MAYO 26

Él trae calma a la tempestad, y se apaciguan sus olas. Luego se alegran, porque se apaciguaron; Y así los guía al puerto que deseaban. Salmo 107:29-30
En medio de las fieras tormentas, - decía un viejo marino- Lo único que podemos hacer es colocar la nave en cierta posición y mantenerla allí. Esto es lo que debes hacer tú cristiano. A veces, como Pablo, no verás el sol ni las estrellas y una tempestad no pequeña te azotará..
En un momento así sólo puedes hacer una cosa, sólo tienes una vía de escape. La razón no te ayudará. Las experiencias del pasado no te darán luz. Nada ni nadie logrará consolarte.
Una sola te queda por hacer: Coloca el alma en una posición y mantenla
allí. Esto es permanecer en el SEÑOR, venga lo que venga, vientos, olas,
marejadas, truenos, relámpagos, arrecifes amenazantes, debes amarrarte a
tu timón y afimarte en la confianza y en la fidelidad en Dios, en el
compromiso que Él ha pactado, en su eterno amor en Jesucristo.
¿Qué importa que el viento venga del este o del oeste? Qué importa como venga la marea alta o baja me da igual. Ni la calma veraniega ni el ciclón invernal impiden que siga mi camino; con constancia avanzo con rumbo al puerto que no lejos debe estar.....
Recuerdo los días angustiosos del pasado cuando las olas terribles me azotaban, cambiaba el rumbo sin saber porque. Temía la calma, temía el ciclón, presentía peligros, demoraba el viaje, olvidaba que ante todo debía zarpar para llegar al puerto, que lejos estaba.... No miro las pérdidas ni lamento lo gastado a través de los años de duda soportados. Conservo frescos en la memoria los recuerdos de los años en que Dios me sustentó y me sostuvo por misericordia. -Richard Fuller
Cuanto más pesada la cruz, más sentida la oración; Las hierbas machacadas son las más fragantes. Si el cielo y el viento siempre fueran favorables, el marinero no observaría la estrella; los Salmos de David no existirían, si la pena nunca hubiera oprimido el corazón.