MARZO 23

Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo. Y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe. 1 Juan 5:4
Somos nacidos de Dios cuando ponemos nuestra confianza en Jesús y en su obra redentora en nuestras vidas. La fe nos permite caminar en los caminos de Dios, contra todos los desalientos que puedan sobrevenir. La fe mira a Dios y dice con el salmista: "Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre; Él nos guiará aun más allá de la muerte." Salmo 48:14 La fe mira a Cristo y dice con Tomás: "¡Señor mío y Dios mío!" Juan 20:28 La fe mira las promesas y dice: "¡Estas preciosas promesas son mías!" La fe echa un vistazo a la corona de justicia, y dice con Pablo: "¡Por lo demás, me está guardada la corona de justicia!" 2 Timoteo 4:8 Mira todos los tesoros, deleites y dulzuras que están en Cristo, y que Cristo preparó para el alma, y con fe dice: "¡Estos tesoros son míos! ¡Esos delicias son mías! ¡Toda esa dulzura que hay en Cristo, es mía!" Así la fe capacita al alma para perseverar contra todos los desalientos que encuentra.
Es un principio muy sencillo, sin embargo muy poderoso, si somos nacidos de Dios, esto es tener la evidencia del nuevo nacimiento en Cristo, venceremos al mundo. Dijo Jesús: "En el mundo tendréis tribulación, pero confiad, yo he vencido al mundo" Juan 16:33. Dado que Jesús ha vencido al mundo, mientras permanecemos en Él, somos más que vencedores en Jesús. Juan dijo de aquellos que estaban creciendo en su caminar con Jesús, que han vencido al maligno 1 Juan 2:13-14. Conforme caminamos con Jesús y crecemos en ese caminar, venceremos a nuestros enemigos espirituales. Los vencedores en Cristo tienen un lugar especial en el mundo venidero. Jesús prometió: al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.Apocalipsis 3:21.
"Esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe" El que vive por la fe, no sólo resiste, sino también triunfa sobre todas las tentaciones brillantes de un mundo tentador y seductor. Aunque de todas las pérdidas, la pérdida del alma es la más grande, la más triste, la más dolorosa, la más pesada y la más intolerable, inconcebible e irrecuperable; sin embargo, un hombre hipnotizado por el mundo correrá el riesgo de perder su alma eterna, por disfrutar del mundo.
¡Ah, cuántos profesantes hay, que persiguen más la tierra que el cielo; que cazan más cosas terrestres que celestiales; que van más a la caza de las nadas y de los vacíos que de las plenitudes y dulzuras que están en Cristo, en la alianza, en el cielo y en los caminos que conducen a la felicidad eterna! Los hombres que están hipnotizados con este mundo en estos días, oh, cómo prefieren sus deleites sensuales, sus placeres carnales, antes que las bellezas de la santidad, y antes que la gloria celestial, donde la santidad centellea y brilla en todo su esplendor, y donde sus almas puedan estar abundantemente satisfechas y deleitadas con los gozos más deslumbrantes, los más insuperables delicias, y los placeres más trascendentes que están a la diestra de Dios! "Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo. Y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe." -Thomas Brooks