MAYO 24

SEÑOR, Abre mis ojos, y miraré Las maravillas de tu Ley(de tu Palabra). Salmo 119:18
La primera puerta por donde han de entrar todos los bienes espirituales a nuestra alma, será el entendimiento, sin este es como caminar a ciegas, todo lo demás se entorpece y falla. Por tanto, todo el esfuerzo del enemigo será quitarnos la luz del entendimiento. Lo primero que hicieron los filisteos cuando apresaron a Sansón fue sacarle los ojos, hecho esto, no hubo dificultad en todo lo demás, lo llevaron a Gaza; allí lo sujetaron con cadenas a un molino que había en la cárcel. Jueces 16:21
¿Y cuales son las armas de la milicia cristiana? La Espada de doble filo del Espíritu, que corta los vicios de la carne, la Palabra de Dios y la sana doctrina. Heb. 4:12 Efe.6:17
Y con qué armas peleó Jesucristo en el desierto con el enemigo para vencerlo, sino citando en cada tentación un verso de la Palabra Divina. Mateo 4:4-11. Estas armas poderosas ha robado el enemigo al pueblo cristiano, y en su lugar las ha reemplazado por las armas de la milicia del mundo, por medio de engañosas filosofías que siguen tradiciones humanas y principios de este mundo, por medio de libros profanos y blasfemos, que desvían de la verdad de Cristo, aumentan la incredulidad y fomentan el pecado.
De tal manera que es lamentable que los cristianos no aprovechen uno de los grandes beneficios de la bondad y misericordia divina, como es la de declararnos por medio de la Palabra Su Voluntad, lo que a Él le agrada y ofende, de modo, que siguiendo lo uno y dejando lo otro, vivamos en amistad, comunión y gracia con el SEÑOR, y por este medio seamos partícipes de Su gloria.
Y si la Palabra de Dios es tan benéfica y poderosa, de que me sirve si no la leo, si no la traigo al corazón, si no aclaro con la ayuda del Espíritu Santo con ella mis inquietudes e ignorancias, si con ella no me aparto del mal, si no modero con ella los apetitos desordenados de la carne, si no acostumbro con ella mi corazón y mis deseos a las cosas del cielo. Que la medicina sea tan eficaz y maravillosa para la piedad, ¿que provecho tengo sino hago buen uso de ella? Algo tan maravilloso como es la Palabra de Dios, que tanto Él nos ha encomendado. ¡Como ha podido ser tan descuidada!
El SEÑOR, ordenó a Josué que nunca se apartara de este libro de la Ley, para guardarlo y enseñarlo a otros: Sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito, porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien. Josué 1:8 Y ordenó a quien fuera ser rey de Israel que tuviera una copia de la Palabra y la leyera todos los días de su vida para que aprenda a temer a Dios, para guardar todas las palabras de esta ley y estos estatutos, para ponerlos por obra; ni se aparte del mandamiento a diestra ni a siniestra; a fin de reinar prosperamente y prolongar sus días sobre la tierra. Deut.17:18-20
Y para que el pueblo de Dios nunca se olvidara de Su Palabra, algo tan necesario y poderoso, ordenó a Moisés que al entrar en la tierra Prometida, levantara grandes piedras y escribiera en ellas las palabras de esta Ley, para que todo aquel que pasara por ese camino, viera esas palabras y escuchara la voz de aquel mudo e invisible predicador. Deut. 27:1-10. Y muchos pasajes como este contiene la Biblia, en los cuales los creyentes son exhortados de mil maneras al estudio de la Divina Palabra, que no es otra cosa, que de día de noche, leer, escuchar, pensar y meditar en ella; esta es lo más importante y que vale la pena, esta es la sola cosa necesaria, esta es la buena parte que escogió María, quien sentada a los pies de Jesús, escuchaba Su Palabra. Lucas 10:39-42. - Luis de Granada