JUNIO  4

02.06.2021

Cuando por fin el faraón dejó salir a los israelitas, Dios no los guió por el camino principal que atraviesa el territorio filisteo, aunque esa era la ruta más corta a la Tierra Prometida. Pues dijo Dios: «Si los israelitas llegaran a enfrentar una batalla, podrían cambiar de parecer y regresar a Egipto.» Éxodo 13:17

Aquellos que empiezan su viaje fuera de las tierras de Egipto (representa el mundo, pecado y las obras de la carne) y que acaban de entrar en el desierto de la Fe muy raramente atraviesan grandes tribulaciones durante este período. Ya tienen a sus espaldas muchas cosas que soportar. Enfrentarse a los Filis teos, enfrentarse ahora a los poderes de las tinieblas sería una gran pérdida. Si la tentación empieza atacando en el comienzo de esta travesía, hay una gran posibilidad de que vuelvan a sus antiguas prácticas. Necesitan algo de tiempo para reafirmarse en esta nueva senda por la que caminan.

En vez de ir a la tierra de los Filisteos(los enemigos del alma), deben tomar una ruta más larga para evitarlos. A medida que el pueblo se adentra en el desierto, no confronta guerra, pues, de aquí en adelante, será el SEÑOR quien pelee por ellos. El SEÑOR peleará por ustedes, quédense tranquilos» Éxodo 14:14. En esta nueva vida de Fe el alma se encuentra bastante debilitada, muy susceptible para el amor, pero no tan fuerte para la batalla. Por eso el SEÑOR considera que es mejor para los que inician esta travesía del desierto de la Fe, que no enfrenten ningún sitio de guerra, porque "podrían cambiar de parecer y regresar a Egipto.". Puede que el desierto te parezca un lugar más protegido que vivir bajo la esclavitud de Faraón(representa a satanás). Pero en realidad, la ruta a través del desierto de la Fe es más larga y también más dolorosa, pero segura: "Entren por la puerta estrecha(angosta, difícil), porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición (destrucción), y muchos son los que entran por ella." Mateo 7:13

Ahora, fíjate en ellos mientras caminan adentrándose en el desierto, donde el paisaje es siempre el mismo. Miran al cielo y ven una nube. Habrá luz de día y habrá luz de noche. El SEÑOR los guiaba de día en una columna de nube, y de noche les daba luz en forma de una columna de fuego. Así podían viajar de día y de noche. Éxodo 13:21 Es el mismo SEÑOR, quien cuida de Su pueblo que se rinde totalmente a Él. Lo único que le queda al pueblo que atraviesa el desierto es Dios. Él cuidar de ellos y Él les guía. No les deja solos ni un momento. A medida que sus pisadas avanzan por la arena, miran hacia arriba y se dan cuenta de que Él les va guiando. Por primera vez, están aprendiendo a ir en pos del SEÑOR que da luz y guía.

¿Y qué quiere decir esto para ti según te vas adentrando en el desierto de la Fe? Significa que hay una luz dentro de ti, una nube y una columna de fuego. Cristo el que habita en tu interior, está ahí para darte luz y dirección. Ya no mirarás más a cosas temporales que te sirvan de guía. Las cosas externas y superficiales cada vez encontrarán menos sitio bajo la dirección del SEÑOR. Seguirás a una nube y a una columna de fuego. De manera imperceptible estará obrando esta Luz(Cristo), para evitar que el alma se distraiga fácilmente, al querer saber demasiado acerca de lo que el SEÑOR está haciendo.

El Dios que suaviza la intensidad del calor del desierto durante el día, también disipa las tinieblas de la noche. Esta gracia otorgada por Dios es una de las cosas que permite al alma perseverar en este temible desierto. La nube y el fuego no le fallan a aquel que se atreve a salir de Egipto(representa el mundo, pecado y las obras de la carne) y seguir el camino de salida a través del desierto de la Fe en el Todopoderoso y Omnipotente Dios. - Jeanne Guyon (Adaptado)