JULIO  28

13.10.2022

"Por la fe Moisés, cuando ya era grande, rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón, escogiendo más bien ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los placeres temporales del pecado. Consideró como mayores riquezas el oprobio de Cristo que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa." Hebreos 11:24-26

Moisés renunció por la fe y por el bien de su alma a tres cosas: A su rango y grandeza, a las riquezas y al placer. Al hacerlo, hizo tres de los mayores sacrificios que el corazón del hombre puede hacer. ¡Que el Espíritu Santo bendiga el tema para todos nosotros! ¡Que Él nos dé el mismo espíritu de fe, para que podamos caminar en los pasos de Moisés, hacer como él hizo y compartir su recompensa!
.- RENUNCIÓ A SU RANGO Y GRANDEZA: "Él rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón". La hija de Faraón había preservado su vida, cuando era un niño, lo adoptó y lo educó como a su propio hijo. Es suficiente para nosotros saber que, por su relación con la hija de Faraón, Moisés podría haber sido, si hubiera querido, un gran hombre. Piensa, por un momento, cuán grande fue esta tentación. Aquí había un hombre de pasiones como las nuestras. Pudo tener rango, poder, lugar, honor, títulos, dignidades: todo estaba ante él y al alcance de su mano. Estas son las cosas por las que muchos hombres luchan. Estos son los premios por los que existe una carrera tan incesante en el mundo que nos rodea. Ser alguien, ser admirado, elevarse a sí mismo en la escala de la sociedad, obtener un identificador de sus nombres, estas son las cosas por las que muchos sacrifican tiempo, pensamiento, salud y la vida misma. Pero, "Moisés por la Fe, rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón".

.- RECHAZÓ LOS PLACERES. Placeres de todo tipo, sin duda, estaban a sus pies: placer sensual, placer intelectual, placer social, toda clase de placeres. Egipto era un lugar próspero donde había todo lo que pudiera alimentar los deseos de la carne, los deseos de los ojos o la vanagloria de la vida, que Moisés pudo tener fácilmente. Reflexiona, cuán grande fue también esta tentación. Recordemos que es por lo único que viven millones. Difieren, quizás, en sus puntos de vista sobre lo que constituye el verdadero placer, pero todos están de acuerdo en buscarlo y obtenerlo. El placer es la sombra que todos por igual están cazando, altos y bajos, ricos y pobres, viejos y jóvenes. Esta era la copa que Moisés tenía delante de sus labios. Pudo haber bebido tanto como quisiera del placer terrenal. Pero le dio la espalda, "escogiendo antes ser afligido con el pueblo de Dios, que gozar temporalmente de los deleites del pecado."

Nuestro instinto natural es alejarnos del sufrimiento y usamos todos los medios para escapar de él. Y cuando llega, nos quejamos bajo su carga; pero Moises eligió el sufrimiento de un pueblo esclavizado, dejando la comodidad de la corte de Faraón, para participar de la copa del maltrato que el pueblo de Dios bebía a diario. Los que siguen a Cristo, deben ser conformados a Su imagen; y no negarse a emprender la cruz en común con Cristo. "Si alguno quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame" Mateo 16:24

.- RECHAZÓ LAS RIQUEZAS. "Los tesoros de Egipto", es una expresión que habla de la riqueza que pudo haber disfrutado si se hubiera quedado con la hija del faraón. Bien podemos suponer que estos tesoros habrían sido una gran fortuna, Moisés renunció a algo que incluso nuestras mentes encuentran difícil de calcular. Piensa cuán grande fue esta tentación. Considera, el poder del dinero, la inmensa influencia que el amor al dinero ejerce sobre la mente de los hombres. Poseer dinero parece ocultar defectos, cubrir faltas, revestir de virtudes a un hombre. Pero aquí hay un hombre que podría haber sido rico que "consideró como mayores riquezas el oprobio de Cristo que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa." El oprobio de Cristo en la Cruz vale más que todo el oro, la plata y las piedras preciosas de este mundo. La decisión de Moisés por la Fe, de servir a Dios y a su pueblo lo puso en la compañía de Jesucristo, quien sufrió para salvar el mundo de sus pecados.

No rechazó estas cosas en un arrebato emocional juvenil, ni porque se sintió obligado. Tampoco fue el caso de un moribundo, que dice: "Nada más anhelo en este mundo"; Porque se va del mundo, y no puede conservarlo. No era como el mendigo, que hace de la necesidad un mérito y dice: "No quiero riquezas"; ¿y por qué? Porque no puede conseguirlas. Entonces, ¿Porqué Moisés renunció a la gloria, esplendor y placeres de Egipto? La Biblia nos da la respuesta, dice que "POR LA FE", Dios le reveló que un Salvador, Cristo, iba a nacer del linaje de Israel, y Moisés creyó. Tenía puesta la mirada en Cristo, el autor y consumador de la Fe, "se mantuvo firme como viendo al Invisible" Heb.11:27, y cuando la mente se fija verdaderamente en Él, ni las riquezas ni los placeres de la tierra pueden atraer, y mucho menos cautivar. Moisés por la Fe, tenía puesta la mirada en el Galardón, esto es, en la gloria eterna, muchos la pierden porque intercambiaron el cielo por estar aferrados a los placeres temporales del pecado y la vanagloria de la vida.

Y tú, como Moisés por la Fe y tu mirada puesta en Cristo y con su ayuda, podrás dejar claro que lo escogiste a Él antes que los placeres del pecado y las atracciones del mundo que te alejan del SEÑOR. Obviamente no están incluidas aquí las cosas que necesitamos para sustento de nuestra vida terrenal, y que Dios nos da y permite disfrutar. Si has escogido seguir al SEÑOR, toma el consejo que te doy: Clama al Señor Jesucristo, como lo hicieron los discípulos: "SEÑOR, auméntame la fe". La fe que da Cristo, es la raíz del carácter de un verdadero cristiano. Deja que tu raíz sea recta, y tu fruto pronto abundará. Tu prosperidad espiritual siempre estará de acuerdo con tu fe. El que cree no sólo será salvo, sino que vencerá, será establecido, caminará firmemente sobre las aguas de este mundo y recibirá la recompensa eterna que el SEÑOR le tiene preparada. -J.C. Ryle