MAYO 29

"Te haré mi esposa para siempre.... porque te amo entrañablemente." Oseas 2:19
Lo que Dios aquí prometió lo cumplió, no como Dios el Padre, sino en Cristo. La
esposa infiel del profeta Oseas, representa la iglesia, quien lo abandonó para
irse con otros amantes, es decir, para seguir al mundo y sus deseos. Puede ser
que un hombre no la reciba otra vez; Pero Dios sí puede. Él No recordará la
infidelidad por la que antes la había desechado, sino que borra todos sus
pecados, como si su pueblo no hubiera sido infiel. "Yo, y nadie más, soy
el que borra tus rebeliones, porque así soy yo, y No volveré a acordarme de tus
pecados." Isaías 43:2. El amor divino la convierte en una mujer pura
y sin mancha, en su esposa, a la iglesia, a cada creyente. Dice Pablo a los que
habían sido restaurados de toda clase de pecados: "los he comprometido en
casamiento con un solo esposo, Cristo, y quiero presentarlos ante Él puros como
una virgen." 2 Cor. 11:2. ¡Oh, la infinita clemencia de Dios! "¿Cómo puede
ser posible que un Rey tan poderoso se convierte en Novio, y que la Iglesia se
convierta en una Novia. Solo el Todopoderoso puede hacer esto; "Con amor
eterno te he amado, por eso te he atraído con misericordia." Jer.31:3
¡Él todo lo hace nuevo! ¡"Te haré mi esposa para
siempre!" ¡Que promesa tan maravillosa!
En adelante, Dios la hará totalmente suya, por una unión más cercana que el
vínculo más cercano de padre e hijo, por lo cual dice: "somos miembros de
su cuerpo de su carne y de sus huesos." 1 Cor. 6:17 Efe. 5:30; y a través
de esta unidad, formada por su propia morada en ella, dándosela a sí misma, llevándola
a sí mismo, y otorgándole así un título a todo lo que es suyo. Y esto, para
siempre. "Te haré mi esposa para siempre". El SEÑOR, por su
Espíritu, estará con su Iglesia "hasta el fin del mundo", y así la
unirá a sí mismo que "las puertas del infierno no prevalecerán contra
ella". El compromiso y la unión de la gracia en esta vida pasan a la unión
de la gloria, de la cual se dice: "Bienaventurados los que son llamados a
la cena de las bodas del Cordero" Apoc. 19:9. -Albert Barnes
Jesucristo, verdadero Esposo fiel, maravilloso, poderoso, inigualable. A donde
vayas irá contigo, no te dejará ni te desamparará. Él quiere darnos su amor;
pero también está esperando que le amemos con toda nuestra mente, con todo
nuestro corazón y con todas nuestras fuerzas. Marc.12:30 Él no es sólo tu
Médico que te sana, no es sólo tu Redentor que te libra de ataduras. Él quiere
ser tu Esposo, y como tal te da Su tierno amor y fidelidad que son parte
de su naturaleza; "si somos infieles, Él sigue siendo fiel, porque no
puede negarse a sí mismo" 2 Tim.2:13. Él quiere que lo sigas en el camino
de la cruz y anhela que sea el amor lo que te motive a seguirlo. Él dijo:
"Por Mí debes negarte a ti mismo y tomar su cruz," Mat.16:24. En el
matrimonio terrenal siempre y cuando haya amor, implica dejar la casa, padres.
hermanos, familia, en algunos casos hasta el país de origen. Lo mismo es con
nuestro Esposo Divino, el amor a Él conlleva una consagración y entrega total.
Por amor a Él debemos estar dispuestos a dejar todo. "Si alguno viene a
mí, y no renuncia a su padre y a su madre, ni a su mujer y sus hijos, ni a sus
hermanos y hermanas, y ni siquiera a su propia vida, no puede ser mi
discípulo." Lucas 14:26."
Las historias y novelas de amor terminan con un: "Se casaron y fueron felices para siempre". ¿Se dejará este sueño solo al novelista? ¿No terminarán así Todos los idilios de Dios? "Te haré mi esposa para siempre". Dios tiene la eternidad a su disposición, así como el tiempo. Sólo confía en Él; "Tu noche más oscura terminará en el día más brillante". El SEÑOR Jesús nos ha comprado para que seamos suyos para siempre, no con cosas corruptibles, como oro y plata, sino con Su sangre preciosa. 1 Ped. 1:18-19 Él no es sólo nuestro Esposo, sino nuestro SEÑOR y Salvador. Él espera para llevarnos hacia Él, en un amor que no cesará, y comparado con todo el amor que hemos conocido, es como la luz de la luna con la luz del sol." -F.B. Meyer
Por mucho tiempo, hemos estado lejos del Esposo, nos descarriamos, hemos amado
al mundo y sus placeres, hemos amado de manera desordenada a las criaturas más
que al SEÑOR, estos han sido nuestros amantes, como la esposa infiel de Oseas,
nos han decepcionado y abandonado. En medio de la soledad y el dolor, podemos
decir como ella: "Volveré a mi primer esposo, pues con Él me iba mejor que
ahora." Oseas 2:7 Volvamos nuestro corazón al SEÑOR y amémosle mucho, su amor
es mejor que la vida. Salmo 63:3. Una vez conocemos al SEÑOR como nuestro
Salvador y Redentor y su amor infinito por nosotros, que satisface plenamente,
no podemos concebir como pudimos idolatrar y sufrir tanto por personas que
siempre nos desilusionaron, y por cosas efímeras que se desvanecen, que
hoy son y mañana desaparecen.¡Ay SEÑOR, Amado Esposo mío, cómo pude
cambiar tu amor incomparable y eterno, por tan poco, como pude vivir y estar
tanto tiempo lejos de ti!
"Tarde te amé, hermosura tan antigua, y tan nueva, tarde te amé. Y he aquí que Tú estabas dentro de mí, y yo fuera, y fuera te buscaba yo, y me arrojaba sobre esas hermosuras que Tú creaste. Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo. Me mantenían lejos de Tí aquellas cosas que, si no estuviesen en ti, no existirían. Llamaste y gritaste, y rompiste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y ahuyentaste mi ceguera; exhalaste tu fragancia, la respiré y suspiro por Ti; te gusté y tengo hambre y sed de Ti; me tocaste y me abrasé en tu paz."- Agustín de Hipona "Te haré mi esposa para siempre...." !Bendita Palabra!