que toda ayuda viene de lo alto, que todo lo bueno y perfecto que se nos da, viene de arriba, de Dios, que creó los astros del cielo. Santiago 1:17 Y enseñarnos a mantener fija nuestra mirada en Él y dependiendo solo de Él.

"Gimió", tomando a su cargo nuestra causa y compadecido de nuestra naturaleza pecaminosa, viendo la miseria en que habíamos caído. Gimió, así nos enseñó a clamar con gemidos del Espíritu, con llanto y lágrimas de arrepentimiento genuino, purificando nuestros corazones para recibir la salvación tan grande que es en Cristo Jesús SEÑOR nuestro.

"Al instante se le abrieron los oídos y se le destrabó la lengua, de modo que comenzó a hablar bien." Cuando la gracia todopoderosa de Cristo llega al corazón, los oídos son abiertos, y puede escuchar claramente la palabra de Dios, la lengua está liberada y puede hablar con fluidez lo que el Espíritu Santo le recuerde y guíe para decir. Dios abre nuestros oídos cada mañana para oír como los sabios, y luego nos permite hablar para hablar palabras sabias al cansado. Isaías 50:4

Una vez que hemos recibido la sanidad de nuestros oídos espirituales para escuchar claramente la Palabra de Dios, podemos ponerla primero en practica en nuestras vidas, y luego transmitirla a los que nunca la han escuchado o a los que la han ahogado bajo las espinas de las preocupaciones de este mundo, y el engaños de las riquezas. Mateo 13: 22, para que ellos también sean sanados y salvos recibiendo la sana doctrina del Evangelio de Cristo.

Porque llegará el tiempo en que no soportarán la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan lo quieren oír. 2Timoteo 4:3 Y ese tiempo ha llegado, hoy muchos no escuchan las verdades del Evangelio de Cristo, prefieren opiniones especulativas, filosofías, que no hacen bien al alma, la corrompen, la destruyen, y desvían de la sana doctrina que Jesucristo dió: " Niégate a ti mismo, toma tu cruz y sígueme ".Hoy muchos creyentes que claudican entre dos pensamientos, han leído la biblia muchas veces, no se pierden seminario ni congreso, la enseñan y alardean de saber mucho, pero no la aplican, porque tienen comezón de oír, prefieren como en tiempos de Jeremías, no ser confrontados con el pecado, ni las consecuencias de este, quieren palabras que alivien sus conciencias y propensiones pecaminosas. Rechazan, persiguen y odian a los que hablan la verdad, prefieren seguir creyendo que todo les saldrá bien, dicen: «No nos profeticen lo que es recto(la verdad), digan palabras agradables, Profeticen ilusiones(mentiras, fantasías). Isaías 30:10

Pidamos que sea el mismo SEÑOR, quien sane y abra nuestros oídos y toque nuestras lenguas con el poder de Su Espíritu Santo, para que sin temor, con Su unción, y Su poder, compartamos el mensaje de la verdad de Cristo y su Cruz, que nos dió vida eterna y nos llevará al cielo.