NOVIEMBRE 2

06.03.2023

"El que me escucha vivirá seguro, Y descansará, sin temor al mal". Proverbios 1:33

Quien escucha a la sabiduría, o a Cristo; a la voz de su Evangelio, no solo externamente, sino también internamente; para distinguirlo de la voz de un extraño; para recibirlo por la Fe y apropiarse de cada una de sus promesas, sus preceptos y ordenanza para obedecerles con alegría. Estará tranquilo del temor del mal ya que Dios habita en su corazón: "Porque Él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; Me ocultará en lo reservado de su morada; Sobre una roca me pondrá en alto." Salmo 27:5.
Habita en su amor eterno e inmutable, por lo que no será consumido; en el pacto de su gracia, que es firme e inamovible; en su poder, por el que se mantiene como en una fortaleza, y habita en Cristo la Roca de la eternidad, contra la cual las puertas del infierno no prevalecerán, su alma está construida en Él. Tiene el espíritu de Cristo que habita en él, que es mayor el que está en el mundo. Por lo tanto, permanece a salvo en medio de las inundaciones, las tormentas y las tempestades, que lo golpean; Jesús es el refugio al que acude y está a salvo en medio de todas las olas de aflicción y tribulación. - Jhon Gill "Su arca está asentada por dentro y por fuera; puede ser arrojado, pero no ahogado; derribado pero no destruido.

¡Feliz el corazón que escucha la voz de Cristo! Otros pueden ser sacudidos y arrojados sobre las olas de la preocupación y la ansiedad, de alarma y temor; pero el cristiano verdadero, "mora al abrigo del Altísimo", oculto en lo reservado de su morada sobre la Roca de su salvación, "descansará sin temor del mal".-John Trapp

"Y estará seguro sin temor del mal." Así pueden vivir en el mundo convulsionado actual, bajo un sentimiento de tranquilidad por la sangre, la justicia y el sacrificio de Cristo: que, cuando se aplica por la fe, habla de paz mental y espiritual. Quien escucha los consejos y las instrucciones de Cristo, y sea gobernado por ellos, vivirá con seguridad, confianza y paz descansando en las promesas y el favor de Dios. El que escucha al SEÑOR antes que a las tentaciones de los malvados no tendrá ninguna razón para temer al maligno, que no puede devorarlo ni destruirlo; tampoco temor del mal del pecado; ni de ser condenado; ni del mal de los juicios sobre un mundo malvado, no temerá a los desastres naturales, ni al hambre ni a la escasez económica, ni a las guerras ni rumores de guerras. No tendrá temor de la muerte ni de un juicio futuro. Tendrá paz. Aquel que escucha a Cristo, y cree en Él, estará seguro