ABRIL 28

Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido. Lucas 18:14
Con estas palabras nos enseña el SEÑOR que toda exaltación de sí mismo es una forma de soberbia. Por tanto, hermanos, si es que deseamos ascender velozmente a la cumbre de la más alta humildad y queremos llegar a la exaltación celestial a la que se sube a través de la humildad en la vida presente.
En este pasaje del evangelio, el SEÑOR instruye no sólo a todos sus discípulos, encargándoles que no se dejen arrastrar por la avidez de los honores. Al contrario, que «el que quiera ser grande entre nosotros», sea el primero en hacerse siervo de todos, como Él. Mat 20: 26- 27
Cristo no sólo encargó a los discípulos no dejarse llamar maestros y no querer ocupar los primeros puestos en los banquetes ni aspirar a otros honores, sino que él mismo dio en su persona el ejemplo y es modelo de toda humildad. Aunque el nombre de Maestro no le corresponde por complacencia sino por derecho de naturaleza, porque «todo subsiste en Él y para Él» Col 1:17. Nos enseñó diciendo: «No aspiren a honores, no dejen que los llamen maestros» también dijo «yo no vivo preocupado por mi honor. Hay uno que se preocupa de eso» Jn 8,50. Fijen su mirada en mí, «el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por todos.» Mat. 20:28
Una de las más poderosas armas para vencer al enemigo de las almas es la Humildad. Puedes orar, vigilar, ayunar, puedes leer la biblia muchas veces, predicar a muchos, servir y ayudar a los pobres, incluso asistir a la iglesia todos los días, pero si eres soberbio, autosuficiente y prepotente, tienes una puerta grande abierta al enemigo, por la que te puede vencer y ganar la batalla. Y lo más triste de todo, puedes perder la oportunidad de ser justificado de tus pecados. Porque Dios mira de lejos al altivo. Salmo 138:6
Fíjate en la parábola del fariseo y el publicano. El fariseo cumplía con todos los rituales de la ley: Oraba, ayunaba dos veces por semana, ofrendaba sagradamente. Lucas 18:12, creyendo que eso la hacía más santo que los demás, oró así: "Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás, que son ladrones, malvados y adúlteros, ni como ese cobrador de impuestos. Lucas 18:11-12 Pero, el cobrador de impuestos que no era tan religioso ni se creía tan santo, se quedó a cierta distancia, y ni siquiera se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: "¡Oh Dios, ten piedad de mí, que soy pecador!" Lucas 18:13
»Les digo que este descendió a su casa justificado pero aquél NO. Lucas 18:14 El cobrador de impuestos regresó justificado, porque reconoció que ningún hombre es perfecto, se consideró pecador por naturaleza. Como está escrito: No hay justo ni siquiera uno. Rom.3:10 No se apoyó en ningún ritual, porque su fe y la nuestra no necesita de otro apoyo que este: Dios nos ha aceptado, no porque lo merezcamos, sino porque justifica nuestros pecados: JUSTIFICADOS pues por la Fe, tenemos Paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Rom.5:1 !Bienaventurado, dichoso, feliz el hombre cuya transgresión ha sido perdonada, cuyo pecado es cubierto! Salmo 32:1
¿Porque el fariseo no fue justificado? »Porque TODO el que se engrandece será humillado,». Lucas 18:14 No fue justificado o perdonado, porque se auto exaltó, menospreció a los demás. No reconoció que Todo lo que podía hacer se lo debía a Dios; porque ¿quién te da privilegios sobre los demás? ¿Y qué tienes que Dios no te haya dado? Y si Él te lo ha dado, ¿por qué presumes, como si lo hubieras conseguido por ti mismo? 1Cor.4:7 Fue humillado, porque confiaba en vano en que era justo y no confío en Dios, sino en "sus méritos," "en sus propias obras de justicia". En vano supuso que había cumplido con las exigencias de la ley de Dios y no busco un cambio sincero de corazón, ni una reconciliación con Dios. Porque TODO el que se engrandece será humillado, pero el que se humilla será engrandecido. Lucas 18:14
"El orgullo no es más que vanidad, mentira y error. Es la más grande de las locuras, no hay insensato comparable con el orgulloso. ¿Qué mayor locura, en efecto, que resistir a Dios y querer declararle la guerra? ¿Qué mayor locura que privarse y despojarse voluntariamente del favor del favor y del auxilio de DIos, de quien es Todo y a quien Todo pertenece? ¿Qué mayor locura que tener por antagonista y enemigo, no a un hombre, no a un ángel, ni tampoco al mismo demonio, sino a Dios, y atreverse a retarlo como a duelo? Siendo el orgulloso un insensato, y el orgullo una locura, son soberanamente despreciables, y despreciados los orgullosos."- Crisóstomo El orgulloso cree siempre tener la razón ¿Has visto hombre sabio en su propia opinión? Más esperanza hay del necio que de él. Prov.26:12