MAYO 4

Dame entendimiento, y guardaré tu ley (Tu Palabra), Y la cumpliré de todo corazón. Salmo 119:34"
Dame entendimiento." Es por esto que estamos en deuda con Jesús; porque, "el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento." 1Juan 5:20. M. Henry "El entendimiento es el piloto y guía de todo el hombre; la facultad que está sentada a la popa del alma; pero como el guía más experto puede equivocarse en la oscuridad, también puede hacerlo el entendimiento cuando le falta la luz del conocimiento. «Sin conocimiento la mente no puede ser buena» Proverbios 19:2; ni la vida es buena; ni las condiciones externas seguras Efesios 4:18. "Mi pueblo fue destruido por falta de conocimiento". Oseas 4:6.
De la misma manera que pides una bendición para tus alimentos antes de comer, también sería una buena regla que pidieras una bendición para la palabra, antes de que participes de su alimento celestial. Pide al Señor que fortalezca tus ojos antes de que te atrevas a mirar la luz eterna de la Escritura. Así como los sacerdotes se lavaban sus pies en la fuente de bronce antes de dedicarse a su trabajo santo, así también sería bueno lavarse los ojos del alma con los que ves la Palabra de Dios, y también lavarse los dedos, si puedo expresarlo así (los dedos de la mente con los que pasas las páginas) para que puedas tratar de manera santa un libro santo. Di a tu alma: "Alma mía, despierta: no estás a punto de leer un periódico; no estás pasando las páginas escritas por un poeta humano para que seas deleitado por su brillante poesía; te estás acercando a Dios, que se sienta en la Palabra al igual que un coronado monarca lo hace en sus salones. La lectura de la Escritura es para nosotros la hora de la comida espiritual. Toquen el timbre y convoquen a cada una de sus facultades para que se reúnan en la propia mesa del SEÑOR, para tener un banquete con el precioso alimento que está disponible para nosotros ahora; el estudio de la Santa Escritura debe ser algo tan solemne como cuando entonamos un salmo en el día del SEÑOR en Sus atrios.
El beneficio de la lectura de la Palabra de Dios debe llegar al alma por el camino del entendimiento. Entonces, debemos entender de tal manera lo que leemos pues de lo contrario habremos leído en vano. El Espíritu Santo está con nosotros, y cuando tomamos La Biblia, para saber lo que quiere decir, debemos pedirle al Espíritu Santo que nos revele su significado. Él elevará nuestras mentes, y nos sugerirá pensamientos que nos van a guiar, hasta que al fin llegaremos a la esencia y al corazón de la instrucción divina. Busquemos de verdad la guía del Espíritu Santo, pues si el alma verdadera de la lectura es el entendimiento de lo que leemos, entonces debemos implorar al Espíritu Santo que nos descubra los secretos de la Palabra inspirada.
Siendo así las cosas, ustedes
comprenderán de inmediato, que, si van a entender lo que leen, necesitan
meditar acerca de esa lectura. Algunos pasajes de la Escritura son muy claros
para nosotros: Hay textos en la Escritura que están hechos y construidos a
propósito, para hacernos pensar. Nuestro Padre celestial utiliza estos medios,
entre otros, para educarnos para el cielo: haciéndonos analizar el camino hacia
los misterios celestiales. Por eso, Él nos presenta Su palabra a veces de
forma no muy clara, para forzarnos a meditar en ella antes que descubramos su
dulzura. Muchos de los velos que cubren la Escritura no están diseñados para
encubrir su significado para los diligentes, sino para forzar la mente para que
sea activa, pues a menudo la diligencia de corazón que busca entender la mente
divina hace más bien al corazón, que el conocimiento mismo.
La meditación y la reflexión
nos ejercitan y fortalecen nuestra alma para poder recibir verdades más
elevadas aún. "Sino que meditarás en este libro de la Ley día y
noche." Josué 1:8 Nuestro SEÑOR desea que seamos buenos exploradores, y
coloca alguna preciosa verdad en lo profundo, donde es difícil de alcanzar,
excepto pidiendo su iluminación; entonces, finalmente damos en el blanco, y
encontramos alimento y riqueza para nuestras almas. Algunas veces verás una
promesa que brilla ante tus ojos, de la misma manera que brillan las luces del
alumbrado, Verás un texto de la Escritura brillar para iluminar tu alma;
entonces, sabrás que ha sido la Palabra de Dios para tí, y seguirás tu camino
lleno de gozo.
La Palabra de Dios es siempre más preciosa para el hombre que vive mayor tiempo en ella. Deberíamos en relación a la Palabra de Dios: vivir en ella, y vivir de ella. Ejercitemos nuestras mentes encontrando nuestro alimento y nuestro descanso en ella, y haciendo de ella nuestro todo en todo. Nosotros seremos los más beneficiados de ella, si la convertimos en nuestro alimento, nuestra medicina, nuestro tesoro, nuestra armadura, nuestro descanso, nuestra delicia. Que el Espíritu Santo nos lleve a hacer esto y que haga que la Palabra sea muy preciosa para nuestras almas.
Nunca ha habido un alma que haya buscado sinceramente a Jesús en la Palabra, que no se haya encontrado pronto con la preciosa verdad que Cristo estaba disponible muy cerca, y que no necesitaba ser buscado; Él estaba realmente allí, sólo que el entendimiento estaba cegado y no había sido iluminado por el poder del Espíritu Santo. ¡Oh, aférrate a la Escritura! Es la clave que te conducirá a Cristo. Sigue fielmente su guía. Es alimento, es vida. Estudiala y serás fortalecido en el SEÑOR y en el poder de Su fuerza. El SEÑOR nos enseña a leer Su libro de la vida que ha abierto ante nosotros aquí en la tierra, para que podamos leer nuestros títulos claramente en ese otro libro de amor que todavía no hemos visto, pero que será abierto en el último gran día. Que el SEÑOR esté con ustedes, y los bendiga. - C. Spurgeon