JULIO 4

13.10.2022

"Entonces, mientras miraba, se formaron músculos y carne sobre los huesos. Luego se formó piel para cubrir sus cuerpos, pero todavía no tenían aliento en ellos". - Ezequiel 37:8

Se nos presentan cuatro etapas en el valle de los huesos secos:

1.- La gran cantidad de huesos "; (Ezeq. 37:2-3.) Muchos están como esos huesos, "Muertos en sus delitos y pecados" (Efesios 2:1) " Por cierto secos en gran manera". ¿Está tan seco tu corazón "seco en gran manera" a la vista de Dios que nada te mueve?. "Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oigan la palabra del SEÑOR" (Ezequiel 37:4). Esta es la palabra del SEÑOR: "¡Jesucristo murió en la Cruz para pagar la pena por tus pecados! ¡Jesucristo derramó Su Sangre en la Cruz para lavar todos tus pecados! ¡Jesucristo se alzó de entre los muertos! ¡Jesucristo está vivo en el Cielo, a la diestra de Dios! Cree en el SEÑOR Jesucristo y serás salvo, y entonces el SEÑOR "Y pondrá Su espíritu en ti, y vivirás; y sabrás que ÉL es el SEÑOR". (Ezeq. 37:5-6)

2.- La unión de los huesos secos (Ezeq.37:7) Allí se muestra cómo, a la palabra de Dios en boca de Ezequiel, hubo un ruido, y luego un temblor, y los huesos secos diseminados por el valle se juntaron cada hueso con su hueso.

3.- Después, hubo tendones, más tarde subió sobre ellos carne, y después piel. «Pero -aclara- NO HABÍA EN ELLOS ESPÍRITU». Porque antes que el SEÑOR pueda enviar su Espíritu Santo y llenar un corazón, este debe estar vacío del mundo y del pecado, ser nueva criatura, por eso dice: "Les daré un nuevo corazón, y les infundiré un Espíritu nuevo;" Ezequiel 36:26

4.- La infusión de aliento o de vida. (Ezeq.37:9-10) Aquí encontramos una hermosa alegoría acerca del Espíritu Santo. Ningún poder creado podría restaurar los huesos humanos a la vida. Solo Dios puede hacer que vivan. La piel y la carne los cubrieron, y se le dijo al viento: "Ven de los cuatro vientos, oh espíritu, y sopla sobre estos muertos, y vivirán"; y fueron restaurados a la vida. El viento es un emblema del Espíritu de Dios y representa sus poderes vivificantes. Es una clara indicación de la resurrección de los muertos; y representa el poder y la gracia de Dios, en la conversión de los pecadores más desesperados. - Mathew Henry

"Es a través de la infusión del Espíritu que se constituye el hombre viviente; y sin ella no hay más que un cuerpo yerto. El "aliento" es manifiestamente la "vida"; comunicada por el Espíritu de vida. Los discípulos tenían vida antes antes del Pentecostés, pero luego "recibieron poder cuando vino el Espíritu Santo sobre ellos." Hechos 1:8. Fue vida lo que Dios comunicó cuando creó al hombre; es vida (de un tipo superior) que el Espíritu de Dios comunica al alma en la conversión. "El postrer Adán, Cristo, como poseedor del Espíritu Santo, es un Espíritu que da vida". 1Cor.15:45

"Luego se formó piel para cubrir sus cuerpos, pero todavía no tenían aliento en ellos " Un hombre puede parecer un santo y, sin embargo, no serlo, parece que tuviera vida como los huesos secos que tenían tendones y piel para cubrirlos, tiene apariencia de piedad, pero niega la eficacia de ella; 2 Tim. 3:5 Una iglesia o congregación puede parecer cristiana, con una apariencia justa y una organización compacta; todo en un orden excelente y bullicioso, numeroso, liberal, unido, serio en cierto modo, y sin embargo, carece de una cosa que neutraliza y paraliza todo el resto: el aliento de vida: El Espíritu Santo. La fe de Balaam parecía ser correcta; también la de Judas y Demas. Sin embargo, puede estar equivocado, y formar parte de los huesos, o de los tendones, o de la carne; "pero no hay Espíritu en ellos." Su solidez puede ser motivo de un grave autoengaño; podemos confundir la religiosidad con la vida verdadera en el Espíritu. Una fe inanimada e improductiva, ¿qué hará por ti en el día del SEÑOR? ¿Qué hará por ti ahora? ¿Te da paz real, libertad real, comunión real con el SEÑOR?

Nuestra profesión religiosa puede ser externamente completa y, sin embargo, puede que no seamos cristianos. Nuestras alabanzas, nuestras oraciones, nuestros servicios en el santuario, nuestro culto familiar. ¿Qué son todos éstos sin el aliento interior? ¿Qué es la rutina sin vida? La religiosidad mecánica no sirve para el Dios vivo y verdadero. La religiosidad mecánica puede ser útil para aquellos que imaginan que las actuaciones piadosas, o las obras realizadas, o el dinero pagado, pueden protegerlos de la ira divina y persuadir a Dios de que los libre de Sus juicios; pero no para los que saben que son los canales de comunión con el SEÑOR. Su asistencia al templo puede ser regular y reverente; pero ¿y si no hay aliento en él? Sus oraciones y alabanzas pueden ser puntuales y excepcionales, pero ¿y si no hay aliento en ellos? ¿Dios los aceptará? Ya son molestas e intolerables para Dios. Y cuanto más las multiplicas, más intolerables. Isaías 1:14-15

Nuestras buenas obras pueden ser numerosas y dignas de alabanza, pero puede que no seamos cristianos. Cerciorate que al hacer obra cristiana, seas un verdadero cristiano; de lo contrario, serás el carpintero de Noé y no entrarás en el Arca para salvarte. El hacer muchas obras buenas sin el SEÑOR y el poder de su Espíritu Santo: Es que; ¡Puede haber huesos, tendones y piel para cubrir los huesos, "pero todavía no tenían aliento en ellos"! no hay fuerza, no hay movilidad, no hay vida! Aparentemente tienen vida pero les falta el aliento del Espíritu. Un hombre puede parecer tanto un cristiano, que nadie puede dudar que hay algo malo en él. Podemos hacer muchas buenas obras ¡y, sin embargo, podría no haber aliento en el corazón! No es el mero ajetreo, el fervor o el celo lo que hace la verdadera obra para Dios. Si no hay aliento, sino está el Espíritu Santo, ¿qué son estos? Todo será trabajo en vano, esfuerzo humano, pero nada de la guía y poder del Espíritu Santo. "Muchos me dirán en aquel día: "SEÑOR, SEÑOR, ¿no profetizamos en Tu nombre, y en Tu nombre echamos fuera demonios, y en Tu nombre hicimos muchos milagros?". Entonces les declararé: "Jamás los conocí; apártense de Mí, los que practican la iniquidad". Mateo 7:22-23. -Horatius Bonar

En el nombre de Jesús, ustedes que están muertos, vivan. ¡Corazones duros, rómpanse! ¡Incrédulos, crean! ¡Aférrense a Cristo! ¡ Ven al SEÑOR, está dispuesto a perdonarte, y a darte Su aliento de vida, el poder del Espíritu Santo! Ven al SEÑOR y serás salvo; pues el poder de la fe, obrando en ti por el Espíritu Santo, te salvará del amor al pecado: siendo perdonado, amarás desde ese momento a quien te perdona, y recibirás un nuevo principio de acción que será lo suficientemente poderoso para romper las ataduras de tus viejos hábitos, y serás elevado a una vida pura y santa. "Si el Hijo, Jesús, te hace libre, ciertamente serás libre; y serás libre de inmediato si ahora confías en Él. El SEÑOR nos conceda Su bendición, por Jesucristo nuestro SEÑOR. Amén. -C.H.S.

Tengamos fe en el SEÑOR, porque Él puede dar vida y enviar de repente de los cuatro puntos cardinales el aliento de Su Santo Espíritu y resucitar nuestras causas perdidas, nuestras esperanzas derribadas, responder a las oraciones que por muchos años no han sido contestadas. El SEÑOR es Todopoderoso para liberar y salvar a nuestros familiares y a nuestra descendencia, que han estado muertos en sus delitos y pecados, de adicción, inmoralidad sexual, idolatrías, hechicerías y toda clase de males. Él puede ordenar sacar de las tumbas a los Lázaro y a las causas perdidas bien sea enfermedad, problemas económicos o el corazón enlutado, sea lo que sea, Él puede ordenar: "Sal de esa tumba". El ordena desatar las vendas que han impedido que resucite la fe en Jesucristo. Él es fiel a Su palabra y ha prometido: "Cree en el SEÑOR Jesucristo y serás salvo tú y toda familia". Jesús vino a salvar lo que se había perdido. Él vino a dar libertad a los cautivos, y a sacar de la prisión a los que andan en tinieblas. Él SEÑOR te dice: Hijo-a mío-a, voy a abrir las tumbas de ustedes; voy a sacarlos de ellas y a hacerlos volver....Y cuando yo abra sus tumbas y los saque de ellas, reconocerán ustedes, hijos míos, que yo soy el SEÑOR. Yo pondré en sus causas perdidas mi aliento de vida, y revivirán... Entonces sabrán que yo, el SEÑOR, lo he dicho y lo he hecho. Yo, el SEÑOR, lo afirmo."» Ezequiel 37:12-14