ENERO 30

Porque dos males ha hecho mi pueblo: me han dejado a mí, fuente de aguas vivas, para labrarse cisternas, cisternas rotas que no retienen agua" Jeremías 2:13
Abandonar a Dios es dar la espalda a la presencia de Aquel que habita en nuestro corazón y desea sobre todo tener comunión con cada uno: ¡Han abandonado al SEÑOR! ¡Han despreciado al Santo de Israel! ¡Se han vuelto atrás! Isaías 1:4 Beber de Dios como una "Fuente de aguas vivas" describe la experiencia en la que nuestro espíritu se comunica con Su Santo Espíritu. El creyente de hoy está teniendo poco impacto en la sociedad porque muy pocos creyentes saben lo que significa experimentar la presencia viva de Dios. El gozo del SEÑOR, Su paz, Su amor, para muchos cristianos son solo palabras, porque no beben profundamente de la Fuente de aguas vivas, Jesús. Están cansados de una fe vacía y el beber amargo de aguas sucias.
El creyente que no bebe de la verdadera Fuente de agua viva, Jesucristo, buscará "otras" aguas que provienen de "cisternas rotas". El profeta Jeremías nos dice el origen de las aguas amargas de la Falsa Fe en un creyente que no sigue a Jesucristo y deja escapar todo lo que recibe del SEÑOR y de Su Santo Espíritu, porque han cavado para su propio mal cisternas rotas:
1.- La cisterna rota del emocionalismo. Algunos cristianos encuentran su gozo y paz en experiencias en las que el poder de Dios se ve como una energía mística que fluye de la esfera de sus emociones. Tales creyentes fabrican un sentido de la presencia de Dios a través de sus emociones. Experimentar la presencia de Dios ciertamente tocará nuestras emociones, pero sustituirla por emocionalismo es idolatría. Ya sea que tales prácticas se lleven a cabo en el servicio de adoración, en el uso de los dones espirituales o en el cuarto de oración, pero cuando las emociones son las que dominan y se confunden con la presencia de Dios y de Su Espíritu se convierten esencialmente en un ídolo y esclavizan.
2.- La cisterna rota de no aplicar las Escrituras. El creyente que dice y no hace, tiene la habilidad para memorizar, analizar y sistematizar la revelación escrita de la verdad de Dios, pero no la aplica a su vida, ha hecho de las Escrituras su dios. Tal idolatría le impide experimentar la presencia viva de Dios y dar buenos frutos. La seriedad de no vivir lo que dicen las Escrituras se ve en la acusación dada por Jesús a los fariseos: ....Pero no hagan lo que hacen ellos, porque No practican lo que predican. Mateo 23:3
3.- La cisterna rota de la falsa santidad. ¡Que lleno está el mundo cristiano de falsa santidad y falsa piedad! Pablo los describe muy bien: "Tienen apariencia de piedad pero niegan la eficacia de ella. A estos evita." 2 Tim.3:5 Bajo la fachada de santidad tienen pecados ocultos como el orgullo, la codicia, el odio, la envidia, etc.... Dicen amar al SEÑOR pero con sus acciones lo niegan, son fieles seguidores de los rituales externos; "limpian lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro están llenos de robo y de injusticia....Por fuera dan la impresión de ser justos, pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad." Mateo 23:25-28
Seducen con sus palabras y modales, pero todo aquello que expresan no está en su corazón: 'Su boca es como una tumba abierta; Su lengua está llena de mentiras. Veneno de serpientes gotea de sus labios. Rom.3:13 Estos como Judas traicionan a los que dicen amar, así pierden la fe, el amor y la reputación. Son detestables delante de Dios y de los hombres. Dijo David: No habitará dentro de mi casa el que hace fraude; el que habla mentira no se afirmará delante de mis ojos. Salmo 101:7
4.- La cisterna rota de la seguridad en las obras de justicia y los dones: Hay creyentes que se amparan en la obras de justicia y no se reconocen pecadores, creen que son mejores que los demás, sin embargo, son como el fariseo que justificó su orgullo señalando a los demás como pecadores, recordó al SEÑOR, igual que hacen algunos creyentes: "Asisto al templo, ayuno, oro, repito la palabra, se la palabra y la predico, tengo el don de sabiduría, profetizo, doy ofrendas y diezmos sin falta, cuido a los enfermos, doy ayuda a los pobres y a los que están en la cárcel etc...Todo esto está bien delante de Dios, y el cristiano verdadero debe hacer obras de justicia, pero pensar como el fariseo que esto los hace más santos, es orgullo y el orgullo es la más grande y peligrosa tentación a la que puede ceder el creyente, porque con él vienen todas las demás pecados en que se pueda caer. El orgullo enceguece y convence de su sabiduría e imparcialidad a quien lo lleva en el corazón
El publicano en un acto de humildad solo decía: "SEÑOR, ten piedad de mí que soy pecador." De modo que volvió a su casa justificado pero el fariseo No. Lucas 18:9-14 Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. 1Juan 1:8 Estaremos cavando cisternas rotas para nuestra propia destrucción, mientras no reconozcamos cada día que somos pecadores, que solo por la gracia de Dios somos justificados y salvos, que somos y hacemos lo que hacemos por la gracia del SEÑOR, como dijo Pablo: "Por gracia de Dios soy lo que soy" 1Cor.15:10
5.- La cisterna rota de la Codicia. Con todos los beneficios materiales incluidos en las ricas bendiciones de Dios sobre nosotros, muchos creyentes se han olvidado del SEÑOR: "Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy; no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites... y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto(de la esclavitud del mundo y el pecado) Deut. 8:11-14
Cuando el creyente está ansioso por lo que puede obtener y ansioso por conservar lo que tiene, esto hace que sean peligrosos entre sí. Las posesiones materiales en sí mismas no son malas, pero cuando nuestro gozo y seguridad están enraizados en ellas y no en la preciada presencia de Cristo que mora en nosotros, en efecto hemos olvidado a Dios y hemos cavado cisternas rotas por las que se escapan las bendiciones de Dios, creyendo poseer mucho en la tierra hemos perdido la mayor riqueza, a Cristo y su plenitud. Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchas heridas dolorosas. 1Tim.6:10
6.- La cisterna rota del placer sensual: Una sociedad orientada hacia lo material es una sociedad obsesionada con el placer sensual. El cristiano que se aferra a las riquezas materiales también estará obsesionado con el placer. La codicia controla sus actividades para que puedan divertirse y vivir de manera exuberante y placentera. Por lo tanto, "son amadores de los placeres más que de Dios". Dijo Pablo a Timoteo acerca del estado espiritual de muchos en los últimos días: "Pero debes saber esto, que en los últimos días vendrán tiempos difíciles y habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios....traicioneros, imprudentes, vanidosos, amadores de los placeres más que de Dios" (2 Timoteo 3:1-2,4). No consideran que el placer es pasajero, pero el dolor que lo acompaña es eterno ¿Quiénes carecen del Espíritu, sino los sensuales? Porque los tales son esclavos, no de Cristo nuestro SEÑOR, sino de sus propios apetitos. Rom.16:18
No podemos estar libres de culpa cuando dejamos a Cristo, Fuente de agua viva, por amar y seguir nuestros propios deseos desplazando así el primer lugar que ÉL debe ocupar en nuestras vidas y corazón, Cristo debería sernos más querido que cualquier otra cosa, que nuestras posesiones y que cualquier otro amor en este mundo; ya que en Él se encuentra la plenitud de todas las bendiciones, y de Él podemos extraer lo que puede satisfacernos por completo. No despreciamos la generosidad de Dios, que es suficiente para hacernos felices en todos los sentidos, porque cuando nos alejamos de Dios, nuestros propios conceptos nos engañan; y lo que nos parece a primera vista fuentes, sin embargo, cuando llega la sed espiritual, no encontraremos una gota de agua en todo lo que creímos, puesto que no eran más que cisternas rotas y estériles.
La renovación espiritual para el pueblo de Dios no ocurrirá hasta que estemos satisfechos con nada menos que las aguas vivas que provienen de Cristo. Hasta que busquemos su presencia y nos volvamos a Él de todo corazón. Porque mi pueblo ha hecho dos males: A mí me han abandonado, la fuente de las aguas vivas; Para cavar para sí mismos cisternas rotas que no pueden retener el agua viva, Jesucristo. - Mick Cupples- L.M.C