MAYO 2

"Permanezcan en mí, y yo
permaneceré en ustedes." Juan 15:4
Para permanecer en Cristo, los cristianos, herederos de la gloria eterna, deben negarse a sí mismos, a sus propios deseos, a su propia voluntad, esto es, "crucificar su "yo" juntamente con Cristo," Gálatas 2:20, en lugar de vivir ansiosos por una búsqueda de las cosas despreciables de la tierra: "Si ustedes, pues, han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Pongan la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra." Colosenses 3:1-2 El cristiano que quiera permanecer en Cristo, estará preparado para ir al cielo cuando haya comenzado a morir aquí en la tierra. La gracia del SEÑOR, eleva al cristiano por encima de sí mismo, para vivir en las alturas. Los filósofos comparan el alma del hombre como aves con sus alas extendidas; así, con las alas de la gracia, el alma vuela alto, y toma una mejor perspectiva del cielo.
Permanecer en Cristo es una vida duradera. Debemos despojarnos de las cosas materiales que son flores como que se marchitan, tenerlas para nuestro servicio, porque "Dios nos ha dado Todas las cosas para que las disfrutemos", pero no para que estemos apegados a ellas de manera desmedida. Juan nos habla de "un mar de vidrio mezclado con fuego" (Ap. 15:2). El mundo es un mar, y raramente está calmado; y es un mar de vidrio, resbaladizo; y este vidrio está mezclado con fuego, para mostrar que es de naturaleza perecedera y consumible. Las riquezas toman alas, y las relaciones también; pero para ti, que por las alas de la gracia estás siendo elevado, está vida nunca tendrá fin; es el comienzo de una vida eterna; la felicidad no es más que la crema de la santidad: tú, que permaneces en Cristo, estarás siempre con el Señor 1Tes. 4:17. Veras al SEÑOR en todas sus túnicas bordadas de majestad. "Le veremos tal como Él es" 1Juan 3:2, y esta visión será deslumbrante y llena de gloria. Este es el mejor tipo de vida: Aquel que cuando despierta permanece en Cristo y cuando deje este mundo, siempre estará con el SEÑOR.
Permanecer con Cristo, es la vida más satisfactoria, nada más podría llenarnos. "Los ríos todos van al mar, y el mar no se llena..." Ecl. 1:7. Deja que todas las corrientes de los deleites mundanales fluyan hacia el corazón del hombre, y aún así quedará insatisfecho. Y si lo pudieras filtrar obtendrías solo espuma. "Vanidad de vanidades" Ecl. 1:2. Pero en Cristo está la dulce satisfacción y el contentamiento. "Quedaré muy satisfecho, como el que disfruta de un banquete delicioso, y mis labios te alabarán con alegría." Salmo 63:5. He aquí un panal de dulzura, un espejo de belleza; he aquí el río del placer, donde el alma se baña con un infinito deleite: "Se sacian de la abundancia de Tu casa, Y les das a beber del río de Tus delicias." (Salmos 36:8). Y este río posee una fuente en su fondo, "Porque en ti está el manantial de la vida" Salmo 36:9, ¡Y acaso esto no es esto lo más satisfactorio! En la creación del universo, Dios le dio el agua a los peces, la tierra a las bestias, el aire a las aves, y después de esto; hizo al hombre a su imagen, para que este pudiera decir: "SEÑOR, y fuera de ti, nada deseo en la tierra.". Salmo 73:25 ¡Qué puede entonces satisfacer mi alma, sino sólo permanecer en Cristo!
Permanecer en Cristo es la vida más confortable: Qué música y armonía tan dulce está en aquella alma que permanece en Cristo. El pájaro, mientras más eleva su vuelo, más dulce hace su cantar: así, mientras más se eleva el alma sobre este mundo, obtiene el más dulce gozo. ¡Cómo se enciende el corazón en la oración! ¡Cómo se embelesa en santa meditación! Cuánto gozo y paz hay para los que creen en el SEÑOR (Romanos 15:13). Y estos gozos, son las fuentes de miel que fluyen de la roca, ¡Cristo!. Dime, ¿no es acaso confortable estar en el cielo? Aquel que permanece en Cristo, trae los cielos sobre sí; posee pruebas del amor de Dios, que son los comienzos del cielo. Tan dulce es este tipo de vida, que puede hacer descender dulzura en medio de las aflicciones y los problemas de este mundo a fin de que no seamos consumidas por ellas. Puede convertir la prisión en un paraíso, el horno en un festival; puede endulzar la muerte. Un alma elevada por la gracia, puede regocijarse en el valle de sombra y de muerte, descansa en pastos delicados y junto a aguas de reposo.
¿Pero, cómo lograré esta bendita forma del corazón de permanecer siempre en Cristo? Es fundamental tener el juicio correcto y justamente ubicado: obtén un juicio justo del pecado, y así nunca andarás en él; ten un juicio justo sobre Dios, y así querrás estar de continuo con Él. En Dios se hallan todas las excelencias juntas; ¡Cuán dulce es este amor! ¡Cuánto satisface su presencia! Si has de permanecer con Cristo, vela por tu corazón todos los días, encierra al SEÑOR en tu corazón cada mañana, y dale a Él la llave. La inclinación del corazón es a las vanidades. Mantente atento y en guardia; luego de tu encuentro con el SEÑOR en oración o cuando has sido bendecido con un mensaje o sacramento, cuida tu vida de no caer en tentación.
Cuídate también de la negligencia. Cuándo comienzas a aflojar las riendas y dejas enfriar tu primer fuego y vigor piadoso, una mortandad insensible se apodera del corazón, y poco a poco surge un distanciamiento triste entre Dios y el alma. Y ¡qué difícil tarea será para restaurar sus corazones nuevamente una vez que han caído! Una piedra pesada que se ha rodado hasta la cima de una colina empinada y luego cae abajo hacia el fondo ¡cuán difícil es subirla de nuevo!Se nos ha ordenado ser "fervientes en espíritu" (Rom.12:11). Aquellos que quieran mantener una comunión constante con Dios, deben doblegar su devoción, tienen que estar mucho más en ferviente oración; leemos que: "El fuego se mantendrá encendido sobre el altar; no se apagará, sino que el sacerdote quemará leña en él todas las mañanas," Lev.6:12. Y pondrá el incienso sobre el fuego delante del Señor, Lev:16:12 El incienso es un tipo de oración, y las brasas puestas en el incienso debían mostrar que el corazón de un cristiano debe estar encendido en amor y consagración al SEÑOR; nada más peligroso que una oración por formalidad o rutina.
Si quieres permanecer con Cristo, fijate bien con quien andas. "Las malas compañías corrompen las buenas costumbres." 1Cor. 15:33 Las malas amistades y conversaciones enfrían las buenas afecciones, pero al andar con verdaderos cristianos somos calentados y vivificados. Si permaneces mucho tiempo entre las especias tendrás el olor de ellas. Que el SEÑOR nos conceda la gracia de mantener nuestra relación con Él siempre, así permaneceremos en Cristo y ÉL en nosotros. "Hermanos, que nuestro SEÑOR Jesucristo derrame su gracia sobre todos ustedes. Amén." Gálatas 6:18- Thomas Watson