OCTUBRE  24

13.10.2021

"Y esta es la confianza que tenemos en Él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Él nos oye en cualquier cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho". 1Juan 5:14-15

Lo que hace que podamos acercarnos confiada y libremente a Dios es estar orando de acuerdo a Su voluntad; lo cual no significa "sumisión", sino "conformidad". "Conforme a", significa "de acuerdo a". Esto es, tenemos libertad y confianza en nuestro acercamiento a Dios cuando estamos orando conforme a su voluntad. Dios tiene registrada su voluntad general en su Palabra, pero esta labor especial de orar es para que la llevemos a cabo nosotros.

Sus cosas están preparadas y dispuestas para todo aquel que espera en Él. Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni hansubido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que aman.Pero, ¿cómo podemos saber la voluntad de Dios al orar? ¿Cuáles son las cosas por las cuales el Señor desea que oremos? El Espíritu Santo se encargará de revelamos esta verdad; de nuevo, el mismo texto es esclarecedor: "Y de igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues que hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos" (Ro. 8: 26 y 27).

"Pero Dios nos la reveló a nosotros por el Espíritu" (1 Cor. 2:10).Dios busca en el corazón donde mora el Espíritu y conoce la mente del Espíritu. El Espíritu que mora en nuestros corazones busca los profundos propósitos y la voluntad de Dios para nosotros, y revela esos propósitos y esa voluntad de Dios, "para que sepamos lo que Dios

nos ha concedido" (1 Cor 2:12).

El Espíritu de Dios mora tan profunda y completamente en nuestros espíritus, y tal es su iluminación y revelación, que podemos pedir con santa libertad las cosas que Él nos señale como la voluntad de Dios. Entonces, "sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho". El hombre natural ora, pero lo hace de acuerdo a su propia voluntad, deseos y caprichos. Si tiene intensos deseos, éstos provienen de la carne, y no del Espíritu. Pero cuando el Espíritu ora a través de nosotros, acomoda nuestra oración a la voluntad de Dios, y nosotros damos expresión a sus gemidos indecibles. Al tener la mente de Cristo, los creyentes oramos como Él oraría. Sus pensamientos, propósitos y deseos son los nuestros...Es, entonces, que nuestra oración constante da lugar a que el Espíritu Santo haga su poderosa obra en nosotros y, al mismo tiempo, Él también nos ayudará en nuestros esfuerzos en la oración.

Nuestro divino ejemplo en la oración es el mismo Hijo de Dios, y el Espíritu Santo es nuestro divino Ayudador. Él nos urge a orar y nos ayuda a hacerlo. La oración para ser aceptable debe ser iniciada y llevada a cabo por su presencia e inspiración. Somos aconsejados por la Palabra y se nos requiere que "oremos en todo tiempo con toda oración y súplica, en el Espíritu" (Ef. 6:18).

El Espíritu Santo debe instruirnos en el "arte divino de la Oración". Orar con todo nuestro corazón y toda nuestra fuerza, con la razón y la voluntad es el logro más elevado e importante de la batalla cristiana en esta Tierra. Si ningún hombre puede decir que Jesús es el Cristo, sino por el Espíritu, con mucha más razón nadie podrá Orar si no es por medio de la ayuda del Espíritu Santo.

Ejercemos este santo ejercicio por su presencia permanente en nuestro interior. Él coloca los deseos en nuestro corazón, alimentándolos y encendiéndolos con su propia llama. Nosotros no hacemos más que dar expresión y voz a sus gemidos indecibles. Oramos por medio de Él, a través de Él y en Él. Y cuando el Espíritu Santo nos ayuda en nuestras oraciones;siempre oramos de acuerdo a la voluntad de Dios, pues ésta es la única forma en que Él ora a través de nosotros.- Edward M.Bounds