OCTUBRE 31

"Josafat tuvo miedo y se dispuso a buscar al SEÑOR". 2 Crónicas 20:3
En 2 Crónicas 20:1-24 está el relato del intento de invasión de Judá por parte de Amón y Moab. Era una situación aterradora. La pequeña tribu de Judá estaba situada en el lado oeste del Mar Muerto y los ejércitos de Moab y Amón avanzaban desde el este para atacar. Cuando los informantes le dijeron al rey Josafat del avance de las fuerzas, ya estaban en un lugar llamado Engadi muy cerca de Judá. "Entonces Josafat tuvo miedo."
En lugar de entrar en pánico, de buscar aliarse con otras naciones para fortalecer su ejército, de llamar a los estrategas y sabios militares que estaban bien informados para actuar en una situación como esta, para que le dieran consejos, diseñarán un plan de resistencia y una estrategia de defensa de emergencia. No apeló al tribunal de la opinión humana ni a la lógica o razón humana: "Así ha dicho el SEÑOR: Maldito el hombre que confía en el hombre, y hace de la carne su brazo, y cuyo corazón se aparta del SEÑOR" (Jeremías 17:5). No hizo su propia voluntad. Josafat apeló a un tribunal infinitamente superior, en gran necesidad y aparentemente sin salida "se dispuso a buscar al SEÑOR". Buscó la guía y dirección del SEÑOR.
Josafat amaba al SEÑOR sobre todas las cosas y tenía dedicado su corazón a Él, no busco otros dioses, no consultó con profetas falsos, no acudió como Saúl a una adivina. "El SEÑOR estaba con Josafat, porque anduvo en los primeros caminos de David su padre, y no buscó a los baales(dioses falsos)" 2 Cron. 17:3. Obedeció los mandamientos de Dios y su deseo era agradarlo. Sin embargo, "Josafat tuvo temor". Entonces, todas las ciudades de Judá se reunieron con él para buscar al SEÑOR, y pedir Su ayuda. 2 Cron. 20:4. Esperaban solo en Dios. "Estén quietos y sepan que yo soy Dios." Salmo 46:10 Alma mía, espera en silencio solamente en Dios....Solo Él es mi roca y mi salvación. Salmo 62:5-6 ¡Oh, estar quieto y en silencio ante Dios, es la cruz! Jesús ante sus enemigos permaneció mudo, no se defendió: "Como oveja que ante sus trasquiladores permanece muda, Él no abrió Su boca", Isaías 53:7.
Entonces Josafat oró en presencia de la congregación: "Si viene mal sobre nosotros, espada, juicio, pestilencia o hambre, nos presentaremos delante de esta casa y delante de Ti (porque Tu nombre está en esta casa), y clamaremos a Ti en nuestra angustia, y Tú oirás y nos salvarás".2 Cron. 20:9 "Porque Tu nombre está en esta casa", y nosotros somos la casa de Dios, nuestro corazón es la morada de Dios. Así, toda oración verdadera se origina en el cielo, en la mente del Padre. Orar en el Espíritu significa que el Espíritu Santo coloca en el corazón y la mente del creyente la oración de lo que Dios quiere oír. Cuando un creyente ora en el Espíritu, Dios escucha lo que desea escuchar, ¡porque Él coloca en el corazón del que ora Sus deseos! De esta manera, "Él te concederá las peticiones de tu corazón" (Salmo 37:4).
Así, en respuesta a la oración, el Espíritu del SEÑOR vino sobre Jahaziel y dijo: "No necesitan pelear en esta batalla; tomen sus puestos y estén quietos, y vean la salvación del SEÑOR con ustedes, oh Judá y Jerusalén". No teman ni se acobarden; salgan mañana al encuentro de ellos porque el SEÑOR está con ustedes".2 Cron. 20:17. Te recuerdo, que este es tu Dios y mi Dios. Con razón clamamos con Pablo: "Si Dios es por nosotros, ¿Quién contra nosotros?" Rom.8:31. Él es el Dios de Josafat, a quien el SEÑOR hizo "regocijarse sobre sus enemigos. " 2 Cron. 20:27. El es el Dios que hizo que "el terror de Dios viniera sobre todos los reinos de aquellas tierras cuando oyeron que el SEÑOR había peleado contra los enemigos de Israel." 2 Cron. 20-29.
Él es el Dios de Moisés, el Dios de Abraham, de Daniel, de Isaías, el Dios de Rut, de Pablo, Juan, Santiago, María, Ana, Elías, y Jeremías. Él es el Dios de cualquier creyente, sea cual sea su nombre, que ha sido lavado con la sangre de Cristo. "Josafat tuvo miedo y se dispuso a buscar al SEÑOR". Y para ti que que has sido invadido por el temor a las circunstancias que te rodean y al futuro incierto, dispón tu corazón como él para buscar al SEÑOR, y en respuesta escúchale decir: "No temas, porque yo te he redimido, te he llamado por tu nombre; mío eres tú", Isaías 43:1. - James N. Jidov