ENERO 31

02.01.2022

"Y cuando estén orando, primero perdonen a todo aquel contra quien guarden rencor, para que también su Padre que está en los cielos les perdone a ustedes sus pecados." Marcos 11:25

" Hay algo que hacer: antes de orar, o comenzar nuestra adoración en el santuario, o venir a la mesa del SEÑOR. Debemos mirar hacia adentro de nuestros propios corazones, antes de mirar hacia arriba, al rostro de Dios. ¿Estamos listos para orar? ¿Está nuestro corazón listo para la adoración? La adoración que más agrada a Dios es el amor en el corazón. No se complace en los sacrificios, las ceremonias y las ordenanzas, ¡mientras que el corazón está lleno de amargura! A Él no le importan nuestras profesiones de amor hacia Él, mientras odiemos a nuestro hermano. "Si un hombre dice: 'Amo a Dios' y odia a su hermano, ¡es un mentiroso! Porque el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?" 1Juan 4:20

Por lo tanto, si queremos que nuestra adoración sea aceptable a Dios, debemos estar seguros de venir a Su presencia con corazones limpios de toda amargura, ira, venganza y malicia. Por lo tanto, cada acercamiento a Dios en la oración requiere un autoexamen. Y si podemos recordar que hemos hecho daño a alguien, o que hay algún distanciamiento o conflicto, debemos buscar la reconciliación antes de orar. Por lo menos, debemos ver que nuestros propios espíritus estén completamente limpios de toda amargura, antes de que vengamos al altar de Dios.

Esta regla es adecuada para mantener nuestro corazón siempre libre de ira. Pablo aconseja que no dejemos que el sol se ponga sobre nuestro enojo.Efesios 4:26 No se debe permitir que ningún día se cierre sobre nosotros, con ira en nuestros corazones. No somos eternos en esta tierra y es posible que no veamos otro día, y no debemos acostarnos a dormir albergando amargura contra ninguna persona. La oración de la noche debe limpiar nuestro espíritu de todos los sentimientos de ira, mientras oramos: "¡Perdónanos nuestros pecados, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden!" -J.R.Miller

"Dijo Jesús: "Reconcíliate primero con tu hermano," Mateo 5:24 Quiere decir, antes de ofrecer oraciones, ayunos, ofrendas, perdona a tu hermano. La fuente del amor de Dios no será abierta con manos poco amorosas y sin compasión. Dios no se apareció a Abraham hasta que Lot y él estuvieron de acuerdo. Jacob primero se reconcilió con su hermano, y después construyó un altar. Para ser sanados tanto física como espiritualmente, primero debemos perdonar la ofensa: Confiésense los pecados unos a otros y oren los unos por los otros, PARA QUE SEAN SANADOS. Santiago 5:16 Y el amor después de la reconciliación deberá ser " más fuerte que la muerte" Cant.8:6.

Y si es posible, en cuanto de ustedes dependa, estén en paz con todos los hombres. Rom.12:18 En lo que a ti respecta busca la paz, aunque tu enemigo huya de ti, síguelo y considera un honor ser el primero en tan buen asunto. Alguien que sin ser creyente busco a su enemigo y dijo:- "Sentémonos a hablar y reconciliémonos" El enemigo respondió: " con mucho gusto estaré en paz contigo." La respuesta del otro fue: "Recuerda, que aunque yo era el mayor y mejor hombre, te busqué primero a ti." - El que era enemigo dijo: "En verdad eres, un hombre mucho mejor que yo, porque yo comencé la pelea, pero tú la reconciliación.

Cuando el enojo, la ira y la amargura contra otro se acumulan, obstaculizan la respuesta a las oraciones. El Espíritu de gracia y clamor se contrista como dijo Pablo: "No entristezcan al Espíritu Santo de Dios, con el cual ustedes fueron sellados para el día de la redención. Desechen todo lo que sea amargura, enojo, ira, gritería, calumnias, y todo tipo de maldad." Efesios 4:30-31. Dios Todopoderoso suplica a los pecadores que se reconcilien con Él, 2Cor.5:20 El SEÑOR está siempre dispuesto a perdonar, quiere que nosotros también. Su Misericordia es eterna, y de la misma forma, cuando un hombre se aleja del sol, los rayos del sol lo siguen, lo iluminan y lo calientan; así la misericordia de Dios nos seguirá Todos los días de nuestra vida, Salmo 23:6" - John Trapp