SEPTIEMBRE 30

"Entonces Jesús le dijo: «Ve y haz tú lo mismo." Lucas 10:37
Estas palabras contienen la conocida parábola del buen samaritano. Para entender el sentido de esta parábola, debemos recordar cuidadosamente la ocasión en que fue pronunciada; se hizo en respuesta a la pregunta de cierto maestro de la ley, que tentó al SEÑOR queriendo estar por encima de los demás y en su orgullo hace caso omiso de toda igualdad con los demás, diciendo: "¿Quién es mi prójimo?" Nuestro SEÑOR Jesucristo, responde a esa pregunta contando la historia que está registrada en Lucas 10:30-37
"Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de unos ladrones, que le robaron todo lo que tenía y lo hirieron, dejándolo casi muerto." Luc.10:30 Jericó es figura de este mundo, el pecado y la carne. Los ladrones son los principados, las potestades, los gobernadores de las tinieblas de este siglo, las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes contra los que tenemos lucha. Ef. 6:12. Estos primero despojan del vestido de la gracia espiritual que recibimos, y así es como logran sus primeros impactos; pero, si nos revestimos de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios y que se distingue por una vida recta y pura, basada en la verdad Ef.4:24, no sentiremos los golpes de los ladrones. Ten, pues, cuidado para no ser despojado, como lo fue Adán, de la protección del precepto celestial y privado del vestido de la fe, ya que a eso se debió que él fuera herido mortalmente, herida mortal de la que contagió a todo el género humano, de la cual fue libre por Jesucristo, el Buen Samaritano, que vino para sanar esas peligrosas llagas.
"Pero un samaritano, que iba de camino, se acercó al hombre y, al verlo, se compadeció de él".Luc.10:33 Es decir, se compadecido de nuestra miseria, se hizo prójimo nuestro para ejercitar su misericordia con nosotros. Jesus el Buen Samaritano "lleva nuestros pecados" (Mat. 8:17) y sufre por nosotros. El lleva al moribundo y lo conduce a un refugio. Hizo de su misericordia una posada, para que todos aquellos que gimen bajo el peso de sus culpas y pecados encuentren descanso. Él no niega su ayuda a nadie y todos están invitados a venir a Él. "Vengan a mí Todos los que están fatigados y cansados, y yo los aliviaré". (Mat. 11:28)
"Sanó sus heridas con vino y aceite." Luc.10:34. El vino de la Sangre de Cristo aplicada a la conciencia de un pecador herido; lo limpia de todo pecado, sana todas las heridas y enfermedades causadas por el pecado. Y el aceite del Espíritu Santo, que da poder para obedecer los preceptos de la Palabra, alejarse del pecado y repeler los ladrones del alma. Él Buen Samaritano no se marchó enseguida, se quedó toda la jornada en la posada cerca del moribundo. Cuidó sus heridas no solamente en el día, también por la noche, lo rodeó de toda su diligente solicitud. Luc, 10:34-37. Verdaderamente este guardián de las almas se muestra más cercano a nosotros haciendo prueba de Su bondad y misericordia, el sacerdote y el levita dejaron al herido abandonado y desatendido. Pero el Buen Samaritano, Cristo muestra su amor al "prójimo" tanto en palabras como en hechos. "Traten a los demás como ustedes quieran ser tratados." Lucas 6:31
"¿Cuál es el mandamiento más importante de la Ley?" Jesús responde: "Amarás al SEÑOR tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas".(Mt 22:36-40). El amor de Dios nos libera de la muerte. Pero, qué corazón puede poseer en plenitud este amor por su prójimo y cumplir este precepto: "Ama a tu prójimo, como ti mismo". Somos incapaces con nuestras propias fuerzas de cumplirlo, pero es el SEÑOR quien habitando en nuestro corazón, siembra la semilla del amor de Dios por medio de Su Espíritu en nosotros, y la hace germinar "el fruto del Espíritu es amor." Gal. 5:22. Nos enseña el Maestro Divino, dirigiéndose a todos nosotros, para que sigamos Su ejemplo de amor con el prójimo diciendo: "Ve y haz tú lo mismo".