OCTUBRE  31

13.10.2021

Para nosotros el SEÑOR será el Poderoso. Será como un ancho río de protección que ningún enemigo puede cruzar. Isaías 33:21.

Los ríos y arroyos anchos traen a la tierra fertilidad y abundancia. Los lugares que están cerca de los ríos anchos son notables por la variedad de sus plantas y por lo abundante de sus cosechas. Dios es todo esto para su Iglesia. Teniendo a Dios, el creyente tiene abundancia. ¿Qué puede el pedir que Dios no le dé? ¿Qué necesidad puede mencionar, que él no supla? "El Dios de los ejércitos hará en este monte a todos los pueblos convite de engordados". ¿Necesitas el pan de vida? Cristo es el pan vivo que bajó del cielo como el maná. ¿Necesitas arroyos refrescantes? La roca te sigue, y esa Roca es Cristo.

Si "estás estrecho, no estás estrecho en Cristo, sino en tu propio corazón". Los ríos y arroyos anchos indican abundancia. Nuestro glorioso Señor es para nosotros un lugar de abundancia celestial. Por medio de nuestro Redentor dejamos el pasado, lo que fuimos cuando estuvimos en nuestros delitos y pecados. Pero Las riquezas del Calvario, los tesoros del pacto, las riquezas de su gracia, amor, liberación y los depósitos de la Salvación eterna han llegado hasta nosotros por el amplio arroyo de nuestro bondadoso SEÑOR.

Tenemos abundancia también para el futuro. ¡Qué galeras cargadas hasta el borde llegaron a nosotros! ¡Qué visiones hemos tenido de los días del cielo sobre la tierra! Por medio de nuestro

SEÑOR tenemos comunión con los brillantes espíritus, lavados en la sangre, que cantan delante del trono; más aun: tenemos comunión con el Infinito. Los ríos y arroyos anchos están especialmente destinados a exponer la idea de seguridad. Antiguamente los ríos eran una defensa.

¡Oh amados, qué defensa es Dios para el creyente! El demonio no puede cruzar este amplio río de Dios. ¡Cómo le gustaría desviar la corriente! Pero no temas, pues Dios permanece inmutablemente siendo el mismo. Satán puede angustiarnos, pero no destruirnos. C. Spurgeon

" En Jesús mi esperanza reposa, mi placer está solo en Jesús. y mi vida por Él es gloriosa, cual gloriosa Su muerte de cruz. Alma pura que al cielo se eleva que palpita del hombre en amor, en Jesús mi gozar se renueva, porque en Él se mitigo mi dolor. Sufrí mil pesares del mundo, las dichas del alma perdí, era tristeza mi llanto profundo, era inmenso el dolor que sufrí; Pero luego en Jesús la mirada con amor entrañable fijé, y mi alma quedó consolada, porque en Él mi felicidad hallé." Anónimo