ABRIL 26

03.04.2023

"Pero yo hago oración" Salmo 109:4

Las lenguas mentirosas estaban ocupadas en manchar la reputación de David; pero él no se defendió, sino que remitió la causa al Tribunal Supremo y suplicó delante del Gran Rey. La oración fue su respuesta a sus enemigos; apeló contra los ataques de los hombres y su injusticia al SEÑOR, el Juez de toda la tierra, que ha de ser justo. El verdadero valor sólo puede enseñar a un hombre a no responder a los que lo calumnian y llevar el caso ante el SEÑOR. Dijo Jesús: "Bendigan a quienes los maldicen y oren por quienes los maltratan", Lucas 6:28. No paguen mal por mal, sino que en silencio encomienden su causa al SEÑOR por medio de la oración, deseando que Él defienda su causa.   La oración es el medio más seguro para responder a las palabras de odio.

El Salmista no oró fríamente, sino con fervor: puso en ello toda su alma y todo su corazón, como lo hizo Jacob cuando luchó con el ángel. Así, y solo así, tendremos buen éxito ante el trono de la gracia. Al igual que una sombra no tiene virtud alguna porque no hay en ella sustancia de ninguna clase, tampoco la súplica en que no está presente el corazón, luchando ardientemente y demostrando un vehemente deseo, resulta en modo alguno eficaz, pues le falta aquello que le da poder. dice un antiguo teólogo "La oración ferviente es como un cañón localizado frente a las puertas del Cielo, que las hace abrir enseguida". La falta común en muchos de nosotros es la propensión a distraernos. Nuestros pensamientos divagan de aquí para allá y avanzamos poco hacia nuestro deseado fin.

¡Qué malo es esto! Nos perjudica y, lo que es peor, insulta a nuestro Dios. ¿Qué pensaríamos de un peticionario que, mientras está en audiencia con un príncipe, jugase con una pluma o se pusiera a cazar moscas? La constancia y la perseverancia se hallan implícitas en la expresión de nuestro texto. David no clamó solo una vez para caer después en el silencio, sino que continuó orando hasta que llegó la bendición. La oración no debe ser una ocupación ocasional, sino una labor cotidiana: un hábito y una vocación. Como los artistas se consagran a sus modelos, y los poetas a sus estudios clásicos, así nosotros debemos dedicarnos a la oración. Así como brillan las estrellas, así oran los que permanecen en Jesús. Es su hábito y su segunda naturaleza. Hemos de sumergirnos en la plegaria y orar sin cesar. Señor, enséñanos a orar de tal manera que podamos prevalecer más y más en nuestras súplicas. C.Spurgeon


Pero yo hago oración; como si quisiera dar a entender que la oración lo era todo para él. La única respuesta del salmista al odio de sus enemigos fue entregarse más absolutamente a la oración. Todo su ser se consumió en una intensa apelación a Dios.
Un cristiano ora al levantarse, al irse a la cama, cuando anda como el favorito en la corte, tiene la llave de las escaleras privadas y puede despertar a su príncipe de noche". Augustus M. Toplady

Los santos perseguidos son hombres de oración, sí, podríamos decir, que están hechos de oración. David oraba ya antes, pero cuando sus enemigos empezaron a perseguirlo, se dio por completo a la oración. - Thomas Brooks