AGOSTO 2

17.11.2022

"PARA EVITAR QUE ME ENALTECIERA por estas sublimes revelaciones, una espina me fue clavada en el cuerpo." 2 Corintios 12:7


¿Cuál fue la espina o el aguijón que Pabló sufrió en su carne? No lo sabemos. Pero dice que fue una aflicción en su cuerpo. Sin embargo, se le concedió para que no se enalteciera. Había sido arrebatado hasta el tercer cielo, donde escuchó palabras inefables. Había tenido un privilegio tan incomparable, que estaba en peligro de caer en el pecado de la soberbia después de tal visión, y por eso el SEÑOR permitió que una espina lo golpeara por su propio bien. En vista de la tendencia de nuestra vieja naturaleza a levantarse, se nos da un aguijón en el cuerpo. Nuestra inclinación es esta y el SEÑOR lo sabe, no podemos soportar un gran honor. Y el orgullo espiritual es una experiencia que arruina. Hace que el creyente olvide su propia nada e indignidad. Lo separa de Dios y de la dependencia de Él. Lo incapacita para ser útil a los hombres. Pero Dios permite esa espina en el cuerpo para mantener al creyente humilde.


Y ninguno de nosotros está exento de tener su propia espina. El SEÑOR puede usar una enfermedad o debilidad corporal, una desfiguración que no se puede quitar. Puede ser alguna falta de simpatía en las circunstancias. Puede ser la falta de simpatía en su torno, puede ser persecución de la propia familia, esposo, hijos, padres. "Los enemigos del hombre serán los de su misma casa." Mat.10:36. El SEÑOR sabe que necesitamos precisamente esa situación, esa espina, para evitar que nos enaltezcamos, para sacar lo mejor que hay en nosotros, para la purificación de nuestra vida y mantenernos a los pies del SEÑOR. Así que la espina es necesaria. En lugar de permitir que nos irrite o estropee nuestra vida, pensemos que su propósito es hacernos dulces, pacientes, amorosos y más humildes. "


El disfrute de grandes privilegios espirituales, puede enorgullecer y alejar de la humilde dependencia de Dios. No hay pecado por el cual los cristianos fervientes, piadosos y útiles, estén en peligro como el del orgullo espiritual. Si se apodera del corazón, arruinará todo. Cuando un cristiano llega a saber que es bueno, su alma está en peligro. Cuando un hombre útil se da cuenta de su gran utilidad, cuando un cristiano devoto sabe que tiene un poder especial en la oración, el darse cuenta le alimenta el ego y comienza a creerse "el más santo", "el súper profeta", el "súper ungido del SEÑOR". Pero el poder de la divinidad radica en saber y entender que Todo proviene de Dios y no de nosotros. Estamos libres de todo orgullo cuando reconocemos que nuestra capacidad proviene solo de Él, cuando reconocemos que separados de Él nada podemos hacer. De modo que el SEÑOR para evitar que nos enaltezcamos permite una espina, una aflicción.

"Toda la enseñanza de la sabiduría cristiana, no consiste en la abundancia de las palabras, ni en el arte de raciocinar, sino en una Humildad verdadera, en la Humildad que Nuestro SEÑOR eligió y enseñó diciendo: "Aprendan de mí, que soy manso y Humilde", Mat.11:29. Y Pablo dijo: "Vístanse de toda compasión, benignidad, Humildad, mansedumbre y de paciencia; Col.3:12 El vestido de las virtudes del cristiano es la Humildad, si se lo quita, desaparecerán todas." -Cornelio


Al pensar en esto, es fácil comprender el peligro de Pablo después de ir al tercer cielo. No es de extrañar que se le tuviera que dar una espina, un tormento para equilibrar su elevación espiritual. Y no debemos sorprendernos si a nosotros después de haber sido grandemente bendecidos, se nos da una espina para mantenernos humildes. Dios nos ama demasiado para dejarnos y no salvarnos del orgullo. No nos irritemos si después de haber sido grandemente bendecidos usados, viene un obstáculo, una desilusión, una prueba, una espina. "PARA EVITAR QUE ME ENALTECIERA por estas sublimes revelaciones, una espina me fue clavada en el cuerpo." Aceptemos en silencio y con reverencia la espina: es Dios bendiciéndonos. Digamos con Pablo: "Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el Poder de Cristo." 2Cor.12.9.


Suplicamos al SEÑOR que nos quite la espina. También Pablo pidió que le fuera quitada y la respuesta llegó, pero no como él esperaba. La espina no le fue quitada, pero escuchó a su SEÑOR: "Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad ". 2 Cor.12:9 Nuestro fiel SEÑOR nos explica la razón: "Su poder se perfecciona en nuestra debilidad". La seguridad en la suficiencia de la gracia divina es consolar nuestro corazón afligido. Él poder de Dios necesita nuestra debilidad para manifestarse. Así que, cuanta más humildad más unción y poder de lo alto fluyen con facilidad para bendecir mi vida y la de otros. Tengamos presente: Los mejores pensamientos, las lecciones más ricas, las canciones más dulces que nos han llegado, son fruto del dolor, de la debilidad. No podemos olvidar que nuestra redención viene a nosotros, de la cruz del Hijo de Dios. El fruto de las espinas de la tierra puede parecer amargo al paladar, pero es el alimento saludable de las almas. Muchos están tan llenos de sí mismos que no tienen lugar para Cristo. Si tan solo quedan vacíos de sí mismos, el SEÑOR los llenará de Él, y entonces, tendrán un poder incalculable para el bien del mundo. - J.R.Miller