DICIEMBRE 25

«¡Gloria a Dios en las alturas! ¡Paz en la tierra a Todos los que gozan de su favor!» Lucas 2:14
" Un grito de júbilo resuena en nuestra tierra; un grito de alegría y de salvación en las tiendas de los pecadores. Hemos oído una palabra buena, una palabra de consuelo, una frase exultante de gozo, digna de todo nuestro aprecio. Regocíjense montañas; aplaudan, árboles silvestres, delante del SEÑOR porque llega. Oigan cielos; escucha, tierra; enmudece y alaba, coro de las criaturas; pero más que nadie, tú, hombre. Jesucristo, el Hijo de Dios, nace en Belén de Judá. ¿Quién tendrá corazón tan de piedra que, al oír este grito, no se le derrita el alma? ¿Se podría anunciar un mensaje más consolador? ¿Se podría confiar en una noticia más agradable? ¿Cuándo se ha oído algo semejante? ¿Cuándo ha sentido el mundo algo parecido? Jesucristo, el Hijo de Dios, nace en Belén de Judá.
¡Oh nacimiento esclarecido en santidad, glorioso para el mundo, querido por la humanidad a causa de incomparable beneficio que le confiere, insondable incluso para los ángeles en la profundidad de su misterio sagrado! Y bajo cualquier aspecto, admirable por la grandeza exclusiva de su novedad; jamás se ha visto cosa parecida, ni antes ni después. ¡Oh alumbramiento único, sin dolor, cándido, incorruptible; que consagra el templo del seno virginal sin profanarlo! ¡Oh nacimiento que rebasa las leyes de la naturaleza, si bien la transforma; inimaginable en el ámbito de lo milagroso, pero sanador por la energía de su misterio!
Tomen nuevas fuerzas y nuevos alientos, los que se sienten desfallecidos: "Jesús vino a buscar lo que estaba perdido". Lucas 9:10 Fortalezcanse los que se sienten enfermos: Cristo vino para sanar a los quebrantados de corazón con el óleo de su amor y misericordia. Gocense todos los que sueñan con altos ideales: El Hijo de Dios baja hasta vosotros para haceros partícipes de su reino. Por eso imploro: Sáname, SEÑOR, y quedaré sano; sálvame, y quedaré a salvo; dame tu gloria, y seré glorificado. Bendice alma mía al SEÑOR, y todo mi interior bendiga Su santo Nombre, porque Él es quien perdona todas mis culpas, sana todas mis enfermedades y sacia de bienes mi alma." Bernardo de Claraval
"¡Oh dichoso pesebre! en el que nació Cristo, y fué reclinado el Dios Omnipotente. Allí recibió los servicios y consuelos de todos los ángeles, pues millares de millares bajaron á servirle y adorarle, y otros mil millares bajaron también a cantarle alabanzas y loores. Reclinado Cristo en el establo, hubo grande fiesta en el cielo; y mientras lloraba en el pesebre, se recreaban los espíritus celestes en la contemplación de las inefables bondades; dando gloria a Dios en las alturas, y anunciando en la tierra la paz a los que gozan de su favor; porque la bondad de los cielos nació en la tierra, y la paz ha descendido también de lo alto del firmamento." Agustin
" Nació Jesús para mostrarse a los hombres inmersos en tinieblas y sombras de muerte. Está acostado en un establo porque Él es Aquel que hace brotar la hierba para el ganado. Sal 104:14, es el Pan de Vida que alimenta al hombre con un alimento espiritual para que también viva en el Espíritu... ¿Es que hay una fiesta más dichosa que la de hoy? Cristo, el Sol de Justicia. Mal 3:20, viene a iluminar nuestra noche. Se levanta lo que estaba caído, el que estaba vencido es liberado..., el que estaba muerto vuelve a la vida... «Por un hombre, Adán, vino la muerte; por un hombre, hoy viene la salvación» Rom 5:17. Cantemos pues hoy todos a una sola voz sobre toda la tierra: "Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que aman el SEÑOR.
"¡Dichoso pesebre! Pero mucho más dichosas las almas que aman con fervor y ternura a este SEÑOR tan digno de amor y que ardiendo en caridad, le reciben en la santa comunión. ¡Con qué arrebato, con qué gozo viene Jesús a descansar en el alma que le ama verdaderamente! " - Gregorio